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¿Vacunado y confundido? Cuatro respuestas sobre el auge de la variante delta


2021-07-23

Por Tara Parker-Pope | The New York Times

La Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere que todo el mundo use mascarillas, pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por su sigla en inglés) dicen que las personas vacunadas no suelen necesitarlas.

Entonces, ¿a quién le hacemos caso?

Los expertos en virus y los epidemiólogos también dan consejos contradictorios pero, en gran medida, coinciden en un punto: la necesidad de que una persona totalmente vacunada lleve una mascarilla depende realmente de las circunstancias y de lo que ocurra en su comunidad.

“En este momento, pensar en usar cubrebocas es un poco como vestirse según el tiempo que haga”, dijo Linsey Marr, profesora de ingeniería civil y medioambiental en Virginia Tech y una de las principales expertas del mundo en transmisión viral. “Hay que tener en cuenta el número de casos y las tasas de vacunación allá donde vayas, la actividad que vas a realizar y tu propia salud”.

Pero el nuevo impulso de pedir a las personas vacunadas que se pongan la mascarilla ha sembrado la confusión. ¿Ese pedido significa que las vacunas no ofrecen suficiente protección? ¿Por qué todo el mundo está tan preocupado por la variante delta? ¿Las personas vacunadas deben preocuparse por los casos de infección en vacunados? Aquí damos algunas respuestas.

¿Por qué la OMS les pide a las personas vacunadas que usen mascarilla?

La obligación de llevar mascarilla está pensada en gran medida para proteger a los no vacunados: las personas vacunadas ya están bien protegidas por las vacunas, y los casos de infección en vacunados siguen siendo muy raros. Pero como no siempre se puede saber quién está vacunado y quién no, decir que todo el mundo use mascarillas puede ayudar a detener la propagación del virus por parte de las personas infectadas que no presentan síntomas.

Y aunque los casos y las muertes están disminuyendo en Estados Unidos, grandes partes del mundo siguen lidiando con la rápida propagación del virus y muchas personas siguen sin vacunarse. En Estados Unidos, el 67 por ciento de los adultos ha recibido al menos una dosis de la vacuna. Además, las vacunas administradas en otras partes del mundo, como la de Sinovac, no han dado tan buenos resultados contra las variantes como las vacunas disponibles en Estados Unidos.

“La OMS está dando orientaciones para todo el planeta, y en las zonas en las que domina la variante delta, los casos son elevados, las tasas de vacunación son bajas, y las vacunas que se han distribuido son menos eficaces contra delta, es lógico que las personas vacunadas usen cubrebocas”, dijo Marr.

Recientemente, la directora de los CDC, Rochelle P. Walensky, mantuvo el consejo de que las personas totalmente vacunadas contra el coronavirus no necesitan llevar mascarillas en la mayoría de las situaciones, pero añadió que hay casos en los que las autoridades locales podrían imponer medidas más estrictas para proteger a los no vacunados.

Marr dijo que su consejo para sus amigos totalmente vacunados sobre el uso de mascarillas sería que sigan las normas locales y tomen precauciones adicionales en determinadas situaciones.

“Les diría que, en general, no necesitan usar una mascarilla”, dijo Marr. “Pero deberían seguir llevando una para los momentos en los que se encuentren en un entorno interior muy concurrido durante un periodo de tiempo prolongado como los viajes en avión, en los que las mascarillas son necesarias de todos modos, o un cine, una sala de teatro o conciertos muy concurridos, por ejemplo”.

Si estoy vacunado, ¿debo preocuparme por la variante delta?

La variante delta, que se identificó por primera vez en India, es preocupante porque es muy contagiosa y se está propagando rápidamente por todo el mundo. Las personas no vacunadas que se infectan con delta tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas que las infectadas con alfa, la variante dominante en Estados Unidos que se detectó por primera vez en el Reino Unido.

