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¿Las vacunas contra la COVID-19 van a necesitar refuerzos?


2021-06-08

Carl Zimmer, The New York Times

Los científicos están haciendo diversas preguntas sobre las inyecciones de refuerzo, pero aún no tienen tantas respuestas. Esto es lo que saben hasta ahora.

Un vial de la vacuna Pfizer en una clínica en Nashville el mes pasado. “Estamos en terrenos inexplorados en lo que respecta a los refuerzos”, dijo un doctor.

Mientras Estados Unidos se acerca al objetivo del presidente Joe Biden de alcanzar un índice de vacunación del 70 por ciento, muchas personas empiezan a preguntarse cuánto durará su protección.

Por el momento, los investigadores se hacen bastantes preguntas sobre las vacunas de refuerzo contra la COVID-19, pero aún no tienen muchas respuestas. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por su sigla en inglés) anunciaron recientemente que han iniciado un nuevo ensayo clínico con personas que ya tienen el esquema completo de vacunas (con cualquier vacuna autorizada) para analizar si un refuerzo de la vacuna Moderna aumentará sus anticuerpos y prolongará la protección contra el contagio del virus.

Aunque muchos científicos estiman que las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson autorizadas en Estados Unidos durarán al menos un año, nadie lo sabe con certeza. Tampoco está claro si las variantes del coronavirus que están surgiendo cambiarán nuestras necesidades de vacunación.

“Estamos en terrenos inexplorados en lo que respecta a los refuerzos”, dijo Edward Belongia, médico e investigador de salud pública del Instituto de Investigación Clínica Marshfield en Marshfield, Wisconsin.

¿Por qué debemos vacunarnos contra la influenza cada año, pero dos vacunas contra el sarampión durante la infancia pueden protegernos de por vida?

Patógenos distintos afectan nuestro sistema inmunitario de maneras diferentes. Para algunas enfermedades, como el sarampión, enfermarse una vez genera una protección de por vida. Pero para otros patógenos, nuestras defensas inmunológicas disminuyen con el tiempo.

En algunos aspectos importantes, las vacunas imitan las infecciones naturales, sin que sea necesario que nos enfermemos. Las vacunas contra el sarampión pueden producir inmunidad de por vida. Las vacunas contra el tétanos, en cambio, generan defensas que se desvanecen año tras año. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan recibir un refuerzo contra el tétanos una vez por década.

Y, a veces, el virus puede cambiar, lo que crea la necesidad de un refuerzo para producir una defensa nueva y personalizada. Los virus de la influenza mutan tanto que se requiere una nueva vacuna cada año.

¿Cómo se comparan las vacunas anti-COVID-19 con otras en términos de protección?

La respuesta breve es que aún no podemos estar seguros, ya que la gente empezó a vacunarse en grandes cantidades hace apenas unos meses.

“Incluso en los ensayos, no sabemos cuál es la respuesta inmunitaria tras un año”, dijo Kirsten Lyke, experta en vacunas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y líder del ensayo del refuerzo de los NIH.

Pero los primeros indicios son alentadores. Los investigadores han extraído muestras de sangre de los voluntarios que participan en los ensayos de la vacuna y miden sus niveles de anticuerpos y células inmunitarias que atacan al coronavirus. Los niveles están disminuyendo, pero de manera gradual. Es posible que, con este ritmo lento de descenso, la protección de la vacuna siga siendo vigorosa durante mucho tiempo. Las personas que se contagiaron anteriormente y luego recibieron la vacuna podrían tener una protección aún más duradera.

“Creo que hay una posibilidad real de que la inmunidad contra la cepa original dure años”, señaló Belongia.

Si esa posibilidad se confirma, las dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 podrían no ser necesarias durante años, pero eso está por verse.

Los científicos dicen que es posible que la protección de las vacunas contra la COVID-19 menos efectivas, como la fabricada por Sinopharm, se desvanezca con más rapidez.

¿Durarán algunas vacunas más que otras?

