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Colombia, ante el reto de mantener el orden fiscal y la estabilidad social
Bogotá, (EFE).- Las protestas que completan una semana en Colombia y que comenzaron por el rechazo ciudadano a un ambicioso proyecto de reforma fiscal abrieron una crisis en el Gobierno del presidente Iván Duque que busca con urgencia salidas para evitar "la incertidumbre financiera". La economía colombiana goza de la confianza de los mercados financieros, cimentada en su manejo ortodoxo de las finanzas, pero las manifestaciones recientes han sacado a la luz una cara poco conocida del país, la de millones de personas que a diario hacen maniobras para sobrevivir, algo similar a lo ocurrido en Chile en 2019, situación agravada por la pandemia de coronavirus. Los siguientes son datos macroeconómicos que explican la situación social del país. PIB CASTIGADO POR LA PANDEMIA El Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia cayó un 6,8 % en 2020 en comparación con 2019, lastrado por la pandemia de coronavirus que obligó a confinamientos y cierres de la actividad productiva. Si nada se tuerce en el camino, la economía podrá comenzar su recuperación este año, para el cual el BBVA Research pronostica un crecimiento del 5,5 % impulsado por la reactivación económica de Estados Unidos y los buenos precios del petróleo. La crisis de la reforma tributaria le costó el cargo al ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y su sucesor, José Manuel Restrepo, un economista ortodoxo, tendrá el desafío de recuperar la economía sin haber superado aún la pandemia. DESEMPLEO AL ALZA Uno de los eternos retos de Colombia es la reducción del desempleo, que el año pasado fue del 13,37 % y en marzo subió al 14,2 %, una tasa elevadísima también por la pandemia que obligó al cierre de numerosas empresas, principalmente del sector comercial y de servicios. El director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Juan Daniel Oviedo, dijo la semana pasada que un año después del inicio de la pandemia en el país se siguen perdiendo puestos de trabajo, como lo muestra el incremento de 468,000 personas en las filas del desempleo en marzo con respecto al mismo mes de 2020. Entre los jóvenes de hasta 28 años la tasa de desempleo es aún mayor, del 23,9 % al cierre del primer trimestre, y esa falta de oportunidades es una de las razones que por estos días llevan a la juventud a las calles para protestar contra el Gobierno. SALARIOS E INFLACIÓN Para la mayoría de quienes consiguen un empleo las condiciones del mercado laboral dejan mucho que desear puesto que el salario mínimo mensual es de 908.526 pesos colombianos (unos 245 dólares), que no está entre los primeros de América Latina. La política monetaria del Gobierno contempla una meta de inflación del 3 % anual que el año pasado se cumplió con creces al situarse el IPC en el 1,61 %, la más baja históricamente, consecuencia también de la crisis de la pandemia. Esa política es defendida por el Gobierno para evitar que los bajos salarios sean carcomidos por la inflación, como ha sucedido en otros países de la región. REFORMA FISCAL Con la frustrada reforma fiscal el Gobierno aspiraba a recaudar 23,4 billones de pesos (unos 6.302 millones de dólares) destinados a mejorar las finanzas púbicas y dar continuidad a los programas sociales para los más pobres. El ministro Restrepo ya indicó que el nuevo proyecto de reforma será menos ambicioso, del orden de los 14 billones de pesos (unos 3.656 millones de dólares), y a diferencia del anterior, no propondrá el aumento del IVA (del 19 %) para bienes y servicios para no afectar a "sectores sensibles" como las clases media y baja, ni se ampliará la base tributaria con los que menos ganan. Colombia tiene un problema con las reformas fiscales y es que suelen ser diseñadas con una visión de corto plazo, para atacar problemas coyunturales, como los efectos de la pandemia, y la que tiene incendiado al país es la número 15 desde 1991, lo que significa que cada dos años hay una discusión de este tipo. Según un reciente estudio de perspectivas económicas de Credicorp Capital, la discusión actual "genera desafíos en la medida en que los inversionistas y las calificadoras de riesgo esperan la aprobación de una reforma que permita consolidar las cuentas fiscales y mantener la credibilidad del país". NOTAS CREDITICIAS Para un país como Colombia, que nunca entró en "default" en el pago de la deuda, el mantener la buena reputación ante las agencias calificadoras de riesgo y el grado de inversión es fundamental, y por eso la insistencia de Duque en evitar "la incertidumbre financiera". Colombia tiene calificación crediticia de Baa2 en moneda extranjera de Moody's, y de BBB- tanto en Fitch Ratings como en Standard & Poor's (S&P), las tres con perspectiva negativa, por lo que de la habilidad del nuevo ministro para conseguir una reforma fiscal sin que haya otra conmoción social dependerá el mantenimiento del grado de inversión. Pese a que el país no tendrá este año elecciones, sí las celebrará en 2022, para renovar el Congreso y elegir al sucesor de Duque, por lo cual el debate legislativo del nuevo proyecto de reforma fiscal estará permeado por los intereses electorales. DEUDA Y DÉFICIT Al cierre de marzo Colombia tenía una deuda pública de 172.735 millones de dólares, superior al 61 % del PIB. De ese total, 105.797 millones (61,25 %) eran de deuda interna y 66.938 millones (38,75 %) correspondían a la externa. En cuanto al déficit fiscal, el de 2020 fue del 7,8 % del PIB, mientras que para este año se espera que aumente al 8,6 %, según el Gobierno. "Uno de los principales retos económicos que tiene Colombia es balancear un ajuste fiscal en búsqueda de un menor déficit fiscal y una reducción de la deuda con una naciente y gradual recuperación económica", según el economista principal de BBVA Research para Colombia, Alejandro Reyes. Jamileth |
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