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Cómo prepararse para el regreso a la escuela


2021-08-17

Perri Klass, M.D. | The New York Times

En algunas partes del mundo los estudiantes volverán a las clases presenciales. Estos son algunos consejos para facilitar a los niños el retorno.

Ahora que los estudiantes de primaria se preparan para volver a las clases presenciales en Estados Unidos, los padres se preocupan cada vez más por la seguridad de sus hijos. La variante delta ha provocado un aumento de las hospitalizaciones pediátricas por COVID-19, especialmente en zonas con bajas tasas de vacunación. Además, algunos estados no exigen el uso de mascarillas en las aulas, lo que hace que los padres no sepan si sus hijos deben volver.

A las preocupaciones se añade el temor de que, tras un año de aprendizaje a distancia, algunos niños posiblemente se hayan quedado atrás académicamente o que se sientan menos cómodos para socializar con sus compañeros.

La Academia Estadounidense de Pediatría continúa evaluando la situación del coronavirus en las escuelas y su evolución veloz, y todavía recomienda la educación presencial, dijo Sara Bode, presidenta electa del Consejo de Salud Escolar de la Academia Estadounidense de Pediatría. Pero al mismo tiempo, recomienda encarecidamente el uso universal de mascarillas y una autorización rápida de las vacunas para los menores de 12 años.

He aquí algunos consejos más para intentar garantizar un retorno sin problemas para los niños.

Hablen de la importancia de las vacunas y el uso de mascarillas

Una de las mejores formas de nivelar un camino lleno de atropellos de regreso a la educación presencial, dijo Bode, quien también es pediatra general en el Nationwide Children’s Hospital, es darles a los niños una buena idea de lo que pueden esperar y dejarle claro los padres que creen que es posible un regreso seguro.

“Proyectar esa tranquilidad va a ayudar mucho”, dice.

El paso más importante hacia la seguridad es conseguir que todos los miembros de la familia que cumplan los requisitos estén completamente vacunados, dijo Grace Black, pediatra general afiliada al Centro Médico de la Universidad de Rochester. Esto incluye a los niños de 12 años en adelante, así como a sus hermanos mayores, padres y abuelos.

En cuanto la vacuna esté disponible para los niños menores de 12 años, dijo Amy Shriver, pediatra general de Des Moines afiliada al Blank Children’s Hospital, es importante que ellos también la reciban.

Si tu hijo es demasiado pequeño para recibir la vacuna y está ansioso por volver a la escuela, asegúrale que los expertos están trabajando para que la vacuna esté disponible lo antes posible, y que sus pediatras están dispuestos a ayudar.

Dile a tu hijo que las vacunas son seguras y eficaces, dijo Danielle Erkoboni, pediatra general del Hospital Infantil de Filadelfia, y que usarlas en tándem con mascarillas es la mejor manera de mantener a todos a salvo. Las discusiones francas de este tipo pueden dar a los niños un sentido de su propio poder y autonomía en un momento potencialmente aterrador. “Creo que es una parte fundamental de la conversación, cuando pedimos a un niño que haga algo, para que entienda por qué”, dijo.

Habla con los niños sobre los tipos de mascarillas más eficaces (de varias capas, ajustadas, con los lados metidos) y sobre cómo llevarlas correctamente.

Acepta las imperfecciones académicas

Debido a las interrupciones a gran escala en el aprendizaje durante el año pasado, algunos estudiantes volverán con grandes lagunas en su educación, dijo Bode, y necesitarán tiempo para ponerse al día.

En lugar de centrarse en la expectativa de que los niños estén al nivel de su grado, el tono para los profesores y los padres debería ser: “puede que haya algo que te hayas perdido, simplemente vamos a tener que trabajar juntos en ello”.

Es razonable que a los padres les preocupe que un niño se haya perdido demasiado durante la escolarización a distancia, dijo Erkoboni. “He tenido muchas familias que han optado por retrasar a su hijo un año”. Pero siempre que sea posible, es mejor mantener a los niños en sus grupos y confiar en que los profesores los ayudarán a recuperar el terreno, dijo. “La clamorosa voz que escuchamos de los educadores, y que repetimos en la clínica, es que los profesores están armados y preparados”.

Por otro lado, continuó Erkoboni, si notas que tu hijo de verdad está batallando para ponerse al corriente y no logra cumplir ciertas expectativas, podría ser momento para conseguir apoyo adicional. “Llama a tu pediatra”, dijo, que puede orientar sobre los posibles pasos a seguir. “A menudo podemos conseguir a las familias una evaluación adicional o a terapias conductuales”.