Es posible. Los investigadores ya han descubierto que la eficacia de las vacunas que utilizan diferentes tecnologías puede variar. Las vacunas más potentes son las de Moderna y Pfizer-BioNTech, ambas basadas en moléculas de ARN. Las vacunas que se basan en virus desactivados, como las fabricadas por Sinopharm en China y Bharat Biotech en India, han demostrado ser un poco menos eficaces.

Según Scott Hensley, inmunólogo de la Universidad de Pensilvania, el motivo no está del todo claro. Las vacunas de ARN son relativamente nuevas, por lo que la inmunidad que proporcionan no se ha estudiado a fondo. En su propia investigación en ratones que recibieron diferentes tipos de vacunas contra la influenza (algunas hechas con ARN y otras con virus desactivados), Hensley observó una diferencia similar. El nivel de anticuerpos producido por los dos tipos de vacunas es “distinto de manera escandalosa”, dijo.

Es posible que la protección de las vacunas menos eficaces contra la COVID-19 se desvanezca con más rapidez. La vacuna de Sinopharm tal vez ya esté mostrando algunas señales de este declive. Los ensayos clínicos indican que tiene una eficacia del 78 por ciento, pero los Emiratos Árabes Unidos y Baréin ya están ofreciendo refuerzos a las personas que recibieron la vacuna de Sinopharm para reforzar su inmunidad decreciente.

¿Cómo sabremos que las vacunas van perdiendo su eficacia?

Los investigadores están buscando marcadores biológicos que puedan revelar en qué momento la protección de una vacuna ya no es suficiente para contener el coronavirus. Es posible que un nivel de anticuerpos determinado marque el umbral: si tu sangre tiene niveles por encima de ese umbral, estás en buenas condiciones, pero si está por debajo, corres un riesgo de contagio mayor.

Algunos estudios preliminares sugieren que estos marcadores, conocidos como correlatos de la protección, están presentes en el caso de las vacunas contra la COVID-19. Se está investigando para encontrarlos.

“Eso nos enseñará mucho”, dijo H. Clifford Lane, subdirector de investigación clínica y proyectos especiales del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

¿Qué hay de las variantes?

Es muy posible que necesitemos refuerzos para bloquear las variantes, pero eso aún no está claro.

La aparición de variantes en los últimos meses ha acelerado la investigación acerca de los refuerzos. Algunas variantes tienen mutaciones que las hacen propagarse con rapidez. Otras llevan mutaciones que podrían reducir la eficacia de las vacunas autorizadas, pero, en este momento, los científicos solo tienen un puñado de pistas sobre cómo funcionan las vacunas existentes contra las distintas variantes.

Por ejemplo, el mes pasado, investigadores de Catar publicaron un estudio sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech, que se administró a más de 250,000 habitantes del país entre diciembre y marzo.

Los ensayos clínicos demostraron que la vacuna tenía una eficacia del 95 por ciento contra la versión original del coronavirus, pero una variante denominada alfa, que se identificó por primera vez en el Reino Unido, redujo su eficacia al 89,5 por ciento. Una variante identificada por primera vez en Sudáfrica, conocida como beta, la redujo aún más, hasta el 75 por ciento; sin embargo, la vacuna fue el 100 por ciento eficaz contra ambas variantes para prevenir la enfermedad grave, crítica o mortal.

Pero el hecho de que una variante pueda sortear las vacunas existentes no significa que vaya a convertirse en un problema generalizado. Por ejemplo, la variante beta ha tenido poca presencia en países con programas de vacunación sólidos, como Israel, el Reino Unido y Estados Unidos. Si la presencia de la variante beta sigue siendo mínima, no supondrá una amenaza grave.

Sin embargo, la evolución todavía tiene mucho espacio para jugar con el coronavirus. Los científicos no pueden descartar la posibilidad de que surjan nuevas variantes en los próximos meses que se propaguen a velocidad y resistan las vacunas.

“Está claro que las variantes son inevitables”, dijo Grace Lee, directora médica asociada de innovación en la práctica y médica de enfermedades infecciosas en Stanford Children’s Health. “Creo que la pregunta es, ¿qué impacto tendrán?”.

¿Necesitaremos un refuerzo especial adaptado según la variante?

