Formato de impresión


Erdogan vive en un entorno político exclusivamente masculino


2021-04-07

Matina Stevis-Gridneff, Carlotta Gall | The New York Times

Dos presidentes visitaron Turquía. Solo al hombre se le ofreció una silla

Ursula von der Leyen, la presidenta del brazo ejecutivo de la Unión Europea, se quedó de pie de forma incómoda

¿Desaire o descuido del protocolo? Los analistas dijeron que el gesto que dejó en una posición incómoda a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, es un símbolo del trato que da Turquía a las mujeres.

Si la diplomacia es en parte teatro, representada en escenarios meticulosamente elaborados, un error de protocolo convirtió esta semana una visita de alto nivel de los líderes de la Unión Europea a Turquía en un drama de alto nivel.

Ya sea por diseño o por descuido, Ursula von der Leyen, la presidenta del brazo ejecutivo de la Unión Europea, se quedó de pie de forma incómoda mientras su colega Charles Michel, el presidente del consejo que representa a los 27 miembros del bloque, y el presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía ocuparon los dos únicos asientos disponibles entre las banderas de la UE y de Turquía.

“Uhm…” se oyó decir a Von der Leyen en un video, que seguía de pie, a la espera, en la gran sala del palacio presidencial turco el martes, cuando Michel y Erdogan se acomodaban en sus asientos dorados, perfectamente centrados para una sesión de fotos. Todavía de pie, levantó una mano a modo de interrogación.

Acabó apoyada en cojines en un sofá lateral a varios metros de distancia, y más abajo que los dos hombres. Y para colmo de males, su posición era idéntica a la del ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, al que supera en rango. Von der Leyen, que es presidenta de la Comisión Europea, y Michel, que dirige el Consejo Europeo, tienen el mismo rango en la jerarquía de la UE.

“Hay una razón por la que existen los protocolos: para tratar de eliminar el elemento atmosférico y dramático de la ecuación”, dijo Ian Lesser, director del German Marshall Fund en Bruselas. “Se supone que estas cosas no deben ocurrir”.

Los usuarios de Twitter en Europa reaccionaron rápidamente con la etiqueta #GiveHerASeat. Muchos vieron el momento como un símbolo de las diferencias culturales entre la Turquía de Erdogan y la Unión Europea, que se produce pocos días después de que el líder turco retiró a su país del Convenio de Estambul, un tratado que busca proteger a las mujeres de la violencia de género.

Pero si el incidente fue un símbolo del pobre historial de Turquía en materia de derechos de la mujer, también reflejó la incapacidad de la Unión Europea para forjar un frente unido al tratar con un país que es un vecino enormemente importante y candidato a convertirse en miembro del bloque.

Michel no solo declinó modificar la situación ofreciendo a Von der Leyen su puesto, una decisión que un funcionario de la UE defendió, con el argumento de que hacerlo habría creado más incomodidad. Pero en una revisión del incidente en Bruselas, las instituciones ofrecieron puntos de vista divergentes sobre lo que había sucedido y por qué.

Von der Leyen “debería haberse sentado exactamente igual que el presidente del Consejo Europeo y el presidente turco”, dijo su portavoz, Eric Mamer. Añadió que Von der Leyen, la primera mujer que ocupa ese cargo, “espera que la institución que representa sea tratada con el protocolo requerido, y por ello ha pedido a su equipo que tome todos los contactos apropiados para garantizar que un incidente así no se produzca en el futuro”.

Pero otro funcionario de la UE, que habló bajo condición de anonimato, ofreció una opinión diferente, al decir que Turquía no había querido faltar al respeto y se había ceñido estrictamente al protocolo internacional.

La reacción de Michel, o la falta de ella, no pasó desapercibida para los legisladores y observadores europeos. Sophie in ’t Veld, legisladora holandesa del Parlamento Europeo, tuiteó fotos de Erdogan reunido con los anteriores presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, Donald Tusk y Jean-Claude Juncker, sentados en disposiciones igualmente ceremoniosas uno al lado del otro.

“¿Por qué @eucopresidente se quedó callado?”, preguntó, etiquetando la cuenta oficial de Michel.

Otros se preguntaron: ¿Habrá sido un error de protocolo o un desaire intencionado, dada la tendencia al drama de Erdogan? Ambas cosas son posibles bajo su gobierno cada vez más autocrático, dijeron los analistas turcos, aunque se inclinaron por considerar que se trató de un descuido.

“Ambas partes deben compartir la culpa”, dijo Asli Aydintasbas, miembro sénior del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. El ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía debería haber advertido a la presidencia de que los dos líderes de la UE actúan como copresidentes, dijo, y los funcionarios de la UE deberían haber corregido el error.

“La omisión es el resultado natural de que Erdogan viva en un entorno político exclusivamente masculino y de que la UE se sienta intimidada por el presidente turco”, añadió.

De cualquier manera, llega en un “momento terrible”, dijo Nigar Goksel, la principal experta en Turquía del International Crisis Group, especialmente considerando la reciente retirada del Convenio de Estambul.

Según datos recogidos por ONU Mujeres, la agencia de Naciones Unidas para los derechos de la mujer, el 38 por ciento de las mujeres turcas sufren violencia por parte de su pareja al menos una vez en su vida, y más de una de cada diez fue objeto de violencia doméstica en los últimos 12 meses. En el informe 2021 Global Gender Gap, un estudio anual del Foro Económico Mundial que abarca la economía, la política, la educación y la salud, Turquía ocupó el puesto 133 entre 156 países.

El fracaso del protocolo en la reunión del martes llega en un momento crucial en las relaciones de Turquía con la Unión Europea.

En los últimos meses, Turquía ha insistido en su deseo de mejorar las relaciones con el bloque y reactivar su proceso de adhesión. La reunión pretendía dar un impulso a una relación que ha estado plagada de desacuerdos en los últimos años en temas como la migración, las fronteras marítimas y los acuerdos aduaneros.

“Cualquiera que haya sido la realidad del protocolo, el incidente subraya claramente el hecho de que Turquía estaba ciega a la percepción de cómo luciría esto”, dijo Lesser, del German Marshall Fund. Y añadió que esa percepción “no hará más que subrayar la sensación de que Europa no está en la misma página cuando se trata de valores, cuando se trata de diversidad, inclusión e igualdad de género”.

Este punto no pasó desapercibido para la parte ofendida.

Von der Leyen “aprovechó la oportunidad para insistir en las cuestiones relacionadas con los derechos de la mujer en general y con el Convenio de Estambul en particular”, dijo Mamer, su portavoz. “Lo habría discutido sin duda en cualquier caso, pero obviamente esto agudizó su atención sobre el tema”.
 



aranza


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com