Lo sorprendente de la variante delta es la facilidad con la que parece transmitirse. En Australia, las cámaras de seguridad documentaron un breve encuentro de dos personas que se cruzaban en un centro comercial; una de ellas estaba infectada sin saberlo. Los compradores estaban frente a frente en un momento dado y respiraron el aire del otro durante solo unos segundos, lo que hizo que la segunda persona se infectara. (La transmisión se confirmó mediante secuenciación genética). Aunque un encuentro tan breve no suele propiciar el contagio, el caso puso de manifiesto la importancia de que la gente se vacune antes de que la variante delta se siga propagando.

La variante delta es ahora responsable de una de cada cuatro infecciones en Estados Unidos, según los nuevos cálculos realizados esta semana por los CDC.

Pero si estás entre los vacunados, la mayoría de los expertos dicen que no debes tener miedo. Los estudios demuestran que dos dosis de la vacuna de Pfizer ofrecen un 88 por ciento de protección contra la variante delta, frente al 93 por ciento de protección contra la alfa. La vacuna de Moderna ha obtenido resultados similares a los de Pfizer en otros estudios, por lo que se espera que ofrezca un nivel de protección similar contra delta. Moderna afirma que los estudios realizados en tubos de ensayo con muestras de sangre de personas vacunadas demostraron que la vacuna sigue siendo muy eficaz contra la variante delta, que en las muestras solo causó una “modesta reducción” de los anticuerpos que combaten el virus.

Un estudio reciente de Public Health England descubrió que las personas parcialmente vacunadas tienen un 75 por ciento menos de probabilidades de ser hospitalizadas que una persona infectada que no esté vacunada. Los que están totalmente vacunados tienen un 94 por ciento menos de probabilidades de ser hospitalizados.

“Si has recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer, como yo, deberías estar protegido contra la variante delta”, dijo Gregg Gonsalves, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale. “Podría ir sin mascarilla y sentirme bien desde esa perspectiva. Creo que para EE. UU. —donde tenemos estados con poca cobertura de vacunación y entre las poblaciones que no se han vacunado— la variante delta es un problema”.

Gonsalves dijo que, aunque está totalmente vacunado, seguirá usando cubrebocas en el supermercado y en otros espacios públicos a la espera de que más personas se vacunen.

“¿Voy a llevar una mascarilla entre amigos que están totalmente vacunados? Probablemente no”, dijo. “Sin embargo, en público, lo haré sin duda. Se trata de promover una norma social: ahora mismo hay suficientes personas sin vacunar por lo que deberíamos ser un modelo de buen comportamiento, mostrando solidaridad social”.

¿La vacuna de Johnson & Johnson protege contra la variante delta?

Johnson & Johnson se retrasó con respecto a los demás fabricantes de vacunas en la recopilación de datos sobre el rendimiento de su vacuna contra la variante delta. Sin embargo, el jueves la empresa publicó por fin los resultados de dos estudios que muestran que su vacuna seguía siendo eficaz contra la variante altamente contagiosa. La empresa también descubrió que los anticuerpos estimulados por la vacuna se fortalecen con el tiempo.

La vacuna de Johnson & Johnson se estudió inicialmente después de que empezaran a circular nuevas variantes. Tuvo una eficacia del 72 por ciento en Estados Unidos y del 66,3 por ciento a nivel mundial. Lo más importante es que la vacuna de Johnson & Johnson era un 86 por ciento eficaz contra la enfermedad grave. La vacuna solo mostró un pequeño descenso en la potencia contra la variante delta, dijo la compañía, aunque no entró en más detalles. Puedes leer más sobre el informe de Johnson & Johnson aquí [en inglés].

Un estudio de Public Health England descubrió que la vacuna de AstraZeneca, que ha tenido un rendimiento similar al de la inyección de J&J, proporcionaba un 60 por ciento de protección contra la variante delta, por debajo del 66 por ciento contra la variante alfa.

¿Cuál es el riesgo de contraer COVID-19 después de estar completamente vacunado?

Aunque las vacunas para la covid son muy eficaces, ninguna ofrece una protección del 100 por ciento. Si bien se producen casos de infección en vacunados, son extremadamente raros, y en la mayoría de los casos, esas infecciones solo causan una enfermedad leve.

