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Un libro de 1991 predijo una gran crisis en 2020. ¿Qué sigue ahora?


2020-05-29

Por Jeremy W. Peters, The New York Times

Dos académicos acuñaron el término milénial y desarrollaron una base de admiradores para sus teorías sombrías. Uno de ellos pronostica ahora un cambio generacional en la política estadounidense que no presagia nada bueno para los republicanos.

La llamaron la Crisis de 2020: una calamidad no especificada que “podría rivalizar con las pruebas más graves que nuestros antepasados conocieron” y serviría como “la próxima gran bisagra de la historia”. Podía ser una catástrofe ambiental, una amenaza nuclear o “alguna falla catastrófica en la economía mundial”.

Eso fue en 1991.

Los académicos responsables fueron William Strauss y Neil Howe, cuyo libro Generations presentó una provocadora teoría de que la historia estadounidense se desarrolla en ciclos de auge y caída de aproximadamente 80 años. Sus conclusiones sobre la forma en que cada generación desarrolla sus propias características y cualidades de liderazgo influyeron en una amplia gama de líderes políticos, desde liberales como Bill Clinton y Al Gore hasta conservadores pro-Trump como Newt Gingrich y Stephen K. Bannon.

Parece que sabían algo. ¿Y ahora qué?

Strauss murió en 2007, por lo que no puede observar cuán inquietantemente correcta fue “la crisis de 2020” ni ofrecer ninguna idea sobre cómo Estados Unidos saldrá después de atravesar la pandemia del coronavirus. Pero Howe, quien ahora presenta un pódcast y analiza tendencias demográficas para una firma de asesoría de inversiones, aún está en el negocio del conocimiento. Y lo que prevé —un realineamiento generacional en la política estadounidense acelerado por el fracaso de la generación de los baby boomers para sacar a la nación de su atolladero— no presagia nada bueno para el presidente Donald Trump o los republicanos.

Durante la mayor parte de los últimos 75 años, la actitud republicana sobre el gobierno se basó en un profundo escepticismo respecto a la autoridad que dice, en esencia: para el éxito no se necesita de una aldea; se necesita de un individuo decidido cuyo gobierno no se interponga en el camino. Pero esa creencia, dijo Howe, “es excepcionalmente inadecuada para la crisis actual”.

Hace casi 30 años, cuando predijo por primera vez un evento como el coronavirus, Howe dijo que el año 2020 no era un pronóstico como para marcar el día del fin del mundo en un calendario, sino un número redondo que se ajusta a la naturaleza cíclica de su teoría: es aproximadamente 80 años después de las grandes crisis de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión.

Más perspicaz que la fecha en sí fue la afirmación de que los patrones históricos apuntaban a la llegada de una crisis generacional definitoria que obligaría a los milénials a enfrentar una situación complicada a inicios de su edad adulta. (Strauss y Howe fueron los primeros en aplicar ese término a los nacidos a principios de la década de 1980, porque alcanzarían la mayoría de edad alrededor del año 2000).

Más que una novedad, su teoría ayuda a explicar por qué algunas de las voces más prominentes de izquierda, centro y derecha que piden una reforma política en Estados Unidos han sido jóvenes: la representante Alexandria Ocasio-Cortez, de 30 años; Pete Buttigieg, de 38 años; Josh Hawley, senador de Missouri, de 40 años.

Mientras los baby boomers envejecen y se retiran del servicio público, dice la teoría, arreglar los problemas creados por la pandemia le corresponderá a esta generación más joven y cívicamente orientada. Howe, quien a los 68 es miembro del grupo del cual es crítico, dijo en una entrevista que no fue una coincidencia que el presidente boomer y muchos de su generación —en especial los más conservadores— en general hayan tomado una actitud más laxa hacia el coronavirus que las personas más jóvenes.

Las encuestas han encontrado que los estadounidenses más jóvenes favorecen abrumadoramente un enfoque cauteloso para volver a la normalidad, y están más preocupados sobre el virus. Esto incluye a muchos jóvenes republicanos, de entre 18 y 49 años, que son mucho más propensos que los republicanos de 50 años o más a opinar que lo peor del brote aún está por llegar, según una encuesta de abril del Pew Research Center.

“Este es realmente el problema con la Generación X y los baby boomers”, dijo Howe. “Ellos han defendido este tipo de individualismo. Han defendido pensar menos en la comunidad”.

Por otro lado, los conservadores podrían argumentar que son los mejor preparados para enfrentar un momento que a veces se siente como el apocalipsis a la vuelta de la esquina. Las noticias por cable, las conversaciones en la radio y los sitios web de derecha han estado hace mucho llenos de anuncios de productos destinados a sustentar a las personas durante una catástrofe: inversiones en metales preciosos, generadores domésticos y suministros para conservar su propia comida.

Pero la tranquilidad que ofrecen estos productos se trata, en última instancia, de cuidarse a sí mismo, el tipo de conservadurismo de “yo primero” que se desarrolló a partir del auge de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.

La crítica de Howe a los conservadores de hoy es compartida por un número creciente de republicanos más jóvenes. Rachel Bovard, directora sénior de políticas del Conservative Partnership Institute, dijo que muchos de su generación quieren ver un gobierno intervencionista en áreas de la política como el comercio y las finanzas.

