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La Virgen de Guadalupe es un elemento de cohesión porque no tiene “esa parte política, como los partidos”
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El culto a la Virgen de Guadalupe es un elemento de cohesión para los mexicanos y un símbolo de identidad que rebasa fronteras, con presencia en países de Europa y Asia, afirmó Gisela von Wobeser, miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Es un elemento de cohesión, porque no tiene esa parte política, como los partidos, por lo que cualquiera puede identificarse, sin mayor problema”, expresó. La investigadora destacó que la devoción por la Guadalupana se propaga rápidamente, pues tan sólo en el 2018 más de 10 millones de peregrinos se trasladaron desde varios puntos del país para llegar a la Basílica, ubicada al norte de la Ciudad de México y venerar su imagen. En un comunicado, explicó que el origen del culto guadalupano proviene de un santuario prehispánico dedicado a la diosa Tonantzin en el cerro del Tepeyac, el cual fue convertido por frailes franciscanos en una ermita dedicada a la Virgen María en 1525, cuatro años después de terminada la Conquista. Al interior del recinto, prosiguió, los frailes colocaron una pintura de la virgen como inmaculada concepción, a la que le atribuyeron poderes milagrosos, para que los indígenas la adoraran. La investigadora universitaria precisó que no se tiene una fecha exacta del año en qué se erigió la ermita que antes estaba dedicada a la Virgen María y no a la Virgen de Guadalupe, pero aseguró que debió ser en la primera década después de la Conquista, debido a que los primeros documentos que se tienen sobre el culto guadalupano datan de 1556. Después, a mediados del siglo XVI, indicó, el arzobispo de la Ciudad de México, Alonso de Montúfar, se dio cuenta que el culto en la ermita tenía muchas posibilidades, pues contaba con la fama de ser una imagen milagrosa y tenía muchos adeptos, tanto españoles como indígenas, motivo por el que la bautizó como la Virgen de Guadalupe. Gisela von Wobeser detalló que en ese entonces la devoción mariana más importante de España era la Virgen de Guadalupe de Las Villuercas, en Extremadura, por lo que al bautizar a la virgen del cerro del Tepeyac como Guadalupe, muchos se fueron con la finta de que era la misma. “Poco a poco la virgen mexicana le comió el mandado a la española porque hoy en España hay más devoción a la Guadalupe del Tepeyac que a la española, salvo en la región de Las Villuercas”, comentó. De acuerdo con los registros, agregó, luego de bautizar a la virgen hubo una controversia entre Montúfar y Francisco de Bustamante, prior de los franciscanos, quien le reclamó al arzobispo por alentar entre los indios el culto a la imagen de la virgen de Guadalupe, diciendo que hacía milagros, cuando no había ninguna prueba. “Aunque fueron los franciscanos quienes construyeron la ermita en el cerro del Tepeyac, Bustamante estaba temeroso de que se estuviera fomentando un culto idolátrico”, explicó. Sin embargo, añadió, días antes del festejo a la virgen, que entonces era el 8 de septiembre, Montúfar ofició una misa en el Tepeyac en la que afirmó que la virgen sí era milagrosa. Lo anterior despertó la molestia de Bustamante, quien en su sermón en la capilla de San José de los Naturales, del convento de San Francisco, por la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora censuró aquellas afirmaciones y negó que la imagen pintada por manos humanas fuera milagrosa, lo que llevó a Montúfar a interponer una demanda contra el fraile. La investigadora aseguró que, según documentos relacionados con la controversia, el franciscano argumentaba que la imagen no podía ser milagrosa, pues apenas un día antes la había pintado el indio Marcos Cipac. Aunque los interrogatorios de Montúfar a los testigos del sermón se publicaron más de tres siglos después, en 1888, con el título de “Informaciones de 1556”, en el documento ni Bustamante, Montúfar o sus informantes mencionan las apariciones de la Virgen ni a Juan Diego, remarcó la investigadora. La historiadora expresó que para pintar la Virgen de Guadalupe se usó una imagen flamenca del siglo XV, por lo que guarda similitudes en el trazo, el rostro, la proporción de sus miembros, la postura corporal y la vestimenta con la Virgen en la Gloria, fechada hacia 1420. Tal vez, indicó, las diferencias entre las dos imágenes se deban a los objetivos de los franciscanos. “Es probable que el autor de la imagen haya sido Marcos Cipac Aquino, aunque no sabemos con certeza cuándo se mandó a hacer; lo que sí sabemos es que cuando llegaron los franciscanos requirieron de imágenes para su proceso evangelizador”, concluyó. regina |
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