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En las elecciones mexicanas triunfó la pluralidad


2021-06-10

Ricardo Raphael, The Washington Post

Sin excepción, las fuerzas políticas en México han elogiado el resultado de las elecciones del 6 de junio. El presidente Andrés Manuel López Obrador, principal vocero del partido oficialista, Morena, dijo estar feliz con su respectivo triunfo. En el otro polo del espectro Marko Cortés, presidente del conservador Partido Acción Nacional (PAN), se refirió también con satisfacción al resultado; lo mismo que Alejandro Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

¿Cómo explicar no solo la conformidad, sino la celebración exaltada de todos los contendientes? Al parecer las y los electores distribuyeron sus votos de tal manera que las partes obtuvieron una fracción satisfactoria de entre los más de 21,000 cargos en disputa.

Estarían conformes porque ninguna de las fuerzas relevantes quedó definitivamente derrotada, ni tampoco fue triunfadora unánime de la competencia. Una vez transcurrida la contienda, deja de ser pertinente cualquier pregunta dirigida a consignar perdedores y ganadores. El resultado, francamente complejo, obliga a interrogarse sobre otro tema: el grado de pluralidad del régimen político mexicano.

Debido a los antecedentes del siglo XX, antes del domingo cabía temer un regreso de México a otras épocas cuando un solo partido, el PRI, lograba ocupar el papel hegemónico.

En 2021 este fue el fantasma detrás de la campaña electoral promovida por la oposición, coaligada alrededor del frente Va por México (PAN-PRI-PRD). Ese fantasma fue derrotado el domingo. Los resultados de las distintas elecciones confirmaron que este país es irreversiblemente diverso, no solo en su geografía, sus identidades culturales y su biología, sino en sus opciones políticas.

Esta diversidad se hizo evidente en los comicios parlamentarios, también en las elecciones para gobernador, pero donde se expresó con mayor contundencia fue en los resultados a nivel municipal.

En la Cámara de Diputados la coalición gobernante, que suma los datos obtenidos por el frente electoral Juntos Hacemos Historia, o por los partidos que lo integraron (aunque hubieran participado por separado) habría obtenido 61% de los distritos de mayoría.

Esta cifra explica la “felicidad” expresada por el presidente López Obrador. A pesar de la pandemia y la consecuente crisis económica, a pesar de la violencia social y la polarización política, los votos a su favor superaron con buen margen la mitad de los distritos de mayoría. A estos curules se añadirán los correspondientes por el principio de representación proporcional. De acuerdo con el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE) la mayoría gobernante obtendría, en la Cámara de Diputados, entre 265 y 298 diputados de 500. La diferencia que pudiera haber entre estos datos preliminares y los resultados finales no están contemplados en este texto.

En revancha, la coalición Va por México —bajo la hipótesis de que los partidos que la conforman cumplirán el compromiso de permanecer aliados durante el próximo periodo legislativo— habría obtenido 36% de los escaños de mayoría relativa. Si se suman los de representación proporcional, podría alcanzar entre 181 y 213.

El resultado para el bloque opositor no es sobresaliente y, sin embargo, junto con Movimiento Ciudadano —partido que no hizo alianzas y lograría entre 20 y 27 legisladores— la oposición reunida conseguiría frenar cualquier reforma automática a la Constitución que quisiera realizar la bancada del presidente.

Morena tuvo aún mejor resultado en las elecciones estatales. De acuerdo con los números disponibles hasta el 8 de junio, podría quedarse con 16 de las 32 gubernaturas. Este número crecería si ganara Michoacán y/o Campeche, comicios que aún están muy cerrados.

En contraste, en las elecciones estatales los partidos de Va por México obtuvieron resultados pobres. El PRI perdió cuatro de las ocho gubernaturas que tenía previamente. Después de estos comicios únicamente gobernará el Estado de México, Oaxaca, Coahuila e Hidalgo. De su lado, el PAN habría perdido Nayarit, por lo que conservaría solo ocho gubernaturas: Quintana Roo, Yucatán, Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato.

Destaca el triunfo de Movimiento Ciudadano en Nuevo León, el cual se suma al que ya tenía en Jalisco. También merece referencia el último éxito del Partido Verde en San Luis Potosí. Aún no está claro si el PRD perderá la elección en Michoacán, en cuyo caso se quedará sin ninguna gubernatura obtenida sin acudir en coalición.

Si bien Morena y sus aliados se vieron favorecidos en las elecciones para las gubernaturas, el mapa del conjunto de los territorios confirmaría la hipótesis de la pluralidad contra la versión de la hegemonía partidista. En el peor de los escenarios para Morena, la oposición tendría un número muy similar de gobiernos estatales.

A partir de un trabajo de análisis propio que considera fuentes públicas, puedo afirmar que la diversidad electoral se amplifica cuando se pone la lupa sobre las elecciones celebradas en las alcaldías y municipios.

El Instituto Nacional Electoral registró 1,278 comicios de este tipo, sin embargo, hasta el 8 de junio únicamente se conocen los resultados en 968 de ellos.

De ese total disponible, los triunfos de la coalición Juntos Hacemos Historia no rebasó más de 39%. En cambio, Va por México estaría rozando 50% de las presidencias municipales.

En resumen, mientras el partido del presidente y sus aliados cuentan con 60% de los asientos en la Cámara de Diputados y 50% de las entidades federativas, no lograron superar 40% de los triunfos en las elecciones municipales recientes. En contraste, el bloque opositor (sin considerar a Movimiento Ciudadano) tendría 36.8% de la Cámara Baja y 37% de las gubernaturas, pero habría obtenido triunfos en aproximadamente la mitad de las alcaldías y municipios disputados.

Los partidos están conformes porque de no estarlo tendrían mucho que perder. Los resultados recientes son prueba irrefutable de que la pluralidad triunfó sobre la hegemonía y esa tendencia pareciera definitiva en México.



Jamileth


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