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Un inmigrante brasileño ha cambiado muchas vidas como entrenador. ¿Podrá quedarse en Estados Unidos?


2020-02-20

Por Miriam Jordan, The New York Times

Hicu Motta convirtió a un grupo de chicas de clase trabajadora en deportistas de primer nivel. Pero las autoridades de inmigración rechazaron su solicitud de residencia permanente.

Durante los últimos tres años, el entrenador de remo Henrique “Hicu” Motta ha logrado crear historias de éxito en un deporte que desde hace mucho tiempo se asocia con la gente privilegiada. Ha llevado a su equipo de niñas de bachillerato procedentes de familias de la clase trabajadora a los campeonatos nacionales y ha conseguido que varias de ellas entren en universidades de la División I con becas deportivas.

“Soy latina, pequeña y nunca había estado en un equipo deportivo”, dijo Isabella Soto, de 17 años, hija de una niñera y un maquinista. Tiene esperanzas de remar en una universidad de élite a finales de este año.

Isabella, quien fue aceptada en el equipo RowLA a pesar de que solo mide 1,52 metros, es una estadounidense de primera generación cuyos padres son mexicanos indocumentados. Kassie Kim es hija de inmigrantes coreanos, una cajera y un instalador de alarmas contra incendios. Samadhi Dissanayake, una estadounidense-esrilanquesa criada por una madre soltera en una vivienda subsidiada, toma dos autobuses para llegar al entrenamiento.

“Odiaba los deportes antes de venir aquí”, dijo Samadhi, quien también está considerando remar en la universidad. “Ahora me encanta remar y el sentido de comunidad”.

Pero Motta, de 39 años, un brasileño que se encuentra en el país con una visa de trabajo, ha sido notificado de que su petición para permanecer en Estados Unidos ha sido rechazada. Las autoridades de inmigración de Estados Unidos le exigen que, para poder quedarse, debe demostrar que tiene una “habilidad extraordinaria” para hacer un trabajo que, de otro modo, sería realizado por un estadounidense.

En un deporte dominado por atletas que son blancos y ricos, RowLA, bajo el liderazgo de Motta, ha logrado enlistar a jóvenes que normalmente no tendrían acceso al remo. Ni la constitución física ni la perspicacia atlética determinan quién puede competir y triunfar. “Él puede tomar a una joven, independientemente de su tamaño y habilidad, y convertirla en una remera seria. Eso es raro entre los entrenadores”, dijo Liz Greenberger, analista de seguridad internacional retirada que hace una década fundó el equipo y trajo a Motta como su segundo entrenador en 2017. “La filosofía de Hicu es perfecta para nuestro programa”, afirmó.

La filosofía de Motta es simple: “Trato de hacer especial a cualquier chica que quiera darle una oportunidad al remo”, explicó.

La pregunta es la siguiente: ¿eso equivale a tener una habilidad extraordinaria?

En los tres años transcurridos desde que recibió una visa de trabajo, Motta ha construido un programa de remeras dedicadas que han competido en Rowing Youth Nationals de Estados Unidos, el nivel más alto para remeros de bachillerato, y han ganado becas universitarias. Pero Motta no solo es un entrenador.

Nutriólogo de formación, instruye a sus atletas para que mantengan una dieta equilibrada (nada de alimentos procesados antes de las carreras. Solo fruta para tener energía y agua de coco para hidratarse). Motta anima a sus remeras a invertir tiempo en sus estudios y pensar en futuros que puedan estar llenos de posibilidades.

“No solo nos enfocamos en cómo se desempeñan al remar; estamos haciendo atletas estudiantes”, dijo Motta en el estacionamiento 77 en Marina del Rey, en el oeste de Los Ángeles, donde el equipo se reúne seis días a la semana para entrenar aunque llueva, truene o relampaguee.

RowLA es un pequeño programa de remo apoyado por donaciones privadas, y no se puede comparar con muchos de los equipos de élite con amplios fondos que hay a lo largo del país, algunos de los cuales han existido desde hace un siglo. El programa carece de un cobertizo para botes. Los 17 remos dobles, las máquinas de remo y otros equipos de RowLA se dejan en el estacionamiento, protegidos por lonas.

“Lo que Hicu hace es extraordinario”, dijo Iva Obradovic, una veterana entrenadora de remo y exremera de competencias. “Está compitiendo contra equipos ricos y privados. Casi ningún entrenador lo haría. No recibirá elogios ni gloria por eso”.

La composición de atletas de RowLA demuestra la filosofía de entrenamiento de Motta, dijo Obradovic. “Estas chicas no son las remeras típicas, pero asisten, tienen disciplina y trabajan”.

