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Revés para Salvini
Editorial, El País
De este modo, la victoria de la izquierda en la emblemática Emilia Romaña frena por el momento los planes del líder de la Liga para cuestionar la legitimidad popular del Gobierno de centroizquierda y forzar la convocatoria de elecciones anticipadas, que lleva reclamando desde que su formación y él mismo fueran apartados del Ejecutivo en septiembre de 2019. Salvini está planteando las elecciones regionales que se celebrarán en Italia a lo largo de este año como un plebiscito personal para debilitar a la coalición de gobierno entre el socialdemócrata Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y que se convoquen elecciones generales adelantadas para las que aparece favorito con un 30% de intención de voto, según los sondeos. En el horizonte además se divisa la designación del presidente de la República —en Italia lo elige el Parlamento—, prevista para 2022. El Gobierno italiano atraviesa malos momentos, entre otras cosas por el acelerado desgaste de su socio más izquierdista, cuyo líder, Luigi Di Maio, dimitió poco antes del domingo ante la perspectiva de un resultado desastroso en los comicios. Además, en las últimas semanas una treintena de diputados y senadores ha abandonado el partido en una desbandada acompañada por el hundimiento en las encuestas. El talón de Aquiles de esta táctica facilona del todo o nada empleada por Salvini —que insiste en su discurso xenófobo y antieuropeo— es que necesita vencer incluso en los lugares menos receptivos a sus tesis. Emilia Romaña ha sido gobernada por la izquierda desde el final de la Segunda Guerra Mundial y ha constituido el trampolín de destacadas figuras que han conformado el panorama político nacional. Por eso representa un importante paso atrás para la ultraderecha el hecho de que el candidato de la izquierda, Stefano Bonaccini, se impusiera el domingo por más de siete puntos a su rival de la Liga. Lo hizo además con una participación masiva del electorado, que se movilizó frente al discurso ultra que considera a la socialdemocracia como parte del pasado de Italia. Evidentemente, esto no significa que el discurso de Salvini —que volverá a jugar fuerte en las elecciones de Toscana antes del verano— haya quedado desactivado. Pero sí es una demostración de que la política y no la antipolítica sigue siendo para la mayoría de los votantes la opción adecuada. Jamileth |
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