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Un Madrid de fogueo


2020-09-21

José Sámano | El País

El campeón volvió seco. El Madrid no tuvo cañones. Ni cuando tuvo el mando en el primer tiempo, ni cuando espabiló la Real tras el intermedio. El equipo de Zidane no dio con Benzema y no tuvo el rescate de Sergio Ramos. En un partido con aire muy juvenil, Odegaard y Rodrygo se quedaron por el camino y acabaron relegados antes de tiempo. Sin apenas chispa ofensiva, Zidane se olvidó de Jovic y Borja Mayoral. Enfrente, la Real fue un conjunto ambulante. Gregaria de entrada y algo más suelta en el segundo tiempo.

Con Zidane nunca se sabe. Para el estreno en San Sebastián sorprendió con Casemiro, un pretoriano de primera sea cual sea el escenario o la estación, en la grada. El técnico galo envidó con un 4-2-3-1, con Kroos y Modric apañándose en los fogones y tres divisas juveniles como escoltas de Benzema: Vinicius y Rodrygo por los costados y Odegaard gravitando cerca del delantero francés. Para lozana la Real Sociedad. Tras muchos contratiempos durante la pretemporada, Imanol Alguacil articuló un equipo con 23 años de edad media. Quizá por tanta bisoñez, a la Real le costó despertar. Chata durante el primer acto, la mayor determinación del Madrid la condenó a un papel muy secundario. A expensas de un Real gobernante, pero falto de matarifes en el área de Remiro.

Solo Vinicius, con sus gambetas y pedaleos, sacaba la cadena a la zaga local. Mucho más retraídos Rodrygo y Odegaard. El brasileño apenas retó a Aihen. El noruego, con un observatorio panorámico a espaldas de Guevara y Merino —los pivotes centrales de la Real—, tramitó su regreso al Madrid más preocupado de no  fallar que de aventurarse. Así que el conjunto de Zidane quedó colgado de Vinicius, muy bien auxiliado por Mendy, que progresa y progresa. El lateral francés supo armonizar con el diabólico extremo brasileño. A Vinicius le gusta pisar la raya y citar a un duelo esgrimista a sus marcadores. Lo interpretó muy bien Mendy, con más despliegue por posiciones interiores para no interferir a su compañero. Un par de maniobras de Benzema acercaron al Madrid al gol.

Hasta el último suspiro del primer tiempo mucho más lejos estuvo la Real, a la que costaba siquiera echar un vistazo a Courtois. Los de Imanol se sostenían con Elustondo, impecable en varios cruces. De baja Zubeldia, sus compañeros llegaban tarde a la presión. Y no tenían hilo con la pelota. Tibio Oyarzábal, Isak perdía cada pulso con Varane, nada que ver con el Varane de Mánchester. Eso sí, la única vez que conectaron ambos, Oyarzábal e Isak, a un parpadeo del descanso, el sueco se plantó ante Courtois, que evitó la diana con el pie izquierdo. Un posterior remate combado del propio Isak no solo puso en alerta al Madrid. De vuelta del intermedio, el partido fue otro.

El segundo periodo se le hizo tan largo al Madrid como a la Real. Estos tiempos de tanta zozobra, tan imprevistos, castigan el físico. Barrenetxea, extremo veloz y desequilibrante, estuvo a punto de superar a Courtois, pero un pase a bocajarro a Isak se le quedó en un tiro frustrado.

No tardaron en intervenir los entrenadores. Primero hubo pista para Silva, de vuelta a LaLiga 10 años después. Con su entrada por Isak, la Real se quedó sin un delantero boya. Respondió Zidane con tres relevos de una tacada. Valverde, Casemiro y el cadete debutante Marvin recogieron el testigo de Modric, Rodrygo y Odegaard. Marvin, un galgo que se mueve por la banda derecha, no fue el único que se estrenaba, también Arribas, un chico con una zurda de seda. La Real también puso en liza a González de Zárate, jugador hercúleo para la custodia del medio campo. Para entonces, el partido ya había perdido mucho gas. Ya fue un encuentro con muchos horizontes, con la gente ya extenuada. Y pese a los espacios abiertos, fruto del cansancio, nadie estuvo preciso. Al Madrid, como al reciente Madrid campeón, el gol le llega con fórceps en muchas ocasiones. Fuera o no un mensaje a los despachos, pese a la sequía ZZ dejó en la sombra a Jovic y Borja Mayoral, anticipados por dos becarios. Faltan Asensio y Hazard, futbolistas más para asistir que para golear. Para el preparador francés no hay más nueve que Benzema. De regreso, el gol es la principal asignatura del campeón.



Jamileth


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