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Río de Janeiro se arriesga a una segunda ola de COVID-19 por reapertura en mal momento


2020-09-16

Por Pedro Fonseca, Rodrigo Viga Gaier | Reuters

RÍO DE JANEIRO, 16 sep (Reuters) - La reapertura de las playas y bares de cara a una embriagadora temporada de verano en Río de Janeiro crea el riesgo de una segunda ola de infecciones de coronavirus, advirtieron expertos, en momentos en que la segunda ciudad más grande de Brasil desmantela gran parte de su capacidad sanitaria de emergencia.

Imágenes de sombrillas que cubren las famosas playas de Río como una alfombra y personas bebiendo en las calles se han hecho virales en semanas recientes, alarmando a epidemiólogos que temen que la reapertura podría haberse dado muy pronto.

Parte del problema, dicen, es que la decisión de Río de flexibilizar las restricciones se basó parcialmente en datos incorrectos que mostraban una caída en las muertes, que luego resultó ser solo un retraso burocrático en los registros. De hecho, éstas se han mantenido estables en un nivel alto.

El COVID-19 ya ha causado la muerte de más de 10,000 personas en la turística ciudad brasileña. Si Río fuera un país, su tasa de mortalidad per cápita sería la más alta del mundo.

Brasil registra la tercera cifra más alta del mundo de casos de coronavirus, sólo superado por Estados Unidos e India.

“No hay garantía de que la situación se haya estabilizado permanentemente. Todavía hay muchas personas susceptibles al virus en la ciudad”, dijo Americo Cunha, profesor de matemáticas y estadística en la universidad estatal de Río de Janeiro y quien ha seguido el brote. “Si no hay medidas de contención adecuadas, se podría ver una llamada segunda ola”, agregó.

Una segunda ola podría ser particularmente letal.

Si bien Río construyó dos hospitales temporales al comienzo de la pandemia, ya cerró uno de ellos, citando un aplanamiento de la curva, en tanto, el estado ha reducido casi a la mitad sus unidades de cuidados intensivos.

La ciudad había prometido construir hasta siete hospitales de campaña, pero no cumplió en medio de graves acusaciones de corrupción.

El gobernador del estado de Río de Janeiro fue suspendido en agosto durante 180 días por supuestamente recibir sobornos relacionados con la respuesta estatal al coronavirus. Él niega haber actuado mal.

“Si tenemos un aumento de casos debido a este proceso de reapertura, la probabilidad de que el sistema de salud colapse es muy alta”, dijo Diego Xavier, investigador de la Fiocruz, un importante instituto brasileño de investigación en salud pública.

 



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