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Voto latino 2020: el despertar del ‘gigante dormido’


2020-03-03

Por Jennifer Medina y Manny Fernandez, The New York Times

Los demócratas latinos en California, Texas y en todo Estados Unidos —ignorados desde hace mucho— buscan a alguien que pueda vencer a Donald Trump. Y podrían ser decisivos en la carrera 2020.

Los votantes latinos están listos para elegir al candidato presidencial demócrata.

Aunque fueron ignorados durante mucho tiempo por la clase política y desestimados como un “gigante dormido” demográfico cuyo voto no era tan confiable como podría ser, se espera que millones de latinos acudan a las urnas este martes 3 de marzo en estados clave como Colorado, Virginia, Carolina del Norte y, más significativamente, Texas y California.

Un análisis estima que alrededor de un tercio de los 643 delegados disponibles en esos dos estados serán determinados por los votantes latinos.

Se espera que los latinos conformen el bloque votante no blanco más grande en 2020. Por todo el país, los demócratas latinos están buscando al candidato que esté en mejor posición para enfrentar al presidente Donald Trump, al cual muchos ven como una amenaza por su retórica antinmigrante. Estos votantes, que no son para nada una fuerza monolítica pero sí están unidos en varios temas clave, votarán en Texas exactamente siete meses después del ataque antilatino más letal en la historia moderna de Estados Unidos, perpetrado en El Paso.

“Es difícil ser latino justo ahora”, afirmó Christian Arana, director de políticas de la Fundación de la Comunidad Latina, una organización filantrópica ubicada en California. “Muchos de nosotros sentimos que tenemos que estar en constante alerta por temor a que pase algo terrible. La gente está canalizando su ira a través del voto, de una manera que nunca se había visto”.

Las encuestas han demostrado constantemente que los votantes latinos en Texas y California mencionan la atención médica, la desigualdad económica y la inmigración como sus principales problemas. Pero es probable que las próximas primarias demuestren las divisiones y contradicciones que existen entre ellos.

Entrevistas con docenas de votantes latinos en El Paso y Los Ángeles en los últimos días muestran que, aunque el senador Bernie Sanders ha establecido una base leal entre los latinos, particularmente los votantes más jóvenes y de clase trabajadora, hay muchos demócratas de toda la vida que todavía están buscando una alternativa moderada.

“Es un momento histórico y una decepción histórica porque otra vez somos la comunidad en la que menos invierten el sistema y los grandes donantes y, sin embargo, en todas las elecciones, el segmento de votantes latinos sigue creciendo”, dijo Héctor Sánchez Barba, director ejecutivo de Mi Familia Vota, que hace vinculación con votantes latinos en todo el país. En 2018 los votantes latinos ayudaron a que varios distritos congresales se volvieran a favor de los demócratas.

Ahora, dijo, es el momento en que los grupos latinos están presionando para obtener más promesas de los candidatos sobre lo que harán en materia de atención médica, educación e inmigración.

Los candidatos demócratas han redoblado sus esfuerzos en las últimas semanas para cortejar a los votantes latinos, pues reconocen el papel decisivo que podrían tener en el supermartes. Ningún otro candidato se ha esforzado más en conseguir el voto latino que el senador Bernie Sanders, quien ha dejado claro que cuenta con que el apoyo latino sea una especie de barrera protectora este 3 de marzo a nivel nacional y especialmente en California. Las encuestas recientes parecen reflejar ese esfuerzo: Sanders tiene una ventaja significativa entre los votantes latinos tanto en Texas como en California, ya que supera a sus rivales por dos dígitos.

“Hemos vivido con miedo por nuestras familias durante los últimos tres años”, afirmó Janette Espino, compradora de mercancía deportiva de 26 años de Long Beach, California, quien asistió a un mitin de Sanders en Los Ángeles el domingo 1.° de marzo. Espino afirmó que la atención de salud era el tema más importante para ella, pero añadió que tiene varios familiares que son inmigrantes no autorizados. Dijo que muchos otros miembros de su familia se han convertido en ciudadanos estadounidenses en los últimos dos años y que planean votar por primera vez este 3 de marzo por Sanders. “Nunca habíamos tenido un candidato presidencial que nos escuchara de esta manera, que realmente nos emocionara”.