Todavía no está claro. Algunos científicos sospechan que una respuesta inmunitaria elevada a la versión original del coronavirus también proporcionará protección suficiente contra las variantes, pero también es posible que una vacuna diseñada para atacar a una variante en particular sea más eficaz.

Pfizer ha iniciado un ensayo para analizar ambas opciones. Algunos voluntarios que ya han recibido dos dosis de la vacuna recibirán una tercera dosis de la misma vacuna como refuerzo. Como parte del mismo ensayo, los investigadores les darán a otros voluntarios un refuerzo experimental diseñado para brindar protección contra la variante beta.

“A partir de lo que hemos aprendido hasta ahora, nuestra idea actual es que hasta que no veamos una reducción de la circulación del SARS-CoV-2 y de la enfermedad COVID-19, creemos que es probable que se necesite una tercera dosis, un refuerzo de nuestra vacuna, dentro de los 12 meses posteriores a la administración de la vacuna, para ayudar a proporcionar protección contra la COVID-19”, señaló Jerica Pitts, directora de relaciones globales con los medios de comunicación de Pfizer.

¿Puedo cambiar la marca de mi vacuna al ponerme un refuerzo?

Es posible. De hecho, muchas investigaciones sobre otras enfermedades sugieren que el cambio de vacunas puede robustecer los refuerzos. “Este es un concepto probado desde antes de la COVID-19”, dijo Lyke.

Lyke y sus colegas están probando esta opción de mezclar y combinar refuerzos como parte de su nuevo ensayo. Están reclutando voluntarios que hayan sido vacunados por completo con cualquiera de las tres vacunas autorizadas en Estados Unidos: Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer-BioNTech.

Todos los voluntarios recibirán un refuerzo de Moderna. Luego, los investigadores observarán la intensidad de la respuesta inmunitaria que produce.

Es posible que otras vacunas que aún están en fase de ensayo clínico funcionen aún mejor como refuerzos contra la COVID-19. Por ejemplo, Novavax y Sanofi están haciendo ensayos clínicos en Estados Unidos con vacunas de proteínas víricas. Lyke y sus colegas diseñaron su estudio de manera que puedan añadirle más vacunas de este tipo a la combinación más adelante.

“Tras bambalinas estamos trabajando en otros contratos para poder agregar refuerzos adicionales en el ensayo”, afirmó. Esos refuerzos adicionales también pueden incluir otros adaptados a las variantes, como el desarrollado por Pfizer-BioNTech.

También están en marcha otros ensayos de refuerzos mixtos. En el Reino Unido, los investigadores están administrándoles a los voluntarios vacunas de AstraZeneca, CureVac, Johnson & Johnson, Moderna, Novavax, Pfizer-BioNTech y Valneva como refuerzos. ImmunityBio está probando su vacuna en Sudáfrica como refuerzo de la vacuna de Johnson & Johnson, mientras que Sanofi se está preparando para probar su vacuna como refuerzo de las de muchas otras empresas.

El ensayo de los NIH podría empezar a dar resultados ya en las próximas semanas. Si las vacunas que se están agotando y las variantes que surgen provocan un aumento de contagios nuevos este invierno, Lyke quiere tener datos que pueda compartir con los legisladores.

“Para nosotros, obtener una respuesta lo antes posible era de vital importancia”, señaló. “No podemos darnos el lujo de invertir mucho tiempo”.

Hensley dice que es aconsejable prepararse para la posibilidad de que se necesiten refuerzos. Pero esperaba que no se convirtieran en una distracción de la urgente necesidad de llevar las primeras dosis a miles de millones de personas en todo el mundo.

“Si más personas se protegen de inmediato, entonces el virus tendrá menos huéspedes para infectar y menos oportunidades de evolucionar hacia nuevas variantes”, dijo.

“Quiero que las vacunas se distribuyan a nivel mundial, porque quiero proteger a las personas en todo el mundo”, añadió Hensley. “Pero incluso si solo te preocupas por ti mismo, también debes respaldar este esfuerzo, porque esa es la única forma en la que vas a terminar con la pandemia y limitar la posibilidad de que surjan variantes”.



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