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La policía patrulla el lugar de la tragedia de Kobe Bryant para protegerlo de saqueadores y curiosos
Pablo Ximénez de Sandoval, El País Mientras el mundo trataba de digerir el impacto de la noticia de la muerte de Kobe Bryant en un accidente de helicóptero, en la noche del domingo al lunes algunas personas trataban de acceder al lugar de la tragedia, en las colinas al noroeste de Los Ángeles. “Estamos patrullando el área a caballo”, dijo el lunes por la tarde el sheriff del condado, Alex Villanueva, quien dejó claro que sus agentes no van a permitir el acceso al lugar a nadie no autorizado. Las colinas de Calabasas van a ser durante varios días un laboratorio al aire libre del tamaño de un campo de fútbol en el que los investigadores federales tratan de descubrir pistas sobre las causas de la tragedia. Los investigadores describieron el escenario como "devastador". Villanueva advirtió de que se trata de un lugar de muy difícil acceso. “Es peligroso incluso de día”. Para que pasaran los vehículos de la Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) hubo que abrir una camino nuevo con una excavadora, explicó Villanueva. La leyenda del baloncesto e ídolo local Kobe Bryant, de 41 años, su hija Gianna, de 13, otras dos menores de edad y cinco adultos más fallecieron el pasado domingo al estrellarse el helicóptero en el que viajaban en una región montañosa del nororeste de Los Ángeles. Ese día había una niebla muy espesa que cubría toda la ciudad, tanto que los helicópteros de la policía local y del sheriff no salieron a patrullar porque no se cumplían las condiciones mínimas de visibilidad. Bryant y sus amigos despegaron poco después de las nueve de la mañana desde Orange County, al sur de Los Ángeles, para atravesar toda la región y llegar a Thousand Oaks, en el noroeste, donde las niñas iban a jugar un partido de baloncesto. Los equipos federales de la Agencia Federal de Aviación (FAA) y la Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) se hicieron cargo de la investigación oficial del accidente desde el domingo por la noche. El martes por la mañana, la oficina del forense del condado comunicó que ya ha recuperado los nueve cadáveres y ha comenzado el proceso de identificación. Los investigadores de la NTSB calculan que estarán unos cinco días en el lugar recogiendo pruebas. Con ellos se encuentran los agentes del forense del condado. Los restos están esparcidos por un área aproximada de un campo de fútbol, a 150 metros de lado a lado. El vuelo del helicóptero duró 41 minutos. En ese recorrido, el piloto contactó con cuatro torres de control, la de Santa Anta, de donde despegó, las de los aeropuertos de Burbank y Van Nuys, al norte de Los Ángeles, y la torre de Southern California (SoCal) de la región. Cuando se aproximaba al aeropuerto de Burbank, la visibilidad era tan mala que el piloto solicitó a la torre ayuda para volar en modo SVFR, o modo visual especial, por sus siglas. Se trata de una autorización especial para volar cuando no se cumplen las condiciones mínimas de visibilidad y un aparato tiene que volar sin instrumentos. El vuelo es autorizado por una torre de control, que monitoriza el trayecto del aparato y da instrucciones al piloto. Después de rodear el aeropuerto de Burbank con las indicaciones de la torre, el piloto contactó con Van Nuys, que le dio indicaciones para rodear también esa zona y luego dirigirse hacia su destino final, al noroeste. La comunicación pasó entonces al sistema de control aéreo SoCal. Los datos de FlightRadar24 muestran que el aparato se acerca a las colinas de Calabasas a 1,200 pies de altitud (365 metros). Los vecinos de la zona destacan que volaba muy bajo y hacía mucho ruido sobre las casas. La investigadora de la NTSB Jennifer Homendy detalló este itinerario en rueda de prensa el lunes por la noche y añadió que en su última comunicación con la torre, “el piloto advirtió de que iba a ascender para evitar la capa de nubes”. “Cuando el controlador preguntó al piloto qué quería hacer, no hubo respuesta”. En la grabación de la torre se oye al controlador decir: “Helicóptero N72EX, vuela demasiado bajo y no le podemos guiar”. Se refiere a que no detecta la señal de radio del helicóptero. La última maniobra del piloto fue elevar el aparto bruscamente por encima de los 2,000 pies (609 metros). Después, se precipitó al vacío. En ese tiempo no hay nada grabado ni responde a la torre. A las 9.45, el helicóptero desapareció del radar. Homendy pidió el lunes que todo aquel que tenga fotos o vídeos del momento del accidente las envíe al NTSB para incorporarlas a la investigación. La agencia descarta un móvil criminal en el accidente y no cree que las condiciones por sí solas expliquen la tragedia. El piloto, Ara Zobayan, tenía mucha experiencia y estaba autorizado para volar en condiciones de poca visibilidad. Era instructor de vuelo. Hasta el pasado julio, tenía 8,200 horas de vuelo. Era el piloto habitual de Kobe Bryant. A bordo del helicóptero Sikorsky S-76B, un aparato de lujo, no hay caja negra, explicó Homendy. No hay una grabación del interior de la cabina. Explicó que los pilotos llevan un iPad donde se recogen los datos de vuelo. JMRS |
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