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La respuesta de las fuerzas del orden en el Capitolio genera duras críticas


2021-01-07

Por Shaila Dewan, Neil MacFarquhar, John Eligon, Christiaan Triebert, Haley Willis, Stella Cooper, Cora Engelbrecht, Evan Hill, Arielle Ray | The New York Times

La policía del Capitolio estaba claramente en inferioridad numérica y poco preparada para la embestida. Y muchos vieron una descarnada doble moral en su respuesta al ataque.

Los estadounidenses vieron conmocionados el miércoles cómo una protesta tranquila se convertía en una turba furiosa que desbordó las barreras y asaltó el Capitolio —rociando a oficiales con agentes químicos, rompiendo ventanas y puertas y saqueando objetos de gran tamaño— mientras la policía del Capitolio tenía dificultades para contener la violencia y a veces simplemente se retiraba.

La fuerza policial, que cuenta con unos 2000 agentes y tiene jurisdicción exclusiva sobre los edificios y terrenos del Capitolio, estaba claramente en inferioridad numérica y no estaba preparada para la embestida, incluso cuando esta fue organizada abiertamente en sitios de redes sociales como Gab y Parler.

Se necesitaron más de dos horas, y refuerzos de otros organismos de aplicación de la ley, antes de que se reestableciera el orden. Una mujer, dentificada por las fuerzas del orden como Ashli ​Babbitt, recibió un disparo mortal por parte de un agente de la policía del Capitolio, según Robert Contee, jefe del Departamento de Policía Metropolitana de la ciudad, llamada para pedir refuerzos. Otra mujer y dos hombres murieron durante los eventos debido a emergencias médicas aún no especificadas, dijo.

Al menos 52 personas fueron arrestadas, dijo, incluyendo a cinco con cargos por posesión de armas y al menos a 26 en los terrenos del Capitolio de Estados Unidos. La mayoría de los arrestos fueron por violar el toque de queda de las 6 p. m., dijo, y agregó que la policía haría circular fotos de aquellos buscados por vulnerar el edificio del Capitolio. Además, se encontraron bombas de fabricación casera en las sedes de los Comités Nacionales Republicano y Demócrata y se descubrió una hielera que contenía un arma larga y cócteles molotov en los terrenos del Capitolio, dijo el jefe.

Las críticas a la policía del Capitolio fueron rápidas y, en algunos sectores, implacables.

Algunos expertos en la aplicación de la ley se asombraron al ver a un oficial agazapado frente a la aglomeración de los extremistas y alborotadores pro-Trump que utilizaban escudos policiales y barricadas de metal como arietes

Y manifestantes de la izquierda vieron un marcado doble rasero de criterios, diciendo que habían sido golpeados con balas de goma, maltratados, rodeados y arrestados mientras se comportaban pacíficamente en las manifestaciones contra la injusticia racial durante el verano.

Attica Scott, representante del estado de Kentucky, fue arrestada en Louisville con cargos de delitos graves que posteriormente fueron retirados durante los muchos meses de protesta por la muerte de Breonna Taylor en una fallida redada policial. “Puedes ser arrestado por caminar siendo negro”, dijo, “pero puedes ser blanco y alborotar y básicamente salirte con la tuya”.

La propia retórica del presidente Donald Trump ha incluido fuertes contrastes hacia las protestas. Después de la muerte de George Floyd, llamó a los manifestantes “delincuentes” y prometió que aquellos que se pasaran de la raya cerca de la Casa Blanca se encontrarían con “los perros más viciosos, y las armas más ominosas, que he visto nunca”. Los agentes federales de la ley se llevaron a las personas en furgonetas sin distintivos y usaron gas pimienta para despejar a manifestantes pacíficos para que Trump pudiera posar para fotos frente a una iglesia.

Pero el miércoles, después de dar un mitin en el que dijo que “nunca admitiría la derrota”, fue mucho más amable con los que procedieron a asaltar el Capitolio. Horas después de que los disturbios comenzaran, finalmente publicó un video diciendo: “Tienen que irse a casa ahora”. Añadió: “Los amamos”.

Después de la manifestación, alrededor de la 1:00 p. m., la multitud se amontonó en la valla perimetral temporal que se había establecido alrededor del Capitolio, y se animó cada vez más. “Hubo un cambio notable en su comportamiento”, dijo el jefe Contee.

Un experto en actuación policial dijo que debería haber habido un perímetro fuertemente dotado de personal que sellase todo el terreno del Capitolio y un segundo alrededor del propio edificio, dado que estaban involucrados grupos extremistas con un historial de enfrentamientos violentos.

“No tengo ni idea de cómo no estaban preparados para esto hoy”, dijo Charles Ramsey, un exjefe de policía de D. C. “Estaban abrumados, no tenían los recursos. Tienes que ser capaz de proteger el Capitolio. Eso no está bien”.

El jueves por la mañana, Steven A. Sund, jefe de la policía del Capitolio, emitió una declaración escrita en la que elogiaba a sus oficiales por haber respondido “de manera valiente cuando se enfrentaron a miles de personas involucradas en acciones violentas y desenfrenadas”.

