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Elecciones en Estados Unidos, opacadas por las noticias falsas dirigidas a los latinos


2020-11-06

Por Patricia Mazzei y Nicole Perlroth | The New York Times

MIAMI — Una serie de publicaciones proliferaron la noche de las elecciones antes de que cualquier noticia remotamente definitiva se diera a conocer sobre los resultados de la contienda presidencial. “Robado”, se leía sin parar en español; según estas denuncias falsas, al presidente Donald Trump le habían robado la victoria. Había ganado en Arizona y George Soros estaba financiando violentos “disturbios antifa”.

Estos mensajes infundados publicados en las redes sociales que iban dirigidos a la población latina con el propósito de deslegitimar las elecciones y los resultados a favor de Joe Biden circularon en línea desde el martes por la noche hasta entrada la madrugada del miércoles, como parte de una campaña de desinformación cuyo objetivo era socavar la confianza de los latinos en la votación conforme esta se iba desarrollando.

Antes del día de las elecciones se difundieron varias noticias falsas en español con la intención de poner a los latinos en contra del movimiento Black Lives Matter y vincular a Biden con ideologías socialistas, tácticas que según los expertos podrían desalentar el voto entre la comunidad hispana. Ahora que la votación ha concluido, esas falsedades descontroladas incluso han ganado una mayor audiencia, al incluir a inmigrantes menos familiarizados con las instituciones de la democracia estadounidense. En esencia, estas afirmaciones falsas señalan que las elecciones están “amañadas” en perjuicio de Trump.

“Este discurso de información falsa solo ayuda a sumir al país en una atmósfera de todavía más caos y confusión”, se lamentó Fadi Quran, director de campañas en Avaaz, organismo sin fines de lucro dedicado a rastrear información falsa. Señaló que estas campañas de desinformación representan una “emergencia democrática”. “Las comunidades más vulnerables del país pagan el precio más alto”, indicó.

Desde hace semanas, tanto los funcionarios electorales como los expertos en seguridad electoral se preparaban para unas elecciones que la mayoría esperaba estuvieran marcadas por ciberataques e información falsa. Se concentraron en adversarios conocidos en Rusia, a quienes algunas semanas antes se había descubierto contratando personas en México y Venezuela para hacer circular contenido en Instagram y Facebook.

A los funcionarios y los investigadores les preocupaba que hubiera una interferencia de Irán después de que algunos iraníes que se hicieron pasar por miembros del grupo de extrema derecha Proud Boys amenazaron a los demócratas para que no votaran. El Departamento de Justicia anunció el 4 de noviembre el retiro de decenas de sitios con propaganda iraní dirigida a estadounidenses. Microsoft y el Cibercomando de Estados Unidos se concentraron de manera independiente en la infraestructura de los cibercriminales rusos para llevar a cabo ataques informáticos con el propósito de prevenir el tipo de ataques de programas de secuestro que podrían dejar congelados los sistemas electorales.

Para su alivio, el 3 de noviembre las elecciones transcurrieron con relativa calma. En palabras de un funcionario gubernamental, fue solo otro martes en internet.

Sin embargo, 24 horas más tarde se percataron de la posibilidad de que Facebook y Twitter no hayan detectado la avalancha de información falsa dirigida a los estadounidenses hispanohablantes. Algunas cuentas en español con muchos seguidores hicieron el anuncio falso de que Trump había logrado una victoria temprana, que las redes sociales habían censurado su triunfo y que Biden había hecho trampa.

Algunas cuentas de Twitter con muchos seguidores promovieron una teoría conspirativa ya desmentida, adoptada por algunos conservadores estadounidenses destacados, según la cual los trabajadores electorales en el condado de Maricopa, Arizona, les habían dado a los simpatizantes de Trump bolígrafos que no podían ser detectados por los escáneres de boletas. Otras argumentaban que manifestantes armados financiados por el multimillonario Soros estaban tomando control del Capitolio estadounidense.

Para el 4 de noviembre, los expertos en desinformación como Quran compararon el diluvio de desinformación en español con una situación de emergencia e instaron a las plataformas de redes sociales a informar de manera retroactiva a quienes habían interactuado con ese contenido que las afirmaciones eran falsas.

La desinformación tiene un gran alcance. En solo 24 horas, las noticias falseadas en español habían generado un tráfico capaz de eclipsar incluso a la campaña de interferencia encabezada por la Agencia de Investigación de Internet de Rusia y respaldada por el Kremlin hace cuatro años.

En Facebook, un video publicado en una cuenta colombiana abierta hace siete meses con el nombre Mr. Capacho en Vivo, con 40,000 seguidores, acusaba a Twitter de censurar la victoria de Trump y ya tenía más de 500,000 reproducciones, mucho más tráfico del que generaron los troles rusos con anuncios falsos del movimiento Black Lives Matter antes de las elecciones de 2016.

