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México y los países del Triángulo Norte no protege a migrantes rumbo a Estados Unidos


2020-02-11

Por MARÍA VERZA

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Estados Unidos, México y los países del Triángulo Norte de Centroamérica: Guatemala, El Salvador y Honduras, han fracasado a la hora de asistir y dar protección a los migrantes. Además, están desmantelando las políticas de asilo y refugio, denunció la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF).

En un nuevo informe presentado el martes, MSF denuncia que la situación para quienes migran en la región “no ha hecho sino empeorar” desde 2017 con miles de personas inmersas en un perverso “círculo vicioso”. Alude a que cuando piden protección son tratadas como criminales y devueltas a las mismas condiciones violentas de las que huían.

“Se encuentran sin salida, atrapados en un conglomerado de muros burocráticos y barreras administrativas que les impide escapar de la violencia recurrente”, indica el documento.

El informe muestra, además, cómo ciertas agresiones contra los migrantes como la violencia sexual o los secuestros han aumentado durante 2019, cuando Estados Unidos endureció sus políticas migratorias, empezó a devolver a México a solicitantes de asilo de otros países y forzó a los gobiernos de la región a frenar de forma contundente los flujos migratorios hacia el norte.

En los nueve primeros meses de 2019, el número de casos de violencia sexual contra Migrantes a su paso por México aumentó un 134% con respecto al mismo periodo del año anterior, según cifras aportadas por el informe.

Y los secuestros a solicitantes de asilo retornados por Washington en ciudades como Nuevo Laredo, en Tamaulipas, también se multiplicaron. De enero a septiembre, un 18,6% de los pacientes de MSF atendidos en esa localidad fronteriza con Texas dijeron haber sufrido secuestros. En septiembre el porcentaje se elevaba a un 43,9% y en octubre llegaba al 75%, agrega.

A juicio de la ONG, las políticas oficiales de criminalización del migrante han tenido “efectos devastadores” entre los que huyen de una violencia “comparable a la presente en zonas de guerra” o de la pobreza de Centroamérica porque han quedado más expuestos a las redes criminales o son objeto de “prácticas abusivas” por parte de los gobiernos mexicano y estadounidense, como la detención en “condiciones inhumanas”.

Pero no son los únicos que piensan así.

Tonatiuh Guillén, sociólogo y primer responsable de migración del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en una reciente entrevista con The Associated Press expuso una visión muy similar.

En su opinión, se está creando una región desde Estados Unidos a Honduras “donde el rol de los estados, de protección a las personas, se está diluyendo”, en referencia al avance del proyecto de Trump de “cero migración y cero solicitudes de asilo” frente a una Centroamérica que sigue expulsando gente.

El resultado es que “el gobierno de Donald Trump está ganando”, sentenció.

Guillén dimitió como responsable del Instituto Nacional de Migración de México la pasada primavera cuando empezó a imponerse en este país la estrategia de mano dura exigida por Washington frente a la concesión de visas humanitarias que hubo en diciembre de 2018 y enero de 2019, los primeros meses de gobierno del gobierno de López Obrador.

Desde entonces, decenas de organizaciones mexicanas, centroamericanas, estadounidenses e internacionales han denunciado el agravamiento de la situación para los migrantes en esta ruta.

Algunos colectivos se encuentran inmersos en una batalla legal en Estados Unidos para intentar frenar en los tribunales algunas de las medidas de Trump.

Otros han presentado informes estremecedores, como Human Rights Watch que en un documento divulgado los primeros días de febrero confirmó que al menos 138 deportados desde Estados Unidos a El Salvador en los últimos años fueron asesinados al volver a su país.

Para MSF, las políticas estadounidenses han tenido un “efecto perverso” porque han empeorado “la crisis humanitaria en la región y aún no existe una respuesta humanitaria internacional coordinada para ayudar a una población vulnerable y obligada a huir”.

Las agencias de la ONU, como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados o la Organización Internacional para las Migraciones se han mostrado preocupadas y colaboran con los gobiernos en gestión de los solicitantes de asilo o en procesos de retorno, pero en general los países se encuentran desbordados.

El gobierno mexicano sostiene que su compromiso es por una migración segura, ordenada y regular con estricto apego a los derechos humanos de la población en contexto de movilidad, pero las críticas han llegado hasta del propio partido del gobierno, Morena.

El diputado oficialista Porfirio Muñoz Ledo que el lunes entró con legisladores al mayor centro de detención migratorio del país calificó la visita como “un maquillaje, un desastre y una burla”.

“No aceptaron ninguna discusión jurídica con un comportamiento hostil y majadero”, escribió en su cuenta oficial de Twitter. “Platiqué con varios migrantes que son maltratados y se violentan los derechos de los niños”.

De la información obtenida durante sus consultas médicas, MSF vuelve a afirmar que la mayoría de quienes atendieron (61,9%) huye de la violencia y más de un tercio son personas que antes de migrar ya habían tenido que desplazarse internamente por esa misma razón.

Además, el 78% de los casi 3,700 atendidos en consultas de salud mental en México mostraba afectaciones por haber vivido o presenciado algún tipo de acto violento. Con el endurecimiento de las políticas migratorias, todos quedan en situación más vulnerable, según el documento.

Pero para Tonatiuh Guillén, lo más preocupante es que la situación “va a empeorar”.

“Si los gobiernos de Centroamérica se ponen más severos, cuando la gente no tenga alternativas, ¿adónde va a ir?”, se preguntó.



Jamileth


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