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«No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán»


2021-02-08

Lucas 12:22-31

«Busquen el reino de Dios»

Luego dijo Jesús a sus discípulos:

Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?. Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?

Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas».

Reflexión

Fuente: Evangelización Activa

«Adios a las preocupaciones»

Vivimos en un mundo en donde todo tiene que estar ya previsto, pues vivimos en un mundo de resultados y que camina a una velocidad vertiginosa. Esto ha hecho que, poco a poco, vayamos confiando menos en Dios, que esté menos presente en toda nuestra actividad diaria, en nuestras juntas de planeación, en la organización de nuestra vida.

Ciertamente que Dios nos ha dado inteligencia para todo esto pero también nos ha invitado a confiar en él, a tenerlo presente cuando estamos programando nuestra vida, a no pensar que serán nuestras fuerzas las que darán por sí solas buenos resultados. En el evangelio de hoy, Jesús nos lo recuerda con estas parábolas en las que vemos cómo, tanto las flores como los pájaros, reciben de Dios todo lo que necesitan. El reino de los cielos se construye en nuestro diario acontecer, cuando tenemos presente a Jesús en nuestra vida, ya que él es, a través de nosotros, el constructor.

Y cuando nuestra preocupación se centra en preguntar a Jesús cómo debemos hacer las cosas, todo en nuestra vida cambia: nuestras actitudes, nuestra visión de la vida y sobre todo, la paz interior. Ten en cuenta a Jesús en tu vida diaria, en tu planeación, en tu industria, en todo, y verás que el reino de los cielos se manifestará maravillosamente en tu vida y en tu comunidad.



JMRS


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