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Esta vez, Gran Bretaña está mejor que el resto de Europa ante la pandemia
Por JILL LAWLESS LONDRES (AP) — Los bares están cerrados en Viena y los mercados navideños de Múnich están vacíos al intensificarse las medidas para combatir la propagación del coronavirus en Europa, que sufre un nuevo brote. En Londres, no obstante, las parejas toman vino en la ribera del río Támesis, hay llenos completos en el Teatro Nacional y los amigos charlan despreocupadamente en los pubs. No es la primera vez en la pandemia que Gran Bretaña marcha a contramano del resto de Europa. Pero en esta ocasión, los que salen mejor librados son los británicos. El Reino Unido sobrellevó tres confinamientos a nivel nacional y suma casi 145,000 muertes por el COVID-19, el total más alto de Europa después del de Rusia. Ahora observa cómo los hospitales de Holanda, Bélgica, Alemania, Austria y la República Checa luchan para atender todos los infectados, en medio de confinamientos y restricciones. Y mientras que el primer ministro Boris Johnson advierte que “la tormenta que viene del este” todavía podría arruinar la Navidad en Gran Bretaña, muchos científicos dicen que el viento sopla en la dirección contraria en estos momentos. “No es que estemos detrás de Europa en esta ola. Ellos están detrás de nosotros”, afirmó Paul Hunter, profesor de medicina de la Universidad de East Anglia. El brote que azota la parte continental de Europa, impulsado por la variante delta, altamente contagiosa, pasó por Gran Bretaña durante el verano boreal, cuando el gobierno levantaba las restricciones que todavía estaban vigentes. Dado que la variante delta llegó en el verano, cuando los virus respiratorios no se propagan tan fácilmente, “no resultó tan explosiva como cuando se produce en invierno”, declaró Mark Woolhouse, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de Edimburgo. “Creo que el virus llegó al Reino Unido en un buen momento, mientras que en Austria, por ejemplo, llegó en el peor”, manifestó. El promedio de muertes diarias casi se duplicó en Austria en las dos últimas semanas. El gobierno austríaco dispuso un confinamiento y las autoridades planean exigir la vacuna contra el COVID-19 a partir del 1ro de febrero. La Organización Mundial de la Salud dijo esta semana que Europa es la única región del mundo donde aumentan los contagios del coronavirus y que el continente podría sufrir otras 700,000 muertes para la primavera (segundo trimestre del 2022) si no se toman medidas urgentes. Gran Bretaña, sin embargo, es un caso aparte. Muchos científicos habían pronosticado un aumento en los contagios a partir del 19 de julio, el “Día de la Libertad”, según lo bautizó la prensa, porque se levantaron casi todas las restricciones. Pero eso no sucedió. Las infecciones, que eran de las más altas de Europa, subieron y bajaron, aunque sin llegar a los niveles que se temían, por más de que se mantuvieron elevadas. Se registran más de 40,000 casos nuevos diarios. Pero una tasa de vacunaciones relativamente alta, sobre todo entre los ancianos, implica que las hospitalizaciones y las muertes son menos que en olas previas. De todos modos, 130 personas fallecieron la semana pasada tras detectárseles el COVID-19. Si bien los hospitales se mantienen atareados, no se han visto desbordados, y el gobierno conservador de Johnson no ha tenido que apelar al “Plan B”, que incluiría el uso obligatorio de barbijos y trabajar desde la casa dentro de lo posible. No se descarta que todavía haya que apelar a estas medidas. El virus ha demostrado que da sorpresas y el viernes Gran Bretaña prohibió los vuelos provenientes de Sudáfrica y otras naciones en respuesta a una nueva variante del virus que según los científicos muta mucho y rápidamente. Por ahora, la vida en Gran Bretaña parece casi normal y la gente se prepara para los festejos de fin de año con un ánimo festivo. De todos modos, los británicos no bajan la guardia. Ivo Vlaev, científico especializado en el comportamiento de la Universidad de Warwick que estudió la información de toda Europa, dice que la gente en Gran Bretaña se sigue cuidando y limitando el contacto con otros. “Pareciera que en el Reino Unido la gente acata las medidas protectoras” más que en otras partes de Europa, dijo Vaev. Mientras que algunos países europeos obligan a cumplir con ciertas restricciones, en Gran Bretaña no se obliga a presentar prueba de vacunación para algunos eventos o en los sitios de trabajo y el gobierno descartó exigir la vacunación, aunque sí lo hizo con los trabajadores sociales y del campo de la salud. Por otro lado, en Gran Bretaña no se ha registrado la feroz resistencia a vacunarse que algunos sectores exhiben en otros países. El 88% de la población de 12 años para arriba recibió al menos una dosis. Aunque solo el 66% está totalmente inmunizada, una cifra inferior a la de algunas otras naciones europeas. Ello responde en parte a que se demoró más que varios vecinos en aprobar la vacunación de los chicos de 12 a 15 años y todavía no autorizó la de los menores de 12. Johnson exhortó a la población a recibir la tercera dosis, diciendo que “la vacunación es lo que permitió a nuestro país volver al trabajo, abrir nuestros teatros y nuestros restaurantes y volver a una vida casi normal” antes que otras naciones. aranza |
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