Cuando RowLA patrocinó la visa temporal de trabajo de Motta en 2017, su solicitud, de 250 páginas, documentaba dos décadas de éxito como remero y entrenador. Incluía cartas de altos funcionarios del deporte en Brasil, recomendaciones de entrenadores y atletas de distintos países y una lista detallada de sus logros: más de 20 campeonatos brasileños en distintas categorías.

La visa se aprobó en una semana. “Todos habían dicho que era muy complicado. Estaba feliz”, recordó Motta. La visa permitió que su esposa, Emanuelle “Manu” Abreu, una remera de competencia de Brasil, se le uniera en Estados Unidos, donde ha estado entrenando y desempeñándose como voluntaria en RowLA.

Una vez al mando, Motta comenzó a hacer que RowLA creciera. Estableció un programa de desarrollo para niñas de bachillerato y amplió el alcance del programa de remo bajo techo de la organización: de dos escuelas en el área de Los Ángeles ahora hay ocho que atienden a más de 4000 estudiantes cada año.

A principios de 2019, RowLA decidió patrocinar a Motta para que lograra tener su residencia legal permanente en Estados Unidos.

En la solicitud de 300 páginas, Greenberger describió a Motta como un “activo invaluable” para RowLA. Rob Glidden, presidente de la Asociación de Remo de Long Beach, reconoció los métodos de entrenamiento, el asesoramiento nutricional y las cualidades personales de Motta por haber creado un programa “excepcional” para desarrollar remeras.

“La confianza que inspira en estas jóvenes es palpable”, escribió Glidden, afirmando que eso había permitido que muchas de ellas alcanzaran un éxito académico y deportivo “que no habrían logrado de otra manera”.

No obstante, el gobierno respondió pidiendo más pruebas para demostrar que Motta era “extraordinario”. Su abogado, Richard Wilner, presentó 150 páginas adicionales de documentos, solo para recibir una negativa en agosto.

En una carta de cinco páginas, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos —la agencia responsable de aprobar los permisos de residencia— describió las razones por las que Motta no cumplió con los criterios para ser considerado alguien con “habilidad extraordinaria”.

La decisión de la agencia hizo referencia a un manual de capacitación desarrollado por Motta para RowLA que, si bien reconoció que era “una contribución original”, no había ofrecido “evidencia objetiva de que esta innovación es ampliamente utilizada por otros en ese campo, más allá de su empleador o clientes”.

Motta tampoco había demostrado que se desempeñara “en un papel clave o esencial para organizaciones o establecimientos que tienen una reputación distinguida”, se decía en la carta de rechazo. Lo que más lo afectó era que los funcionarios sostenían que la evidencia no mostraba que Motta había recibido un “galardón o premio importante, reconocido internacionalmente” para su equipo.

Como atleta y entrenador competitivo, Motta afirma que obviamente quiere ganar. Pero tal vez, dijo, las victorias no deberían contarse solo con medallas.

“En otros clubs todo es el desempeño. Aquí el objetivo es que las chicas vayan por el camino correcto, a la universidad”, dijo. “Remar es una herramienta”.

Wilner dijo que el gobierno está midiéndolo con el parámetro equivocado: “Tal vez debemos evaluar su extraordinaria habilidad como entrenador con una medida de éxito que no contemplan las regulaciones”, dijo. “Es que está ayudando a estas chicas a ganar en la vida, en ser las primeras de su familia en ir a la universidad, no solo a ganar medallas”.

Un portavoz del Servicio de Ciudadanía e Inmigración dijo que la agencia no podía comentar sobre casos individuales. “Hay un umbral de elegibilidad extremadamente alto que debe cumplirse para recibir esta visa”, dijo. De aproximadamente 1,1 millones de tarjetas de residencia permanente emitidas en el año fiscal 2018, alrededor de 39,500 personas las obtuvieron bajo la categoría de habilidad extraordinaria, según el gobierno, una cifra que además incluye cónyuges e hijos del solicitante.

Wilner ha apelado el rechazo del permiso y los gastos legales están aumentando, que hasta ahora acumulan más de 15,000 dólares. RowLA también solicitó una extensión de su visa original de trabajador invitado, que expiró oficialmente el viernes, por otros tres años.

En vez de otorgar una renovación, las autoridades de inmigración solicitaron a principios de este mes que Motta presentara más evidencia de su “habilidad extraordinaria”. Tiene permiso de permanecer en el país y continuar entrenando hasta que se tome una decisión final sobre cualquiera de las solicitudes.

Así que eso es lo que está haciendo.

Un domingo reciente, entre el estruendo de los graznidos de gaviotas, Motta estaba de pie en un bote de motor en la marina y dirigía al equipo.

“¡Remos paralelos! Atentas al cataviento”, dijo a través de un radio. En perfecta sincronía, las chicas sumergieron las palas en el agua e impulsaron los botes hacia adelante.
 



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