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Joe Biden es certificado como 46.º presidente de Estados Unidos


2021-01-07

Por Nicholas Fandos, Emily Cochrane y Marc Santora | The New York Times

El Congreso certificó la elección del presidente electo Joe Biden la madrugada del jueves, horas después de que partidarios del presidente Trump, alentados por el mandatario, invadieron y ocuparon el Capitolio, perturbando el último conteo electoral en una sorprendente muestra de violencia que sacudió el corazón de la democracia estadounidense.

Trump, que pasó meses azuzando el enojo de sus seguidores con acusaciones falsas de que la elección había sido fraudulenta y que se rehusó a condenar las protestas violentas el miércoles, dijo muy temprano el jueves que habría una transición presidencial ordenada este mes.

“Aunque estoy en total desacuerdo con el resultado de la elección y los hechos me respaldan, aun así habrá una transición ordenada el 20 de enero”, dijo en un comunicado.

La declaración, que tuvo que emitirse a través de otras personas, porque la cuenta de Twitter de Trump estaba suspendida, se dio momentos después de que el vicepresidente Mike Pence confirmó que Biden era el ganador de la elección presidencial poco después de las 4 a.m., luego de que los últimos votos electorales fueron contados en una sesión conjunta del Congreso.

No existe paralelo en la historia moderna de Estados Unidos para los acontecimientos de ayer, en los que, en nombre del presidente, insurgentes vandalizaron la oficina de la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi, destrozaron ventanas, saquearon piezas de arte y brevemente tomaron el control de la cámara del Senado y se turnaron para posar en fotografías con los puños elevados en el estrado en el que Pence había estado presidiendo.

Joe Biden, en un mensaje transmitido mientras las escenas de la destrucción en los pasillos del Congreso aterrorizaba a legisladores de ambos partidos, culpó a Trump por fomentar la insurrección.

“Lo mejor que las palabras de un presidente pueden hacer es inspirar. Lo peor, es incitar”, dijo Biden.

En todo el mundo, los aliados de Estados Unidos, acostumbrados al caos que ha caracterizado el mandato de Trump, batallaban para encontrar palabras que describieran lo que veían.

“Estas imágenes me enojan y me entristecen”, dijo la canciller de Alemania Angela Merkel.

En Rusia, en cambio, la violencia encajó perfectamente con la narrativa del Kremlin de que la democracia estadounidense se derrumba. El Kremlin no emitió un comentario oficial pero entrada la noche la televisión estatal ofreció una extensa cobertura del ataque al Capitolio, con música dramática de orquesta como acompañamiento a las imágenes de la violencia.

La agitación sucedió el mismo día que los demócratas aseguraron un par de asombrosas victorias en las elecciones de segunda vuelta en Georgia y consiguieron el control efectivo del Senado y de las palancas del poder en Washington.

El asedio al Capitolio fue el momento culminante de una campaña llena de acusaciones sin fundamento de fraude que durante semanas Trump llevó a cabo para intentar revertir una elección democrática que perdió.

Para cuando el Senado volvió a reunirse el miércoles, horas después de que los legisladores fueron evacuados de un Capitolio invadido por una turba que llevaba parafernalia de apoyo a Trump, uno de los momentos más polarizantes del país dio paso a una inesperada ventana de solidaridad. Republicanos y Demócratas se unieron para denunciar la violencia y expresar su voluntad de llevar a cabo lo que llamaron un sagrado deber constitucional.

“Para aquellos que causaron estragos hoy en nuestro Capitolio: ustedes no ganaron”, dijo Pence en un abrupto rompimiento con Trump, que había elogiado a la turba. “La violencia nunca gana. La libertad gana. Y esta todavía es la casa del pueblo”.

El líder de la mayoría, el senador Mitch McConnell, republicano por Kentucky, dijo que la “insurrección fallida” solo había dejado claro cuál era el propósito del Congreso.

“Intentaron perturbar nuestra democracia”, dijo. “Fracasaron”.

Después de que se certificó la votación la madrugada del jueves, Barry C. Black, el capellán del Senado, dijo una oración en la cámara en un emotivo cierre a un día caótico en el que una mujer fue asesinada a tiros dentro del Capitolio.

“Estas tragedias nos han recordado que las palabras importan y que el poder de la vida y la muerte reside en la lengua”, dijo. “Deploramos la profanación del edificio del Capitolio de Estados Unidos, el derramamiento de sangre inocente, la pérdida de la vida y el lodazal del desajuste que amenazan a nuestra democracia”.



Jamileth


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