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Sánchez da la bienvenida al gesto de Junqueras y pide “magnanimidad” para conceder los indultos
Carlos E. Cué | El País Buenos Aires - Pedro Sánchez pone otra piedra en la senda hacia los inminentes indultos a los presos del procés. Desde Buenos Aires, donde está de viaje oficial, Sánchez ha dado la bienvenida al gesto de Oriol Junqueras el lunes, con su renuncia a la vía unilateral —”cualquier paso a favor de la distensión es bienvenido”, ha dicho el presidente—, pero sobre todo ha preparado el terreno para conceder la medida de gracia. “Comprendo que pueda haber ciudadanos que tengan reparos sobre esta decisión [los indultos] que pueda tomar el Gobierno pensando en lo acaecido en 2017. Entiendo que puedan sentir reparos de dar estos indultos. Pero les pido que tengan confianza”, ha señalado. “Tenemos que apostar por reparar los errores de 2017, y eso implica magnanimidad. Gracias a eso permitiremos que la sociedad catalana pueda reencontrarse. Los hechos de 2017 yo los he heredado. Pese a los reparos, pido comprensión y magnanimidad porque el objetivo merece la pena”, ha sentenciado Sánchez. El presidente intenta facilitar al máximo la negociación con ERC y ni siquiera ha descartado que Oriol Junqueras esté en la mesa de diálogo, aunque ha apuntado, como ya habían señalado desde el Gobierno, que no sería lógico que esté porque es una mesa entre Ejecutivos. “El mensaje político es la voluntad de abrir un nuevo periodo en Cataluña, fundamentado en la negociación y el diálogo. A mí no me gusta vetar a nadie, todos somos conscientes de que hablamos de una mesa entre gobiernos, pero no empezamos bien si ahora digo este tiene que estar o no. Lo importante es dar pasos en la distensión en la convivencia y en superar una crisis muy relevante para la sociedad española”, ha insistido el presidente español. Además, Sánchez ha despejado la posibilidad de un cambio de Gobierno inminente: “Sobre la supuesta remodelación del Gobierno, le diré que yo estoy concentrado en la vacunación, quedan 70 días para alcanzar la inmunidad de grupo. Lo demás no es prioritario”. Con la situación interna del país en plena ebullición, Pedro Sánchez multiplica sus viajes para reforzar el papel internacional de España. Esta semana se centra en Latinoamérica, con un viaje de tres días a Argentina y Costa Rica pensado con dos objetivos diferentes. Sánchez está ya en Buenos Aires, una ciudad que en pleno otoño austral está inmersa en una durísima ola de la covid que la tiene completamente confinada durante los fines de semana y parcialmente el resto de los días. El presidente ha viajado a la capital argentina con un grupo de empresarios, entre ellos el jefe de la patronal, Antonio Garamendi, pero sobre todo tiene un objetivo político: dar apoyo a un aliado estratégico e ideológico como Alberto Fernández, un peronista moderado que en La Moncloa asocian a un socialdemócrata ―aunque las categorías políticas argentinas son siempre inclasificables con estándares europeos― y que tiene importantes vínculos con España y con Sánchez, en un momento de máxima dificultad. El viaje a Argentina ha sorprendido en los círculos políticos y económicos del país, porque nadie en este momento visita una ciudad vetada a los turistas y en una crisis económica devastadora por el coronavirus. Sánchez siempre ha apoyado a Fernández, España tiene importantes intereses empresariales en Argentina, y el presidente español trata de situarse como el gran aliado en Europa de un país que necesita todo el respaldo político posible para una compleja renegociación de la deuda con el FMI de 45,000 millones de dólares. “Siempre España estuvo de nuestro lado, lo agradecemos mucho, Pedro”, ha asegurado Fernández en la comparecencia conjunta. “España apuesta por Argentina, un país del que nos sentimos hermanos. Vamos a reforzar la inversión española en Argentina. Sirva esta presencia para mostrar el respaldo a medidas difíciles pero imprescindibles que está tomando el Gobierno argentino”, ha rematado Sánchez en referencia a las restricciones. Ambos coinciden además en su visión sobre la necesidad de compartir las vacunas entre todos los países. “Vemos con gran preocupación que el 90% de las vacunas producidas están en manos del 10% de los países. Necesitamos que las vacunas sean un bien global, que se comparta la tecnología”, ha señalado Fernández. “Vamos a donar más de 20 millones de vacunas en 2021. Además tenemos que transferir el conocimiento y la tecnología”, ha insistido Sánchez. Argentina, que sufrió uno de los confinamientos más estrictos y más largos del planeta en 2020, ha ido perdiendo el control de la pandemia y ahora