“Creo que no se lo ha cuestionado por mucho tiempo y se ha convertido en una especie de teología nacional: la empresa privada es buena. Punto final”, dijo Bovard, de 36 años. “Valoro mi libertad, ya sea la libertad de un gobierno tiránico o de una corporación tiránica”.

Después de Generations, Howe y Strauss siguieron con The Fourth Turning, que ahondó sobre la inminente calamidad. Pero más allá de la predicción de desastres, la base de su trabajo es que los estadounidenses tienden a desarrollar ciertos rasgos que son bastante consistentes en toda su generación.

En el prefacio de Generations hace casi 30 años, hicieron un guiño a la desesperación que los boomers a veces sentían sobre el carácter de sus pares. “Puede que sientas algo de decepción”, dijeron, “sobre los Dan Quayle y Donald Trump que han estado entre los primeros de tus contemporáneos en escalar la pirámide de la vida”.

Howe admite la decepción que siente respecto al sitio que ocupa Trump en la pirámide de la vida: “Creo que hasta ahora”, dijo, “es justo decir que Trump no ha crecido en su papel”.

Una de las ventajas de las crisis que están en el centro de estas teorías es la innovación que tienden a producir: un programa económico y social como el New Deal, un descubrimiento para la salud pública como la vacuna contra la poliomielitis. Pero, hasta ahora, el gobierno de Trump ha sido incapaz o no ha querido pensar en grande sobre los problemas en cuestión, dicen los críticos.

“La noticia verdaderamente mala es que estamos bajo el control de una administración que lo ve a todo como mercadotecnia, propaganda, marcas”, dijo David Kaiser, ex profesor del Naval War College e historiador que es fanático de las teorías de Strauss y Howe. “Y no creo que sea realmente capaz de pensar en un problema y actuar en consecuencia”.

El escepticismo de que grandes y audaces soluciones vendrán del gobierno Trump es compartido incluso por Bannon, un fiel defensor del presidente desde que fue retirado de su papel como estratega jefe de la Casa Blanca en agosto de 2017. En una entrevista, Bannon dijo que el gobierno nunca se tomó en serio la posibilidad de que ocurriera una catástrofe como el coronavirus, lo que ha llevado a una falta de imaginación al lidiar con el problema.

“Tuviste un llamado de atención al comienzo de esta administración, y nadie le prestó atención”, dijo. Bannon fue un promotor de la teoría de las crisis en The Fourth Turning cuando aún estaba en la Casa Blanca.

“Tanta gente se burló de mí y me ridiculizó. Dijeron: ‘No puedes creer en estas cosas. Te hace ver como un loco de remate’”, dijo. Los que dudaban incluían al presidente, quien le dijo a Bannon que la teoría era demasiado sombría para él. “Él dijo: ‘Soy un optimista’. Yo dije: ‘Soy un realista. Y esta es la realidad’”, recordó Bannon.

Bannon dijo que en lugar de idear nuevos programas para los millones de personas que tal vez nunca recuperen sus viejos empleos, la Casa Blanca y sus aliados conservadores estaban recurriendo al tipo de políticas de estímulo que se supone que detestan.

¿Dónde estaban todos los empresarios conservadores que insistieron en que el gobierno salga de su camino?, preguntó Bannon. “Los vi a todos, una vez más, ir corriendo al gobierno para pedir rescates”, dijo.

Al escribir en 1997 The Fourth Turning, Howe y Strauss advirtieron que, después de la crisis de 2020, el partido que estuviera en el poder en esa fecha “podría encontrarse fuera del poder por una generación”, similar a lo que pasó con los demócratas de 1860 y los republicanos de 1929.

No todos ven un final sombrío para Trump y los republicanos en esta crisis. Dick Morris, un ex asistente de Clinton que desde entonces se ha convertido en un crítico conservador de los demócratas, dijo que creía que la teoría de Strauss y Howe ayudó a explicar cómo Trump ganó en 2016, y cómo podría hacerlo nuevamente este año.

Si la victoria de Trump fue una rebelión de los votantes de la clase trabajadora que sentían que los líderes del país les habían fallado, dijo Morris, su reelección “dependerá de quién va a reconstruir la economía una vez que todo esto haya terminado, lo cual es también la fuerza de Trump”.

Morris, fanático de Strauss y Howe, recordó que cuando trabajó para Clinton durante la campaña presidencial de 1992, el ex presidente le dijo que leer Generaciones lo influyó para escoger a Al Gore como su compañero de fórmula, debido a su cercanía en edad y temperamento político. Tres de los cuatro últimos presidentes son boomers: Clinton, George W. Bush y Trump, todos nacidos en 1946. El probable nominado demócrata este año, Joe Biden, tiene 77 años y es parte de la más vieja “Generación Silenciosa”.

Si la pandemia no acaba con el control de la generación boomer en el gobierno estadounidense, algunos esperan que termine con la marca de conservadurismo que ha prosperado durante su tiempo en el poder.

“¿Dónde está mi copia de Atlas Shrugged?”, preguntó Bannon, refiriéndose a la novela de Ayn Rand que los conservadores a menudo citan por su heróica representación del individualismo y la autodeterminación. “Está en la trituradora”.



Jamileth


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