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ACNUR teme por desplazados venezolanos durante la pandemia
Por JAMEY KEATEN GINEBRA (AP) — El jefe de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados dijo estar “muy preocupado” por el impacto del nuevo coronavirus en América Latina, donde millones de venezolanos han huido de los problemas en su país y podrían enfrentar complicaciones en el extranjero por las cuarentenas y las demás medidas restrictivas adoptadas para combatir la pandemia. En total, 164 países han cerrado parcial o totalmente sus fronteras para luchar contra el COVID-19, la enfermedad causada por el virus, señaló el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi. Muchos de los que escapan dependen de la “economía informal”, que a menudo implica trabajar por jornadas, actividades en peligro a medida que los gobiernos aumentan las restricciones. “Por supuesto, es bueno que los países estén tomando estas medidas de prudencia” contra el virus, señaló Grandi. “Desafortunadamente, el COVID que ha sido capaz de hacer que todo el mundo se detenga, no ha podido detener guerras, conflictos, violencia y discriminación”. “La gente sigue huyendo de sus países para buscar refugio, para buscar protección. Hay que considerar esto”, agregó apelando a los gobiernos. El impacto podría ser especialmente severo para los 3,7 millones de venezolanos que están fuera de su país, la segunda nacionalidad mayoritaria entre los refugiados por detrás de los 6,6 millones de sirios desplazados por la guerra. América se ha convertido en el epicentro mundial de la pandemia del coronavirus. “Una región que nos preocupa mucho es, por supuesto, América Latina y América del Sur y, en particular, donde los países acogen a millones de venezolanos”, afirmó Grandi en una entrevista. “Están particularmente afectados por el COVID”. Las declaraciones coincidieron con la publicación del informe anual de ACNUR “Global Trends”. De acuerdo con el reporte, el número de solicitantes de asilo, desplazados internos y refugiados se disparó en cerca de nueve millones de personas el año pasado, su mayor aumento desde que se tienen registros, hasta 79,5 millones de personas, o el 1% de la población mundial, por los conflictos, la represión y la agitación. ACNUR atribuyó el aumento a una nueva forma de contabilizar a los desplazados venezolanos y a los “preocupantes” nuevos desplazamientos en lugares con problemas persistentes como Congo, la región africana del Sahel, Yemen y Siria, que por sí sola tiene más de 13 millones de desplazados. Aunque la cifra total de afectados por desplazamientos forzosos subió desde los 70,8 millones de finales de 2018, unos 11 millones son “nuevos desplazados” desde el año pasado, con los países más pobres entre los más afectados. Según ACNUR, el desplazamiento forzoso se ha multiplicado prácticamente por dos desde los 41 millones de personas de 2010, y cinco países — Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar — son el origen de casi dos tercios de quienes huyen al extranjero. Entre el 30 y el 40% de la población mundial de refugiados viven en campamentos, añadió Grandi. El COVID-19 no ha afectado “en gran cantidad” a campos como los de Cox’s Bazar en Bangladesh — una nación que ha aceptado a casi un millón de musulmanes rohinya llegados desde la vecina Myanmar — o África. Durante el brote de coronavirus, ACNUR ha reforzado sus programas de “transferencia de efectivo”, que ponen dinero directamente en los bolsillos de los desplazados. En la actualidad, 65 países se benefician de estas iniciativas, “y hemos añadido 40 países solo en los últimos meses”, añadió Grandi. Jamileth |
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