Al parecer, debido a la necesidad de redoblar esfuerzos para dirigirse a la comunidad latina, Joe Biden celebró mítines en Texas con miras al supermartes, y aprovechó para anunciar el respaldo de la representante Veronica Escobar, de El Paso. El 29 de febrero, cuatro exsecretarios latinos de los gobiernos de Clinton y Obama, publicaron una carta en La Opinión, el principal periódico en español de Los Ángeles, en la que exhortaron a sus “hermanas y hermanos latinos” a votar por Biden, con el argumento de que ellos “conocen a Joe” y que él está “buscando la presidencia para restaurar el sueño americano”.

En el este de Los Ángeles el lunes por la noche, la senadora Elizabeth Warren llamó a las latinas “los héroes anónimos de la historia estadounidense”, en un largo discurso sobre las huelgas de conserjes de la década de 1990, que acumularon significativamente más poder para los sindicatos y los latinos en el sur de California.

El exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg ha invertido una cantidad récord de dinero en anuncios en español en California y Texas. La campaña de Bloomberg se ha enfocado particularmente en encontrar respaldo local en sectores fuertemente latinos y mostrar a esos líderes en anuncios de “Ganamos con Mike”.

Al igual que la campaña de Sanders, Bloomberg ha abierto oficinas en regiones de mayoría latina que han sido históricamente ignoradas en las elecciones presidenciales, como Inland Empire y el Valle Central en California. La campaña también ha enviado millones de anuncios políticos por correo a los votantes hispanos en ambos estados.

“Lo que solía suceder es que se evitaba hablar sobre los latinos hasta que se llegaba a Florida”, afirmó Mayra Macías, directora ejecutiva de Latino Victory Fund, que intenta que más latinos sean elegidos y respaldó el mes pasado a Biden. “Ahora estamos viendo que no hay un camino a la victoria sin hablar con ellos holísticamente”.

En cierto modo, los latinos de California comenzaron su firme camino al poder político luego de la Proposición 187, una iniciativa electoral antinmigrante aprobada por los electores en 1994. Decenas de funcionarios latinos electos actualmente en el estado comenzaron su activismo durante las protestas contra esa medida, que con el tiempo fue derrotada en los tribunales. Muchos en California creen que los latinos de Texas están en medio de una transformación política similar.

Ya han pasado casi siete meses desde el tiroteo ocurrido en un Walmart de El Paso. El terrorista blanco de 21 años Patrick Crusius convirtió una mañana sabatina en la ciudad fronteriza binacional con mayoría hispana en una escena de horror: asesinó a 22 personas e hirió a más de una veintena. La mayoría de los asesinados o heridos eran mexicanos o mexicoestadounidenses.

Minutos previos al tiroteo, el asesino había publicado un manifiesto antinmigrante en línea, en el que declaraba que el ataque era una respuesta a “la invasión hispana de Texas”. Escribió que tenía miedo de que la población hispana en Texas convirtiera el estado en un bastión demócrata que “ganaría prácticamente todas las elecciones presidenciales”.

Para Elisa Tamayo, de 27 años, el tiroteo del año pasado fue personal. Sucedió en el Walmart de su vecindario, un lugar para comprar y reunirse con su familia del otro lado de la frontera. Una de las amigas de su madre fue asesinada en el ataque: María Eugenia Legarreta Rothe, de 58 años, del estado mexicano de Chihuahua. Tamayo la llamaba “tía” aunque no tenían un vínculo familiar.

Pero para Tamayo, el ataque ha virado a lo político desde entonces.

Tamayo se ha postulado para un cargo público por primera vez en su vida, motivada en parte por el tiroteo de Walmart y por la retórica de Trump y los líderes republicanos del estado, pues ella piensa que esa retórica alimentó el odio antilatino del terrorista. Tamayo está en la pugna para convertirse en legisladora demócrata en la Cámara de Representantes del estado y para representar el distrito donde se encuentra el Walmart. Anunció su candidatura ocho semanas después del tiroteo, junto a familiares y simpatizantes frente a un mural en el que se lee “El Paso Fuerte”.