La cuenta colombiana, presentada como una página de noticias políticas y financieras globales, promovió conspiraciones de QAnon, como la creencia infundada de que los principales demócratas son integrantes de un grupo global de pederastas satánicos. El 2 de noviembre, la misma cuenta publicó un engañoso video editado que mostraba a Biden tocando a algunos niños, con la denuncia falsa de que era un “superdepredador”. Para el 4 de noviembre, el video tenía unas 45,000 reproducciones.

Otro influyente periodista mexicano, Ciro Gómez Leyva, quien tiene más de dos millones de suscriptores en YouTube, publicó un video el martes por la noche en el que afirmaba que 150 miembros de antifa llegaron a Washington con “máscaras de gas, armas y escudos”. Aunque hubo manifestantes que marcharon afuera de la Casa Blanca, no había pruebas de que hubiera armas involucradas.

En el canal de YouTube Campechaneando, un presentador advirtió a los espectadores que no creyeran la noticia de que Biden había superado a Trump en el conteo del Colegio Electoral. Alrededor de 160,000 personas habían visto el video hasta el miércoles.

En otro canal en español, Informativo G24, con más de 500,000 suscriptores, el 3 de noviembre los conductores compararon a los demócratas con nazis. El video registró alrededor de 350,000 reproducciones.

En Miami, un programa radiofónico en español, Cada Tarde con Carinés Moncada y Agustín Acosta, transmitió por la noche del 3 de noviembre comentarios ya desmentidos sobre algunos observadores de casilla republicanos a quienes se les había impedido cumplir con su función de observar la votación en algunos lugares de Pensilvania.

En septiembre, una de las conductoras del programa, Carinés Moncada, se refirió a una teoría conspirativa según la cual uno de los fundadores del movimiento Black Lives Matter adora al diablo.

Es difícil, casi imposible, saber cuántas declaraciones falsas influyeron en los electores latinos antes del día de las elecciones. No obstante, el epicentro de gran parte de esa información falsa fue el sur de Florida, donde vive una diversa comunidad de latinos, muchos de los cuales huyeron de regímenes autoritarios de izquierda y están abiertos a mensajes sobre el socialismo.

Cuando se recibieron los resultados del condado de Miami-Dade el 3 de noviembre, Trump superó las expectativas. Un sólido apoyo de los electores hispanos le ayudó a ganar Florida con facilidad y les permitió a los republicanos ganar dos escaños en el congreso estatal.

Juan Pablo Salas, un analista político colombiano en Sarasota, Florida, dijo que le preocupaba que la desinformación que involucraba a Bogotá, Miami y Washington pudiera ser un esfuerzo coordinado entre los intereses de la derecha en Colombia y Estados Unidos, “para esencialmente convertir a nuestra comunidad colomboestadounidense en la punta de lanza de la ofensiva de la extrema derecha”.

“Han invertido mucho dinero en convertir al sur de Florida en un bastión de campaña”, dijo Salas sobre el Partido Republicano y el partido del expresidente de Colombia Álvaro Uribe, que está muy unido a muchos republicanos de Miami.

La noche del martes, Eduardo A. Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad Internacional de Florida, aceptó analizar la elección en NTN24, una cadena de noticias de televisión con sede en Colombia. Se encontró al aire en un debate con Omar Bula Escobar, un exrepresentante de las Naciones Unidas notorio por, entre otras afirmaciones falsas, decir que Soros controla al Partido Demócrata, un tropo antisemita abrazado por QAnon.

Gamarra dijo que rechazaba las afirmaciones infundadas de Bula Escobar sobre fraude electoral en Estados Unidos y luego llamó por teléfono a la cadena después de que concluyera la entrevista.

“Dije: ‘No vuelvan a hacerme eso nunca más. Hagan una investigación de fondo sobre sus invitados’”, dijo. “Esto es irresponsable”.

Un productor del programa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios el miércoles.

Evelyn Pérez-Verdía, estratega demócrata del sur de Florida especializada en temas que afectan a los latinos, dijo que había pasado cuatro horas el 3 de noviembre intentando desmentir afirmaciones falsas transmitidas en la radio en español en las que se decía que Biden, quien es moderado, era radical de izquierda.

“Los republicanos lo tildaron de socialista, en ese lapso de cuatro horas, veinte veces”, explicó. “También dijeron cinco veces que era radical, y tres que era castro-chavista”, en referencia a Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela. “Parece que basta repetir y repetir una mentira para que se transforme en verdad”.



Jamileth


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