“El ataque violento al Capitolio de Estados Unidos no se parece a ninguno que haya experimentado en mis treinta años en la aplicación de la ley aquí en Washington, D. C.”, dijo el jefe Sund.

Advirtió que su agencia tenía un “plan sólido” para enfrentar las protestas. “Pero no se equivoquen”, dijo, “estos disturbios masivos no fueron actividades permitidas por la primera enmienda; son comportamientos criminales desenfrenados”.

Los miembros del Congreso también exigieron explicaciones. “Debemos investigar el fallo de seguridad en el Capitolio hoy”, dijo la representante Maxine Waters, demócrata por California, en Twitter. “Advertí a nuestro caucus y tuve una conversación de una hora con el jefe de policía hace cuatro días. Me aseguró que los terroristas no serían permitidos en la plaza y que el Capitolio estaría asegurado”.

La representante Val Demings, demócrata por Florida, dijo en una entrevista con MSNBC el miércoles por la noche que la policía del Capitolio parecía no tener suficiente personal. “No parecía que tuvieran un plan operativo claro” para controlar a miles de personas que llegaron al Capitolio después de las quejas de Trump de una “elección amañada”, dijo.

Ramsey dijo que los oficiales de policía con equipo antidisturbios deberían haber estado apostados cerca.

Los partidarios de Trump se enfrentaron con las fuerzas del orden público en el lado oeste del edificio del Capitolio.

Los oficiales en el perímetro fueron fácilmente superados, con las multitudes —algunos con chalecos antibalas— empujándolos y rociándolos con químicos. En el lado este del Capitolio, los alborotadores que atravesaron el perímetro se enfrentaron a una fila de oficiales en las escaleras, según muestra un video. Esos oficiales eventualmente se retiraron por las escaleras, permitiendo que la multitud los siguiera.

Los leales a Trump se abrieron paso hacia una entrada en el lado este del edificio del Capitolio después de que la policía se retiró.

Otro video muestra a los oficiales que parecen mover las barricadas a un lado y dejar entrar a los manifestantes. Los manifestantes escalaron paredes y andamios, se alzaron en una plataforma de mantenimiento, posaron para fotos y destrozaron letreros.

Algunos expertos defendieron a la policía, al señalar que la policía del Capitolio se ocupa de las protestas, tanto dentro como fuera del edificio, legales e ilegales, de forma regular, pero que no son nada parecido a lo que ocurrió el 6 de enero.

“Esto no es lo que sucede en el Capitolio de Estados Unidos”, dijo Chuck Wexler, director ejecutivo del Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía, un laboratorio de ideas de Washington. “Esto no tiene precedentes. Esto es más parecido al ataque del 9/11 que se pueda imaginar, en el sentido de que nadie ha hecho esto antes”.

Wexler dijo que se van a formular preguntas legítimas sobre por qué no había más oficiales a mano y por qué no anticiparon la amenaza. Pero él echó la mayor parte de la culpa a los líderes políticos que legitiman los grupos violentos. “Si el presidente les dice a sus partidarios: ‘Esto es lo que quiero que hagan’, eso podría ser más valioso que mil policías”, dijo.

El jefe Michel Moore del Departamento de Policía de Los Ángeles dijo que no era realista esperar que la policía reprimiera a “gente que está empeñada en la destrucción”.

“Usaron la violencia contra la policía. Atacaron el sagrado Capitolio y la Rotonda y luego usaron gas lacrimógeno o agentes químicos, y ataques físicos”, dijo. “Y lo que me preocupa es que el primer pensamiento fue, bueno, ¿por qué no estaban las fuerzas del orden mejor preparadas?”.

Si la policía del Capitolio no previó la violencia, la ciudad sí. La alcaldesa Muriel Bowser llamó a la Guardia Nacional para complementar la fuerza policial de la ciudad y advirtió a los contramanifestantes y a los residentes de D. C. que se mantuviesen alejados de las acciones pro-Trump planeadas para el martes y el miércoles.

El lunes, la policía de la ciudad arrestó a Enrique Tarrio, el líder de los Proud Boys, una fraternidad de extrema derecha que utiliza el vandalismo callejero como escenario político. Tarrio, quien tenía dos cargadores de armas de fuego de alta capacidad, era buscado después de presumir en internet de haber quemado una pancarta de Black Lives Matter tomada de una iglesia negra histórica durante las protestas del mes pasado. Fue liberado pero se le ordenó que no entrara en D. C.

Durante meses, los Proud Boys han estado defendiendo a capa y espada que haya enfrentamientos en apoyo de Trump. En una declaración en uno de sus canales de redes sociales después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, los Proud Boys intentaron justificar la violencia diciendo que solo copiaban las tácticas de los manifestantes de izquierda.

Pero Ja’Mal Green, un activista de Chicago, dijo que no había comparación entre las tácticas o la respuesta. “Todos sabemos que si Black Lives Matter hubiera asaltado el Capitolio, se habría utilizado una fuerza mortal para proteger ese edificio, especialmente porque es un edificio federal”, dijo. “Hoy vimos lo que significa para los blancos tener privilegio”.



maria-jose


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