Tamayo, quien está en la boleta de las primarias demócratas de El Paso del 3 de marzo y que votó por Elizabeth Warren para la presidencia, afirmó que, al tocar puertas por su campaña, vio con sus propios ojos el nuevo nivel de compromiso de los votantes latinos.

“Hemos estado visitando casa por casa por más de tres meses, y no he dejado de escucharlos decir que quieren votar en estas elecciones”, afirmó. “Realmente quieren votar en estas elecciones porque sienten que tenemos que sacar a Trump de la presidencia. En vez de decir ‘mi voto no importa’, creo que la gente está ahora más dispuesta a presentarse y votar debido a eso”.

Por todo El Paso, muchas personas describieron razones similares para votar: la retórica de Trump y el tiroteo del año pasado. Sin embargo, tienen diferentes conclusiones acerca de sus candidatos predilectos.

Anna Casas, madre soltera y asistente sanitaria a domicilio de 33 años en El Paso, votó por primera vez en su vida la semana pasada. Su voto fue para Sanders, y se registró para votar el año pasado unos tres meses después del ataque en el Walmart, donde solía ir a hacer sus compras a menudo con sus tres hijos. “¿Qué habría pasado si hubiéramos estado allí cuando eso ocurrió?” se preguntó. “Eso abrió mis ojos. Me motivó a votar”.

Casas afirmó que para ella es evidente que las palabras de Trump alimentaron el odio del asesino hacia los latinos.

“Estoy tratando de motivar a otras personas a votar, porque creen que su voto no importa”, afirmó. “Pero, de hecho, sí importa. Honestamente, yo solía pensar de esa manera hasta que Trump ganó la presidencia”.

Irma Vasquez, una extrabajadora del distrito escolar de 67 años que votó por Bloomberg, ilustró el papel que las palabras del presidente tuvieron en el ataque jalándose la piel de la mejilla: “Él puso una diana en nuestras espaldas, especialmente en las de este color”.

Pedro Gándara, un técnico retirado de una compañía telefónica y veterano de la Fuerza Aérea de 74 años que votó por Biden, afirmó que Trump le evoca el racismo antilatino que ha enfrentado toda su vida. Recordó que cuando era estudiante de secundaria, se negaron a atenderlo en un restaurante en la ciudad de Amarillo.

“Eso fue en el 63 o en el 64, así que ha habido racismo aquí desde entonces, pero Trump lo ha hecho surgir notablemente”, afirmó Gandara. “Él está contra todos nosotros”.

Tal vez nadie ejemplificaba mejor la división entre los votantes latinos demócratas en Texas que se preparan para el supermartes que los miembros de la familia Balcázar.

El pasado miércoles, Miguel Balcázar, de 66 años, maestro de Historia de primaria retirado, se dirigía lentamente a un sitio de votación temprana en un centro de recreación en el barrio de Mission Valley, a unos tres kilómetros de donde sucedió el tiroteo del Walmart. Iba con bastón debido a sus problemas de rodilla. Junto a él, su esposa Lucinda, de 65 años, asistente de docencia de educación especial también jubilada, caminaba con la misma lentitud. Llevan 41 años casados.

Se dirigían con precaución a votar, pero ansiaban una revolución política. Al volver a su coche con calcomonías de “Yo voté”, ambos dijeron haber apoyado a Sanders.

“Siento con mucha fuerza que él es más radical que cualquier cosa”, dijo Balcázar refiriéndose a Sanders.

Sus tres hijos no los habían acompañado, pero los padres sabían exactamente cómo iban a votar. Uno de sus hijos planea votar por Sanders, otro está indeciso y el otro votará por Trump, una muestra del apoyo hispano republicano que el presidente tiene en un estado conservador como Texas.

“No puedo hacerle cambiar de opinión” dijo Balcázar meneando la cabeza. “Él dice: ‘Papá, voy a ponerte un anuncio en el techo porque tú ya no puedes subirte allá’”.



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