El riesgo de ser hospitalizado o de morir como resultado de una infección para alguien que ha sido vacunado es minúsculo (menos del 0,003 por ciento), según los datos recogidos por los CDC. Para el 21 de junio, más de 150 millones de personas en Estados Unidos se habían vacunado completamente contra la COVID-19. En esa fecha, los CDC informaron que 4115 pacientes habían sufrido casos de infección después de vacunarse contra la COVID-19 que habían resultado en hospitalización o muerte, incluidos 3907 que habían sido hospitalizados y 750 que fallecieron.

Pero como el riesgo de contraer COVID-19 después de la vacunación no es nulo, algunos expertos en salud siguen aconsejando que las personas vacunadas tomen precauciones razonables, como el uso de una mascarilla en espacios concurridos.

Las personas que viven en zonas con bajas tasas de vacunación también pueden considerar el uso de mascarillas en público, donde es más probable que se encuentren con una persona no vacunada que alguien que vive en una región altamente vacunada.

En Estados Unidos, el 64 por ciento de las personas mayores de 12 años ha recibido al menos una dosis y el 54 por ciento está totalmente vacunado. Sin embargo, en algunas ciudades como Seattle y San Francisco, más del 75 por ciento de las personas que reúnen los requisitos necesarios están al menos parcialmente vacunadas. Muchos estados del noreste, el oeste y el noroeste del Pacífico han vacunado a más del 60 por ciento de la población adulta. Pero el ritmo de vacunación varía en Estados Unidos. Varios estados del sur como Misisipi, Tennessee, Alabama y Arkansas, han vacunado a menos del 45 por ciento de los adultos. Puedes obtener más información en el rastreador de vacunas del Times.

Paul Offit, profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del panel asesor sobre vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), está totalmente vacunado, pero sigue llevando mascarilla cuando viaja en el autobús en Filadelfia, porque las normas lo exigen, así como cuando está en un espacio cerrado y lleno de gente. Se pone el cubrebocas cuando va a comprar al supermercado, porque no sabe el estado de vacunación de los demás compradores. Pero también cena en restaurantes, siempre que las mesas estén separadas al menos un metro y los meseros usen cubrebocas.

Y aunque el riesgo de infección por el virus para las personas totalmente vacunadas es muy bajo, Offit afirma que el riesgo aumenta cuando se está en una comunidad en la que la mayoría de la gente no está vacunada, porque se crean más oportunidades de encontrarse con el virus. Cita un estudio realizado en los Países Bajos sobre la vacuna contra el sarampión, que, al igual que la vacuna contra la covid, ofrece altos niveles de protección, que reveló que una persona no vacunada estaba más segura en una comunidad altamente vacunada que una persona inmunizada en una zona con bajas tasas de vacunación.

“Si estás en una comunidad altamente vacunada, tienes una especie de foso a tu alrededor”, dijo.

Offit dijo que el problema con la orientación actual sobre el uso de la mascarilla en Estados Unidos es que requiere confianza.

“Tienes que confiar en que las otras personas con las que entras en contacto están vacunadas si no llevan mascarilla”, dijo Offit. “Es demasiada confianza. Las mismas personas que no llevan mascarilla a menudo no están vacunadas. Esas dos cosas suelen ir de la mano. Cuando ves a gente con mascarilla en el interior, a menudo son los que están vacunados”.

Marr añadió que todo el mundo debería estar preparado para la evolución de las orientaciones sobre cubrebocas, distanciamiento y otras precauciones.

“Debemos estar preparados para que las cosas cambien a medida que aprendamos más”, dijo Marr. “Sé que todo el mundo quiere que esto se acabe o quiere una norma única para todos, pero tenemos que acostumbrarnos a que las cosas cambien a medida que el virus muta, las vacunas se lanzan, las respuestas de salud pública en diferentes países cambian y los científicos aprenden más. La pandemia de gripe de 1918 duró dos años”.



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