ya ha superado en muertos a España, con más de 80,000, pese a que la vacunación avanza en casi todo el país. El viaje tendrá, además de la parte económica y política, con una reunión entre Sánchez y Fernández en la Casa Rosada y una cumbre empresarial, una parte simbólica con la visita del presidente español a la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA). Este centro de torturas de la dictadura argentina ―que se extendió entre 1976 y 1983― se convirtió bajo el mandato de los Kirchner ―Cristina Fernández es ahora vicepresidenta de Fernández, que fue el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner― en un lugar de memoria reconocido internacionalmente. Sánchez y su equipo se fijan en la ESMA como un modelo de lo que se podría hacer con el Valle de los Caídos: cómo convertir un referente de la dictadura en un lugar de memoria para las siguientes generaciones que recuerde la represión. Sánchez homenajeará además a los desaparecidos españoles de la dictadura argentina. Argentina es el país que cuenta con más ciudadanos españoles en el extranjero en todo el mundo, unos 400,000. Interés en Centroamérica El presidente viajará después a San José de Costa Rica, un país que, con esta estancia ya habrá visitado dos veces en su mandato, algo muy poco habitual. Sánchez está muy interesado en Centroamérica, según fuentes del Ejecutivo, en especial por la crisis migratoria, ya que la situación económica de muchos países de esta área está empujando a gran cantidad de ciudadanos a intentar emigrar a Estados Unidos o a Europa, y la puerta de entrada principal es España. Sánchez aprovechará el viaje para reforzar el papel de España en el continente donde tiene más influencia, que ha perdido en los últimos años a favor de otros actores como Estados Unidos o China. Las empresas españolas sin embargo siguen teniendo una enorme presencia y los principales bancos, telefónicas, compañías de energía o de seguridad de estos países son las grandes multinacionales españolas, que ahora sufren por la crisis generalizada en la que la covid ha sumido al continente. Sánchez intenta recuperar ese papel y de hecho esta es su tercera gira latinoamericana desde que es presidente. Este jueves, España ha organizado una cumbre con el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que celebra su 30º aniversario. Asistirán los presidentes de Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Panamá y Belice, pero es casi segura la ausencia de Nicaragua y El Salvador. Además de las cuestiones económicas, en la cumbre o al menos de manera informal se tratará el asunto de la crisis migratoria, que afecta especialmente a esta zona de Centroamérica, una de las más empobrecidas del continente. España está dispuesta a ofrecer ayuda para intentar controlar el fenómeno migratorio. Sánchez también anunció en la cumbre iberoamericana en Andorra que España enviará 7,5 millones de vacunas a Latinoamérica, una cifra pequeña para una región con 650 millones de habitantes, pero importante para un país como Argentina con 47 millones y que supone un gesto también para mostrar el interés político en ser un referente en la zona de influencia natural. Además, durante todo el año 2021 España donará mediante el mecanismo COVAX un total de 22,5 millones de vacunas que irán sobre todo a Latinoamérica. Sánchez volverá a España justo para un fin de semana muy intenso, en el que se encontrará con el debate sobre los indultos en pleno apogeo. Sobre todo seguirá con máximo interés el resultado de las primarias del PSOE andaluz el domingo, donde se dilucida si es derrotada definitivamente su gran rival interna en 2017, Susana Díaz. Si gana Juan Espadas, Sánchez habrá completado el control del partido, pero lo que más preocupa a La Moncloa es la debilidad del PSOE andaluz en este momento como cuestión de fondo. Los socialistas necesitan recuperar terreno en Andalucía, su granero histórico de votos, y Sánchez se concentrará en eso en cuanto se resuelva la batalla interna. Además, seguirá también la manifestación del domingo contra los indultos, una especie de reedición de la foto de Colón de 2019. El Gobierno está haciendo un gran esfuerzo de pedagogía para preparar a los ciudadanos para la decisión de conceder los indultos, y en ese contexto ha logrado un gesto de autocrítica de Oriol Junqueras, con su carta difundida este lunes, que creen muy relevante. A pesar de ello, en el Ejecutivo son conscientes del desgaste que supone la decisión, pero confían en que con el tiempo se verá su utilidad política para encontrar una vía de salida al conflicto catalán y dejar atrás el desgarro del procés. Jamileth |
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