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“El FMI nos dio la razón”: Alberto Fernández


2020-02-20

Por FEDERICO RIVAS MOLINA

Buenos Aires 20 FEB 2020 - El presidente Alberto Fernández está exultante. Con poco más de dos meses en el cargo, logró que el Fondo Monetario Internacional respalde sin fisuras su estrategia de negociación con los acreedores privados, tenedores de unos 100,000 millones de dólares en bonos de la deuda externa argentina. "Nos acusaban de populistas, de irresponsables, pero resulta que ayer [miércoles] nos despertamos y el FMI nos dio la razón. Lo que decíamos no era mentira, era verdad”, ha dicho este miércoles el presidente. El Fondo presentó el miércoles el informe de la misión que durante una semana revisó cuentas y visitó altos funcionarios. El resumen de los técnicos fue que la deuda argentina es “no sostenible” y que para ser sustentable necesita de una “quita apreciable” de los bonistas.

El informe del FMI fue un balón de oxígeno para Fernández, que desde que sucedió a Mauricio Macri el 10 de diciembre sostiene que Argentina no está en condiciones de pagar la deuda externa heredada. El principal acreedor es el FMI. A mediados de 2018, el organismo otorgó a Macri un rescate financiero de 57,000 millones de dólares, de los cuales llegó a entregar 44,000 millones, antes de que la situación económica se volviese insostenible. La directora ejecutiva del Fondo, Kristalina Georgieva, ya advirtió que los estatutos le impiden otorgar una quita de capital a Argentina. Respaldó, en cambio, la tesis de Fernández de que ese esfuerzo corresponde a los acreedores privados, porque los pagos comprometidos por el país sudamericano no son compatibles con el contexto de recesión económica, alta inflación y subida de la pobreza que atraviesa.

"Hace unos meses, en campaña, nosotros planteábamos que era imposible vivir con un sistema que solo promovía la especulación financiera. Era mucho más negocio apostar a letras que a la producción. Y decíamos que era imposible cumplir con la deuda. Era cuantiosa en monto y nos comprometimos a pagarla muy rápidamente, algo imposible", ha dicho este jueves Fernández. El escenario estuvo a tono con las intenciones políticas del presidente: habló durante la inauguración de una planta de laboratorios biológicos acompañado por el exministro de Economía Roberto Lavagna, artífice de la última gran reestructuración de deuda que realizó Argentina, en 2003.

El texto del Fondo reconoce la gravedad de la crisis económica argentina y hasta admite que ya no queda espacio para un nuevo ajuste fiscal, todo un giro con respecto a la política que promovió cuando otorgó el rescate a Macri. Una vez más, Argentina puede convertirse en laboratorio de pruebas. En una larga columna en Financial Times, Georgieva dijo que trabajaban para superar las limitaciones de lo que llamó un “pensamiento económico más convencional”. “Estamos repensando la forma en que aconsejamos a países emergentes”, escribió, sobre todo en lo relativo al “uso del mercado de cambios como amortiguador” de las “perturbaciones externas”. Para la directora del FMI, esta estrategia “puede pasar por alto importantes características de los mercados emergentes que alteran la respuesta de sus economías a las conmociones externas y puede exigir una prescripción de política diferente”, escribió Georgieva.

La depreciación de la moneda argentina ha sido clave en la gravedad de la crisis de deuda que atraviesa. El 80,3% de las acreencias asumidas están en moneda extranjera y el valor del dólar frente al peso ha subido desde 14 unidades en 2016 hasta a más de 60 en 2019 (80 pesos en el mercado negro). Incluso Luis Caputo, exministro de Finanzas de Macri y responsable del plan de endeudamiento de la gestión pasada, dijo el jueves que “la política cambiaria impuesta por el Fondo a nuestro país hizo estéril todo esfuerzo monetario y fiscal por controlar la inflación, agravó la recesión y terminó por restringir aún más el crédito”.

Con el informe del Fondo concluyó la primera etapa política de la negociación de la deuda argentina. El Gobierno deberá ahora sentarse en una mesa con los acreedores privados y hacer números. El FMI pidió una quita “apreciable” de capital e intereses, pero será ahora responsabilidad de Argentina ponerle números concretos. El mercado da por hecho que la quita será importante y que Argentina, ahora con el respaldo del Fondo, peleará con dureza.

La reacción de los mercados al informe de los técnicos del Fondo no fue buena. Los bonos argentinos cayeron entre 1% y 2% y ya llevan meses cotizando 50% bajo el par, es decir, a la mitad de su valor de emisión. El porcentaje refleja que desde el inicio de la crisis de deuda, en 2018, los inversores temían por el capital invertido. Tampoco acompañó a Argentina el índice de riesgo país que elabora JP Morgan, que subió otros 85 puntos, hasta los 2.138. Esto quiere decir que Argentina debe pagar por su deuda en dólares 20 puntos más que el Tesoro de Estados Unidos, un valor que refleja que el financiamiento externo para Buenos Aires está completamente cerrado.



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