|
Formato de impresión |
Arranca la misión de la OMS en Wuhan sobre el origen de la pandemia
Macarena Vidal Liy | El País Wuhan (China) - La misión internacional de la OMS en China para investigar los orígenes de la pandemia de coronavirus ya está lista para comenzar sus trabajos sobre el terreno en Wuhan, la ciudad de once millones de habitantes en el centro de este país que fue el primer foco mundial de covid. Los catorce expertos completaron este jueves la cuarentena obligatoria de dos semanas que China impone a quienes llegan del extranjero, y que les había mantenido confinados en un pequeño hotel de la zona universitaria de la ciudad. Hasta el momento, casi todo lo que rodea a esta misión científica, rodeada de polémica y de intereses políticos, sometida a retrasos y diversos incidentes, se ha desarrollado de manera opaca. No se ha dado a conocer qué lugares van a visitar durante las dos semanas que tienen previsto permanecer aún en esta ciudad, más allá de -probablemente- el mercado de mariscos de Huanan, considerado en un primer momento la “zona cero” de la pandemia. Tampoco se ha divulgado con qué expertos chinos van a reunirse, ni a qué datos -muestras ambientales, historiales hospitalarios, declaraciones de los primeros pacientes- se les va a permitir acceder directamente. El Ministerio chino de Asuntos Exteriores declaraba el jueves, por boca de su portavoz Zhao Lijian, que los expertos internacionales “llevarán a cabo actividades que incluirán la celebración de seminarios e inspecciones” in situ, “con el compromiso de respetar las leyes y normativas pertinentes en el país”. La salida de su hotel de cuarentena, el Hotel The Jade, fue emblemática. Ni la Comisión Nacional de Sanidad -responsable, del lado chino, de la visita-, ni el gobierno municipal de Wuhan, ni la propia OMS ni el establecimiento confirmaron en qué momento se produciría la salida de los científicos. “¡Se marcharon ayer!”, llegó a decir uno de los vigilantes a la prensa que aguardaba. Ninguno de ellos, a la salida, dio declaraciones a los periodistas. Este jueves, su único traslado fue al hotel que ocuparán durante el resto de su estancia, un lujoso establecimiento de una cadena internacional con amplios jardines a orillas de un lago, donde se han acotado zonas especialmente para ellos. Aunque han cumplido catorce días de cuarentena, las estrictas normas que impone China para atajar la propagación del virus prevén otros catorce bajo observación. “Durante la segunda mitad de la visita, el equipo podrá salir bajo estricta supervisión médica, pruebas continuas (de coronavirus) y medidas restrictivas”, ha declarado en una rueda de prensa el director regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud, Hans Kluge, en Ginebra. A lo largo de las dos semanas de confinamiento, los expertos en áreas desde la virología a la seguridad de los alimentos en mercados han llevado a cabo reuniones diarias entre ellos y con sus colegas chinos por videoconferencia. “Sus contrapartes chinas les han preparado en distintas áreas. Cada día ha habido muchas, muchas horas de presentaciones e intercambios de datos”, ha asegurado Kluge. “Nueva fase, nuevas prioridades”, tuiteaba la viróloga holandesa Marion Koopmans, una de las integrantes del equipo, horas antes de terminar la cuarentena. “Pasando al siguiente nivel de supervisión sanitaria post-confinamiento, que comenzó a aplicarse hace poco. ¡Con un poco de suerte, podremos oler un poco de aire fresco!” El origen de la pandemia se ha convertido en una suerte de bumerán entre China y Estados Unidos, arrojado una y otra vez entre Pekín y la Administración de Donald Trump. La Casa Blanca del magnate inmobiliario acusaba al Gobierno de Xi Jinping de oscurantismo, de no haber hecho suficiente para impedir que el virus cruzara las fronteras y de obstaculizar indebidamente el despegue de la misión internacional. También daba pábulo a las teorías, hasta ahora infundadas, que sostienen que el patógeno salió de un laboratorio de Wuhan donde se estudiaban murciélagos, el animal del que la mayoría de los científicos creen que el coronavirus saltó al ser humano, probablemente a través de una especie intermedia. China, a su vez, asegura que ha gestionado la pandemia de manera impecable. También, después de haber considerado en un primer momento que el mercado de Huanan pudo ser el origen de la enfermedad, insiste ahora en la posibilidad de que el coronavirus surgiera en otro país. Para defender esa teoría se aferra a varios estudios -que otros expertos han puesto en entredicho- que apuntan a la presencia del virus en otros lugares del mundo meses antes de que se descubriera en Wuhan. También sostiene haber encontrado restos del patógeno en alimentos congelados importados en numerosas ocasiones, una posible vía, en su opinión, de la entrada de la pandemia en el país. El comienzo de la nueva fase de la investigación de la OMS coincide con un nuevo roce entre las dos grandes economías mundiales sobre esta misión, el primero desde la llegada de Biden a la Casa Blanca. Su portavoz, Jen Psaki, aseguraba que “es imperativo que lleguemos al fondo del brote de la pandemia en China” y matizaba que su Gobierno evaluará la credibilidad de las conclusiones a las que llegue la pesquisa “una vez que (el informe) esté terminado”. A su vez, el portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Zhao Lijian instó a Estados Unidos a “respetar los hechos y la ciencia, y el duro trabajo de los expertos de la misión de la OMS”, y rechazó los “prejuicios negativos” contra el trabajo de los expertos. “Cada vez más estudios, incluidos los de la OMS, demuestran que remontarse al origen del covid-19 es un proceso que seguirá extendiéndose a varias regiones [del mundo] y brotes epidémicos”, dijo Zhao. Los roces políticos, los interrogantes acerca de la información a la que podrá acceder, el tiempo transcurrido y la dificultad objetiva de su meta -encontrar el origen de la enfermedad- hacen difícil determinar hasta qué punto la misión podrá lograr avances. Sus propios integrantes han llamado a la cautela y han advertido que determinar cómo surgió la pandemia puede ser cuestión de años. “No hay garantías de respuestas”, sostenía este mes el responsable del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan. “Es una tarea difícil establecer por completo los orígenes, y a veces puede llevar dos, o tres, o cuatro intentos el poder conseguirlo”. Jamileth |
|
� Copyright ElPeriodicodeMexico.com |