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Los bancos centrales ignorarán sin problemas a los agoreros de la inflación


2021-03-01

Balazs Koranyi, Howard Schneider y Leika Kihara

FRANCFÓRT, (Reuters) - Los mayores bancos centrales del mundo vivirán tranquilos con una mayor inflación y los inversores que ahora apuestan agresivamente por un fin más rápido del estímulo monetario podrían equivocarse.

Tras una década de subestimar la inflación, los bancos centrales de Estados Unidos, Europa y Japón tienen todas las razones para mantener abierto el flujo de dinero y los gobernadores están incluso revisando sus propias reglas para poder dejar que el crecimiento de los precios supere sus objetivos.

En todo caso, es más probable que los bancos centrales aumenten el estímulo, especialmente en la zona euro, manteniendo los costos de los préstamos bajos e ignorando a los agoreros de la inflación, al menos hasta que el crecimiento vuelva a ser como antes de la pandemia por un buen tiempo.

El Banco de la Reserva de Australia ya ha puesto en marcha una operación sorpresa de compra de bonos, mientras que el Banco Central Europeo ha advertido repetidamente a los inversores que no suban demasiado los rendimientos, a menos que quieran luchar contra su arsenal de 1 billón de euros.

El argumento que subyace a la advertencia sobre la inflación es que, una vez que las economías se reabran, el estímulo masivo de los gobiernos se combinará con la demanda reprimida de los consumidores, desatando una presión sobre los precios impulsada por el gasto que no se había visto en décadas.

Aunque hay importantes economistas en ambos bandos del debate, las voces que realmente cuentan parecen restar importancia a la amenaza.

"La dinámica de la inflación cambia con el tiempo, pero no cambia en un instante", dijo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. "No vemos realmente cómo un estallido de apoyo fiscal o de gasto [...] que no dure muchos años cambiaría realmente esas dinámicas de inflación".

Incluso si la inflación se acelera, un gran "si" dado que todos los grandes bancos centrales están por debajo de su objetivo del 2%, endurecer la política monetaria demasiado rápido se considera un mal mayor que moverse demasiado lento.

En primer lugar, gran parte del aumento de la inflación es temporal, impulsado por el repunte del petróleo, las medidas de estímulo puntuales y el efecto base del hundimiento de los precios de hace un año. Por tanto, no es el tipo de inflación sostenida que buscan los responsables económicos.

El endurecimiento de la política también podría ahogar el crecimiento, un error costoso cuando decenas de millones de personas siguen sin trabajo tras la mayor crisis económica en tiempos de paz en un siglo. En el peor de los casos, el aumento de los costos de los préstamos podría incluso suscitar problemas de sostenibilidad de la deuda, especialmente en el sur de Europa, muy endeudado, y en los mercados emergentes.

Por último, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo endurecieron su política demasiado rápido en la última década, lo que les obligó a dar un giro que dañaría su credibilidad y que ahora quieren evitar.

EMPLEO

El mensaje de la Reserva Federal ha sido uniforme y enfático: sus compras de bonos por valor de 120,000 millones de dólares mensuales no cambiarán hasta que la economía se haya recuperado, y cualquier aumento real de las tasas de interés está aún lejos.

El Banco de Japón y el BCE están enviando mensajes similares: no habrá una reversión del estímulo durante mucho tiempo, posiblemente en años.

Su principal preocupación es el empleo.

Todavía hay un agujero de 10 millones de puestos de trabajo en la economía estadounidense, mientras que la tasa de desempleo de la zona euro se mantiene artificialmente baja gracias a los subsidios de los gobiernos, lo que apunta a una enorme capacidad ociosa.

La Reserva Federal ya está poniendo un mayor énfasis en la creación de empleo, sobre todo para las familias de bajos ingresos, y se comprometió explícitamente el año pasado a dejar que la inflación supere su objetivo tras períodos de crecimiento de precios excesivamente bajos.

Si bien el BCE y el Banco de Japón no tienen mandatos en materia de empleo, las revisiones del marco de política monetaria que se están llevando a cabo podrían hacer más hincapié en las consideraciones sociales, especialmente en el empleo.

El BCE ya está debatiendo la conveniencia de dejar que la inflación se dispare, lo que indica que el recalentamiento del mercado laboral no desencadenará por sí solo medidas de política monetaria.

"Los mercados laborales tienden a ir seis meses por detrás de la actividad real, y es posible que veamos una oleada de fusiones, quiebras y despidos", dijo Tamara Basic Vasiljev, de Oxford Economics.

¿UN GRAN AUMENTO?

Si bien el aumento de los rendimientos ha causado un alboroto en los mercados, los movimientos no son excesivos y pueden ser simplemente una reversión de retornos excesivamente bajos.

Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años han subido 56 puntos básicos este año -a casi su mínimo histórico anterior a la pandemia-, mientras que los japoneses sólo han ganado 14 puntos básicos. Un bono alemán a 10 años aun le cuesta 25 puntos básicos a quienes invierten.

"Consideramos que el retorno de los rendimientos de los bonos desde los niveles ultrabajos hasta los aún bajos es una consecuencia, y no un obstáculo, de la fuerte recuperación económica y de las sólidas alzas de las ganancias empresariales en la mayor parte del mundo", dijo Holger Schmieding, economista de Berenberg.

Los responsables de la política monetaria también han restado importancia a los movimientos.

El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, argumentó que el aumento de los rendimientos no era preocupante y no justificaba una respuesta de la Fed.

Por su parte, autoridades del BCE han dicho que algún aumento de los retornos es un reflejo de la mejora de los fundamentos y que no se fijarán en ningún nivel de rendimiento.

"No creo que el Banco de Japón esté demasiado preocupado por la reciente subida de los rendimientos", dijo Tomoyuki Shimoda, exejecutivo del Banco de Japón y profesor de la Universidad de Hitotsubashi. "El Banco de Japón tiene mucho margen para aumentar las compras si es necesario. Puede frenar al 100% las subidas de rendimiento no deseadas".



Jamileth


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