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Merma la tensión entre México y Bolivia


2019-12-27

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO.- La fuerte tensión diplomática entre México y Bolivia, luego de tres días de asedio a una sede diplomática azteca en La Paz, disminuyó un poco hoy después de que ambas naciones dieron señales de aceptar un diálogo a fin de discutir sus diferencias.
    
El vicecanciller mexicano, Maximiliano Reyes llamó a "abrir un canal de comunicación" entre ambos países tras el áspero intercambio de acusaciones.
    
La canciller boliviana, Karen Longaric, aceptó siempre y cuando sea entre ella y su homólogo mexicano Marcelo Ebrard.
    
Las muestras de distensión tuvieron lugar después de que más temprano Ebrard anunció que México presentaría una queja ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por el asedio que fuerzas de seguridad del gobierno boliviano mantienen en la residencia de su embajadora en La Paz, Teresa Mercado.
    
"Esto no sucedió ni en el golpe militar de Chile" orquestado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973, señaló el presidente mexicano, Andrés López Obrador, quien confió en que Bolivia recapacite y respete "el derecho de asilo", alejándose "de cualquier tentación de vulnerar la soberanía de la embajada de México".
    
Más tarde Reyes, viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, exhortó a Longaric, a abrir "un canal de comunicación directo e incluso personal" orientado a "cerrar este episodio" mediante un diálogo, proponiendo encontrarse en un país "intermedio geográficamente".
    
Alejandro Celorio, Consultor Jurídico de la Cancillería, explicó que al presentar el caso a la CIJ de Naciones Unidas de La Haya se busca pretende "lograr medidas provisionales para que se ordene el retiro de la presencia militar y policial de las inmediaciones de la residencia y la embajada de México en La Paz.
    
México y Bolivia entraron en conflicto luego que el primero acogió en noviembre pasado como refugiado al presidente renunciante Evo Morales, que sólo permaneció asilado un mes y después se trasladó a Argentina.
    
En las sedes diplomáticas de México en La Paz hay 9 ex funcionarios ligados a Evo Morales desde el 10 de noviembre y desde el 23 de diciembre fue denunciado el cerco a ambas representaciones con casi un centenar de efectivos militares y policiales vestidos de negro.
    
Longaric aceptó la "rama de olivo" que le tendió México y dijo que "para mí es indistinto" qué país podría ser escenario para dialogar por cuanto "lo importante es bajar el tono a la confrontación" innecesaria entre ambos países.
    
Longaric difundió un comunicado en el que expresa la preocupación del gobierno de ese país por "la injerencia de México en los asuntos internos de Bolivia y llama al diálogo constructivo a ese país".
    
"Yo espero que prevalezca la sensatez, que prevalezca, por encima de todo, la política", afirmó López Obrador en su conferencia de hoy por la mañana.
    
El gobierno de La Paz ha declarado públicamente que México "no tiene nada que preocuparse" porque el gobierno es respetuoso de la Convención de Viena que asegura la inviolabilidad de los recintos diplomáticos.
    
Además, justificó el aumento de la vigilancia con el pretexto de la protección de actos vandálicos por las protestas sociales y el propósito de evitar que se fuguen los asilados a los que persigue la justicia.
    
Entre los personajes vinculados al gobierno del renunciante presidente figuran tres ex ministros de Morales, Juan Ramón Quintana, de la Presidencia, Javier Zavaleta, de Defensa, Héctor Arce, de Justicia, y Wilma Alanoca, de Culturas, cuya captura ha sido solicitada por "sedición y terrorismo".
    
El gobierno de México responsabilizó a Bolivia de cualquier afectación a su personal diplomático, así como a toda persona que se encuentre bajo protección del Estado mexicano en ese país y denunció que el auto de la embajadora fue revisado cuando salía de la sede.
    
Según Ebrard, hasta el momento cerca de 29 naciones se han solidarizado con México en la defensa de la integridad de las sedes diplomáticas en Bolivia.
    
El gobierno boliviano de la presidenta interina, Jeanine Añez, se rehúsa a entregar los salvoconductos a los asilados.



Jamileth


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