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Macron descarta virajes políticos y apuesta por un Gobierno continuista 


2020-07-06

Por MARC BASSETS | El País

París - 06 JUL 2020 - 15:24 CDT Francia ya tiene nuevo Gobierno y se parece bastante al antiguo. El presidente Emmanuel Macron ha nombrado este lunes el equipo ministerial que en los próximos dos años dirigirá el país bajo las órdenes del primer ministro Jean Castex, nombrado el viernes en sustitución de Édouard Philippe. Los pesos pesados que guiarán la potencia europea —el conservador Bruno Le Maire, en Economía y Finanzas, y el exsocialista Jean-Yves le Drian, en Exteriores—siguen en sus cargos. La principal novedad es el ascenso de Gérald Darmanin, hasta ahora ministro de Presupuesto, al Ministerio de Interior. Y el nombramiento en Justicia del histriónico y mediático abogado Éric Dupond-Moretti.

El anuncio del nuevo Gobierno, a las 19.07 horas, siguió los rituales versallescos de la V República: los rumores y desmentidos durante los días, los nervios a lo largo de la jornada de los descartados y los elegidos, y finalmente, las consultas entre el presidente y su primer ministro y la solemne declaración sin preguntas en las escalinatas del palacio del Elíseo, por parte del secretario general de la presidencia, Alexis Kohler. En total, 31 ministros, 17 mujeres y 14 hombres. Era la primera remodelación ministerial después del primer cambio de primer ministro desde que Macron ganó las elecciones en 2017. El balance del nuevo equipo, que afrontará una de las peores recesiones de las últimas décadas, puede condicionar la reelección del presidente en 2022.

El principal damnificado en este cambio ministerial es el titular de Interior, Christophe Castaner, un exsocialista y fiel macronista que tuvo que enfrentarse con la violencia de la revuelta de los chalecos amarillos y con las acusaciones de brutalidad policial, y que acabó siendo cuestionado por las propias fuerzas del orden. Su sustituto, Darmanin, tiene 37 años, procede de la derecha de Nicolas Sarkozy y es una estrella ascendente. Ocupará el cargo que antes que él ocuparon el presidente Sarkozy y el primer ministro Manuel Valls. Otra novedad, a parte de Dupond-Moretti, es la entrada de la también mediática Roselyne Bachelot, que fue ministra con los presidentes conservadores Sarkozy y Jacques Chirac, y ha visto reivindicada su figura pública con el coronavirus, pues anticipó en su tiempo de ministra algunas de las carencias ante la pandemia.

Los equilibrios son parecidos a los de los Gobiernos precedentes. No entran ecologistas de peso, como se había especulado tras la llegada al poder, en las elecciones municipales del 28 de junio, de candidaturas verdes en grandes ciudades francesas. Pero la nueva ministra de la Transición Ecológica, Barbara Pompili, procede del partido Europa Ecología Los Verdes, aunque era diputada por La República en marcha (LREM), el partido de Macron. Tampoco hay ningún fichaje destacado de la esfera socialista. Ecologistas y socialistas, después de los avances en las municipales, sopesan una alianza para desafiar al presidente en 2022. La línea del nuevo Gobierno es parecida a la del anterior: centristas, con una inclinación en las políticas económicas —y ahora en la seguridad— al centroderecha.

Castex, un desconocido para la gran mayoría de franceses, relevó el viernes a Édouard Philippe, primer ministro desde que Macron llegó al poder en 2017 y más popular en los sondeos que el presidente de la República. El nuevo jefe de Gobierno, que fue colaborador estrecho de Sarkozy, atesora una nutrida experiencia en la alta administración, donde ha acreditado su capacidad para gestionar equipos y afrontar situaciones complejas. La última, como responsable de la desescalada en Francia después de los dos meses de confinamiento por el coronavirus. Su otro activo es el arraigo local. Desde 2008 es alcalde de Prada, un pueblo de 6,000 habitantes al pie de los Pirineos, en la Cataluña francesa.

Al nombrar a alguien como Castex, con escasa experiencia en la primera fila política —nunca ha sido diputado ni ministro—, Macron reafirma el preeminencia del presidente sobre el primer ministro ante el momento crítico de la recesión y a dos años de las elecciones presidenciales. En una de sus primeras declaraciones públicas, el nuevo primer ministro dejó claro que sabe cuál es su lugar, pero que tampoco piensa ser un subalterno, un “colaborador”, como Sarkozy designó a su jefe de Gobierno, François Fillon. “En nuestras instituciones, el jefe del Estado fija el rumbo y el primer ministro garantiza su puesta en marcha de acuerdo con la mayoría parlamentaria”, dijo en el periódico Le journal du dimanche. Pero añadió: “Cuando ustedes hayan aprendido a conocerme, verán que mi personalidad no puede disolverse en el término de ‘colaborador”.

Castex no ha tardado en ponerse manos a la obra. El sábado, visitó una fábrica en el sur de París; el domingo, una comisaría. Y pasó buena parte del lunes reuniéndose con los representantes de la Asamblea Nacional, el Senado y el Consejo Económico, Social y Medioambiental, una manera de mostrar su voluntad de diálogo con las cámaras legislativas.

En una serie de mensajes en la red social Twitter, Macron indicó que el programa con el que salió elegido hace tres años “sigue en el corazón de [su] política”, pero precisó que esta “deberá adaptarse a las convulsiones internacionales y a las crisis [actuales]”. “Hay que dibujar un nuevo camino”, añadió, en el que la “reconstrucción económica, social, medioambiental y cultural” será la prioridad. “En cada etapa de la reconstrucción de nuestro país, insistiremos en no dejar a nadie en la cuneta”, prometió. Y aseguró que el nuevo Ejecutivo será “un Gobierno de misión y de unión”.

Una vez formado el Gobierno, Macron aprovechará la fiesta nacional, el próximo día 14, para dirigirse a la nación con un discurso en el que presentará los planes para afrontar la crisis. Después, Castex pronunciará ante la Asamblea Nacional el discurso de política nacional, su primer examen ante los parlamentarios y ante Francia.



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