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Organismo científico mexicano prohíbe las autocríticas
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El recién politizado organismo estatal para la ciencia en México ha ordenado a sus investigadores que no lo critiquen públicamente y les pidió aclarar cualquier comentario a través de su oficina de prensa. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología fue blanco de críticas después de que colaborara en el intento de la Fiscalía General de la República para encarcelar a 31 académicos en una prisión de máxima seguridad a la que suelen ir a dar jefes narcotraficantes. La prensa local informó el viernes que el CONACYT emitió un nuevo código de conducta en el que solicita a empleados e investigadores externos “abstenerse de emitir comentarios u opiniones negativos o desfavorables sobre las políticas o programas” del organismo. Se desconocía cuáles serían las sanciones en caso de una infracción, pero al parecer podrían incluir algún procedimiento disciplinario. El CONACYT no confirmó públicamente la existencia del nuevo código de conducta, una copia del cual fue publicado por el periódico El Universal. Sin embargo, el sindicato de los empleados del CONACYT confirmó que las nuevas disposiciones fueron presentadas el 30 de septiembre. Investigadores en México y el extranjero censuraron el mes pasado que la Fiscalía General acusara a académicos y miembros del Foro Consultivo Científico y Tecnológico del CONACYT de lavado de dinero, crimen organizado y desfalco porque presuntamente gastaron demasiado dinero. Un juez rechazó emitir órdenes de arresto en el caso. Miembros del consejo consultivo, creado para fomentar el debate científico, dijeron que el equivalente a 2,5 millones de dólares no fue malgastado y que su actuación se apegó a las normas del propio CONACYT durante más de 15 años. La idea de que el dispendio fue la principal razón quedó más en entredicho el viernes, cuando el consejo difundió un video impecable y aparentemente costoso de cinco minutos para defenderse. Los detractores aseguran que el extraño proceder de simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador podría amenazar la libertad académica. Parte del problema deriva de que la actual directora del CONACYT, María Álvarez-Buylla, al parecer intenta infundir en la ciencia las políticas del gobierno de López Obrador, al que el mandatario llama “la Cuarta Transformación” de México. En una carta que según medios acompaña al nuevo código de conducta, Álvarez-Buylla dijo a miembros e investigadores del organismo que las personas que integren el servicio público del CONACYT “no sólo deben ser profesionales destacados, sino también personas comprometidas con la sociedad, el medio ambiente, los derechos humanos y, sobre todo, con la ética pública reivindicada por la Cuarta Transformación”, En el pasado, ella ha criticado a algunos investigadores por presentar informes en inglés a pesar de que es el idioma común en algunos campos técnicos, y señala que deberían estar en español. Ella critica a la “ciencia occidental” y la “tecnociencia” que hace del conocimiento una mercancía, y se ha pronunciado a favor de procesos colectivos para la generación de conocimiento más orientado a las cuestiones sociales. La “ciencia occidental” ha producido los avances más ostentosos y quizá más inútiles, como llegar a la Luna, declaró Álvarez-Buylla en 2020. No ayuda que el fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, decidiera presentar los cargos más graves posibles contra personas que no tenían antecedentes penales y son respetadas en sus profesiones, e intentara encarcelarlas. La oficina de Gertz Manero defendió las acusaciones, diciendo que los académicos usaron fondos federales destinados para la investigación científica en una organización privada, adquiriendo muebles, vehículos, propiedades y pagando salarios y otros servicios. La Fiscalía indicó que volverá a presentar los cargos. JMRS |
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