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Mejor no me hables de Dios, me incomoda y yo ya sé lo que tengo que saber


2020-08-03

Por: Kristina Hjelkrem 

Unos pocos conceptos que debemos tener claros cuando alguien nos expresa ideas como la del título a este artículo

El católico que ama a Dios tiene un gran deseo de compartir ese amor con los demás, de evangelizar. Puede ser que muchas veces te hayas encontrado con alguien que no piensa o vive como tú y entonces hayan entablado un debate. En éste puedes encontrarte con dos tipos de cristiano: el no practicante o ateo, que puede tener muy estudiado porque prefiere llevar una vida paralela al Señor y a las enseñanzas de la Iglesia (corrientes de pensamiento distintas, el big bang, inexistencia de una vida después de la muerte, etc.), pero también aquellos que prefieren apartarse, por Dios y por la Iglesia en sí mismos…

Para hablar de ello, les comparto el siguiente video:

Está claro que la humanidad está muy herida: hay grandes injusticias en el mundo que no parecen tener solución y las personas se enfrentan a circunstancias personales cada vez más complejas. En la continua búsqueda de consuelo y descanso, el escuchar de amor y misericordia es lo único que el corazón realmente anhela; pero a veces la dinámica de la libertad del hombre y la bondad de Dios, es muy compleja para el corazón.

Me encanta una de las frases con las que comienza la segunda parte del video: «Mi intención es simplemente que sepas que lo que te han enseñado desde pequeño, no es todo lo que hay». Creo que esa debe ser nuestra actitud al evangelizar.

La Iglesia es Santa y es de Cristo, pero a la vez se encuentra compuesta por personas que se equivocan y pecan. Los horrores que la sociedad a veces “achaca” a la Iglesia se pueden atribuir solo a ciertas personas concretas que están en ella, y suelen tratarse de actos que la misma Iglesia condena como equivocados. Invitar a ver que los errores de ciertos miembros de la Iglesia “no es todo lo que la Iglesia es”, es invitar a conocer a los grandes santos como San Juan Pablo II y Santa Madre Teresa de Calcuta, es invitar a participar de las actividades que organizan las parroquias para atender a enfermos y pobres, es invitar a estudiar las enseñanzas de la Iglesia que iluminan la vida del hombre (p.e. Teología del cuerpo de San Juan Pablo II, Amoris Laetitia del Papa Francisco, etc.).

De la misma forma, respecto de Dios, debemos invitar a ver que el dolor, la muerte y los errores de las personas “no es todo lo que hay”, hay más: hay Amor, Belleza, Bondad. Uno de los mayores errores de los corazones de las personas de nuestro tiempo es identificar a Dios con las personas que lo siguen. Por poca falta que haga decirlo, existe una gran diferencia, Dios es el amor perfecto, mientras que los seres humanos de forma imperfecta intentamos llegar al amor. Dios no se va a equivocar, no te va a herir, literalmente solo quiere amar al mundo entero.

Como apóstoles de Cristo es importante tener estas ideas claras para que sepamos no solo comprender a las personas que no confían en la imagen de la Iglesia o de Dios, pero para también saber llevarles a conocer a Dios verdaderamente, quitando del debate esas  “sombras” que no se les pueden atribuir a Él.



regina


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