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Kim Jong-un se vuelve hostil contra Corea del Sur y su hermana es quien da la cara


2020-06-18

Por Choe Sang-Hun, The New York Times

Con su sangre “revolucionaria” y poder cada vez más afianzado, Kim Yo-jong surge como reemplazo potencial de su hermano en el sistema patriarcal norcoreano.

Cuando Corea del Norte decidió participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, en Corea del Sur, dando inicio a un rápido periodo de acercamiento en la península, su encantadora ofensiva fue liderada por el rostro sonriente de Kim Yo-jong, la única hermana de Kim Jong-un, el máximo líder de ese país.

Ahora, mientras Kim amenaza con extinguir la frágil distensión con un nuevo ciclo de acciones belicosas y provocaciones militares, es su hermana quien vuelve a hablar por la nación, esta vez con un tono de desprecio hacia Corea del Sur, una señal de su creciente influencia en el régimen hereditario.

“Fue repugnante escuchar su discurso”, dijo Kim Yo-jong sobre el líder del sur, Moon Jae-in, en un comunicado divulgado el miércoles. La dirigente norcoreana se refería al mensaje pronunciado esta semana por el presidente de Corea del Sur en el que pedía la paz en la península. “Parece como si estuviera loco, aunque por fuera aparenta ser normal”.

“Así que decidí preparar una bomba de palabras para informar a nuestra gente”, dijo.

En Corea del Norte, pocos líderes además de Kim Jong-un pueden emitir declaraciones como esa. Pero Kim Yo-jong, de 32 años, quien es la principal portavoz y coordinadora de políticas de su hermano, ejerce mucho más poder del que sugiere su edad y sus modestos cargos como primera subdirectora departamental en el gobernante Partido Nacional de los Trabajadores y miembro suplente, no fijo, de su politburó.

Su influencia en una jerarquía llena de generales y secretarios del partido de edad avanzada deriva de la “sangre revolucionaria” que recorre su cuerpo. Es nieta de Kim Il-sung, el fundador de Corea del Norte que todavía es venerado como una figura divina.

Eso la convierte en una candidata potencial, incluso en la cultura profundamente patriarcal de Corea del Norte, para sustituir a su hermano –que se cree que tiene 36 años–, en caso de que muera o quede incapacitado.

Los analistas aseguran que el ascenso sistemático de Kim Yo-jong agrega una sensación de continuidad a los planes de sucesión de Corea del Norte. En ese país, los futuros líderes principales deben demostrar que pueden enfrentarse a Corea del Sur y a Estados Unidos.

“Lo que vemos es que Corea del Norte está implementando un plan de sucesión de contingencia en caso de que la salud de Kim Jong-un se deteriore”, dijo Yoo Dong-ryul, especialista en Corea del Norte en el Instituto Coreano para la Democracia Liberal en Seúl.

Kim tiene un hermano mayor, Kim Jong-chol, a quien su padre consideraba poco masculino para liderar un país altamente militarizado. Nunca se le ha visto en público con su hermano menor.

En 2017, Kim ordenó el asesinato de su medio hermano, Jong-nam, en Kuala Lumpur. También ejecutó a su tío Jang Song-thaek.

Kim tiene otro tío, Kim Pyong-il, de 65 años, quien regresó al país el año pasado después de trabajar durante décadas como embajador en países de Europa oriental. Pero su larga estancia en el extranjero le ha impedido forjar una base de apoyo en Pionyang. Kim Kyong-hui, tía del máximo líder y viuda de Jang, está enferma.

Los expertos aseguran que esta situación hace que Kim Yo-jong sea la sucesora más probable, si su hermano muere antes de que sus hijos crezcan.

Ella y Kim asistieron a escuelas en Suiza cuando eran adolescentes. Pero el mundo exterior la había visto poco hasta que apareció junto a él en el funeral de su padre, Kim Jong-il, en 2011. Algunos expertos en Corea del Sur dicen que está casada con Choe Song, de quien se dice trabaja en la Oficina 39, una agencia secreta que maneja fondos para la familia Kim. Choe es hijo de Choe Ryong-hae, quien tiene los títulos más importantes del partido después del líder Kim.

Kim atrajo la atención mundial cuando se convirtió en la primera integrante de la familia Kim en cruzar la frontera hacia Corea del Sur, al asistir a la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de Invierno de Pyeongchang, en 2018. Después, estuvo junto a su hermano en las cumbres con Moon, el presidente Trump y el presidente Xi Jinping de China.

Estuvo de pie al lado de Kim cuando él firmó una declaración conjunta con Trump después de la histórica primera cumbre sobre la desnuclearización de la península de Corea, celebrada en Singapur en junio del 2018. El secretario de Estado Mike Pompeo fue su contraparte estadounidense durante la ceremonia.

Kim aparentemente perdió su trabajo en el politburó cuando Kim reemplazó a su equipo de política exterior después del colapso de su segunda cumbre con Trump, que se celebró en Vietnam en febrero del año pasado.

Pero este año, cuando el líder Kim cambió a una relación cada vez más hostil con Seúl y Washington a medida que sus esfuerzos diplomáticos con Trump se estancaban, las acciones de su hermana comenzaron a cotizarse nuevamente al alza.

Desde marzo, ha estado emitiendo declaraciones bajo su propio nombre, atacando a la oficina de Moon por su “forma imbécil de pensar”. Elogió una carta que Trump le envió a su hermano, calificándola de “buen criterio” pero no lo suficiente para mejorar los lazos.

Desde la semana pasada, los medios estatales de Corea del Norte la han presentado como la orquestadora de una serie de declaraciones y decisiones rápidas que han incrementado las tensiones en la península de Corea. El martes, el régimen del norte destruyó la oficina de enlace intercoreana en la ciudad fronteriza de Kaesong y, un día después, el ejército norcoreano amenazó con reanudar sus ejercicios militares en la disputada frontera marítima occidental con el sur.

El miércoles, la ofensiva de Kim Yo-jong tuvo su primera víctima política en Corea del Sur. El ministro de Unificación, Kim Yeon-chul, renunció y asumió la responsabilidad por el deterioro de las relaciones con el régimen de Kim Jong-un y por los esfuerzos fallidos para mediar entre Corea del Norte y Estados Unidos.

El repentino cambio de la dictadura norcoreana hacia su vecino del sur y, por extensión, hacia Estados Unidos, puede reflejar un deseo de unificar al país frente a una economía muy afectada por la pandemia del coronavirus y una necesidad cada vez mayor de presionar para obtener concesiones ante las sanciones internacionales, dijo Leif-Eric Easley, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad de Mujeres Ewha en Seúl.

Poner a Kim Yo-jong al frente de la creciente confrontación de Corea del Norte con Seúl y Washington también podría darle a Kim “flexibilidad diplomática” si quiere cambiar de rumbo, dijo Easley.

Cualquiera que sea la motivación detrás de la creciente tensión, algo resulta claro: la consolidación de Kim Yo-jong como la segunda líder en el gobierno de su hermano, dijo Lee Seong-hyon, analista del Instituto Sejong, un centro de investigación en Corea del Sur.

“Mientras dirige la ofensiva contra Corea del Sur como si fuese un general, silencia a los viejos intransigentes del Politburó que quizá duden de su liderazgo”, afirmó Lee.



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