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Inicio de alto el fuego en Afganistán tras semanas de violencia


2021-05-13

Jay DESHMUKH | AFP

Fieles musulmanes rezan por la fiesta del final del Ramadán, durante un alto el fuego de tres días, cerca de Jalalabad, Afganistán, el 13 de mayo de 2021

Un alto el fuego de tres días acordado entre los talibanes y las fuerzas afganas entró en vigor el jueves, tras semanas de violentos enfrentamientos en todo el país.

Esta tregua, propuesta por los insurgentes y aceptada por el presidente Ashraf Ghani, tiene lugar con motivo del Aíd al Fitr, la fiesta musulmana del fin del ayuno del Ramádán.

Afganistán está sufriendo un recrudecimiento de la violencia desde el 1 de mayo, cuando Estados Unidos tenía que haber retirado sus 2,500 soldados todavía presentes en el país.

Este cese de la violencia, el cuarto en casi 20 años de conflicto, debe dar un respiro a las familias para celebrar el Aíd.

A primera hora del jueves, hombres, mujeres y niños fueron a las mezquitas o a terrenos al aire libre para rezar e iniciar la fiesta del Aíd, que terminará el sábado.

Las autoridades desplegaron fuerzas de seguridad en varias de las grandes mezquitas de Kabul. En la entrada, se registraba a los fieles.

"Queremos un alto el fuego permanente. Esto nos hará más felices, porque se salvarán muchas vidas", afirmó Amir Jan Sulaimankhil, un habitante de la provincia de Nangarhar.

- "Una solución política" -

En su discurso del Aíd, el presidente Ghani exhortó a los talibanes a aceptar una tregua duradera.

"No queremos que se rindan, queremos que acepten una solución política. La guerra no es una solución", dijo.

Decenas de miles de afganos han muerto o han tenido que huir debido al conflicto, durante el cual los talibanes han ganado terreno y se han hecho con el control de numerosas regiones.

Las negociaciones de paz que iniciaron los insurgentes y el gobierno afgano en septiembre están estancadas.

Las anteriores treguas han sido ampliamente respetadas, en un gesto que busca mostrar el control de los dirigentes talibanes sobre las múltiples facciones activas.

De esta manera, el líder del movimiento insurgente, Hibatulá Akhundzada, "quiere demostrar que es el señor de la guerra y de la paz", estima el analista político afgano Fawad Kochai, en Kabul.

- "Mantener el objetivo" -

Estados Unidos y la OTAN se comprometieron a retirar todas sus tropas antes del 11 de septiembre, cuando se cumplirán 20 años de los atentado del 2001.

Pocos son los que piensan que las fuerzas afganas podrán enfrentarse los talibanes sin la protección del apoyo aéreo y las fuerzas especiales estadounidenses.

Los insurgentes evitan los enfrentamientos con las tropas estadounidenses pero han multiplicado los ataques contra las fuerzas gubernamentales afganas.

Estas últimas semanas los combates se han intensificado en varias provincias, y el martes los talibanes se apoderaron de un distrito controlado por el gobierno afgano en las afueras de Kabul.

Los combatientes talibanes estrechan el cerco sobre los grandes centros urbanos, como si esperaran a la retirada de las tropas extranjeras para lanzar grandes ofensivas contra las ciudades.

El 8 de mayo, más de 50 personas murieron y unas cien resultaron heridas en un barrio chiita hazara del oeste de la capital, en una serie de explosiones de bomba delante de una escuela de niñas. Fue el atentado más mortífero en un año.

Las autoridades lo atribuyeron a los talibanes, pero estos lo desmintieron.

Por su parte, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) se comprometió a seguir brindando apoyo en el país.

"No tenemos la intención de irnos a otra parte. Nuestra intención es mantener el objetivo y trabajar con todos", declaró Deborah Lyons, responsable de la UNAMA, en un comunicado publicado con motivo del Aíd.



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