Volver a las actividades sociales con seguridad

“La mayoría de mis pacientes que estuvieron en educación a distancia el año pasado tuvieron un año realmente difícil”, dijo Shriver. “No estaban aprendiendo bien, se sentían solos, la mayoría no tenía actividades externas como el deporte”, y muchos de esos niños tuvieron dificultades físicas y mentales.

Esta temporada, las actividades de verano y las visitas a los amigos —excursiones, días de campo, juegos de pelota en el parque— pueden ayudar a reintroducir a los niños en las actividades de grupo y eliminar parte del estrés que supone volver a las aulas.

Por supuesto, estas actividades solo deben realizarse si pueden llevarse a cabo de forma segura, e idealmente al aire libre. Presta atención a los índices de contagio de tu localidad, decide con qué nivel de riesgo y contacto se siente cómoda tu familia (por ejemplo, el tenis es más seguro que el fútbol, el fútbol es más seguro que la lucha libre) y asegúrate de que todos (incluidos los adultos que supervisan) cumplen con los protocolos de seguridad. Eso significa estar al aire libre, distanciarse cuando sea posible y usar cubrebocas cuando estén juntos.

Volver a la rutina

Los horarios de los niños se han desordenado durante el año de la pandemia, y muchos comen y duermen a horas extrañas.

Para ayudar a tus hijos a regresar a la normalidad antes de que empiece la escuela, vuelve ahora a la rutina habitual del año escolar: haz cumplir los horarios regulares de sueño y vigilia (con la norma de “no pantallas” al menos una hora antes de acostarse), e intenta mantener la coherencia en los horarios de las comidas: que la cena no sea demasiado tarde y el desayuno lo suficientemente temprano para comer antes de la escuela.

Intenta también restablecer algunos límites dietéticos; prioriza las frutas y las verduras sobre los alimentos muy procesados o las bebidas azucaradas a la hora de comer. Es comprensible que muchos niños (y adultos) hayan ganado un exceso de peso como consecuencia directa del año que pasaron en casa, en parte por hacer menos ejercicio y por comer más a causa del estrés.

Este ha sido un tema delicado para los pediatras, que saben que durante el año pasado muchas familias han estado sometidas a una gran tensión, y no quieren que los niños se sientan inseguros ni poner más presión a los padres. El hecho de regresar a la escuela debería ayudar a que los niños vuelvan a comer en un horario normal, a jugar activamente en el recreo (y en las canchas) y a reducir el tiempo de pantalla.

Pero mientras tanto, los padres pueden dar ejemplo de esos hábitos saludables: comer a horas fijas en lugar de picar constantemente y aumentar la actividad física.

Ofrece apoyo

Cuando los niños se sienten vulnerables, necesitan más afecto físico, seguridad y reconocimiento de sus sentimientos, dice Shriver. En momentos de estrés, hazle saber a tu hijo que estás ahí al aumentar la atención y la interacción que le brindas en casa.

Pregúntale a tu hijo o hija regularmente por su día, haciendo que todos en la mesa cuenten una anécdota, o procura las conversaciones individuales. Si el niño parece preocupado o expresa miedo o ansiedad, escucha sus preocupaciones y reconoce que son momentos complicados. No los descalifiques. Si es necesario, tienes que estar listo para ofrecer soluciones externas, como hablar con un profesor o llamar a su pediatra.

Prepárate para algunos retos

El regreso a clases significa que tu hijo convivirá con niños cuyas familias pueden haber tenido enfoques diferentes sobre la seguridad. Algunos niños tal vez no quieran llevar mascarillas; otros pueden tener familias que practican rigurosamente el distanciamiento físico, y algunos quizás tengan familias que hayan tomado menos precauciones.

Algunos niños pueden incluso enfrentarse al acoso o a las burlas por ser cautos. Shriver dijo que cuando el uso de mascarillas se hizo voluntario, “algunos niños arrancaban las mascarillas de otros niños”. Si la escuela de tu hijo no exige el uso universal del cubrebocas, es posible que tengas que trabajar directamente con los profesores y los administradores para ver si puedes aplicar algunos cambios.

Asegúrate también de que la escuela de tu hijo hace todo lo posible para crear una cultura de aceptación y compasión, y que se toma en serio el acoso escolar —ya sea por aumento de peso, el uso de cubrebocas, problemas académicos o cualquier otra situación— y lo aborda con prontitud.

Los padres deben dar ejemplo de ello en su forma de hablar con (y sobre) los demás, y en su forma de comportarse con los profesores. “Todos deberíamos ser muy pacientes y amables al entrar en esta nueva etapa de la pandemia con sus desafíos”, dijo Shriver. “Solo hay que ser amable con los demás”.



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