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Conforme la incertidumbre por la variante ómicron se acumula, los planes para regresar a la oficina son reevaluados


2022-01-04

Lauren Hirsch and Emma Goldberg |  The New York Times

Era el primer día laborable de 2022. Muchas personas esperaban dirigirse al trabajo, algunas por primera vez en casi dos años. Brooks Brothers envió un correo electrónico promocional sobre cómo “lucir bien en la oficina”. Sin embargo, los trabajadores en todo Estados Unidos permanecieron en casa, sin certeza de cuándo podrían volver a sus oficinas.

Con el aumento repentino de casos de COVID, impulsado por la muy contagiosa variante ómicron, los negocios están de nuevo sopesando cuándo reabrir y qué medidas necesitan implementar para hacerlo de manera segura.

En los últimos días, Jefferies, Goldman Sachs, Chevron y muchos empleadores más han retrasado o cambiado sus planes de regreso a la oficina en enero. Starbucks, Delta Air Lines y BlackRock han modificado sus protocolos de protección contra la COVID, en respuesta a los lineamientos cambiantes de las autoridades de salud pública.

En Jefferies, el banco de inversión, un memorando enviado al personal la mañana del lunes de parte de Rich Handler, el director ejecutivo, y Brian Friedman, el presidente, anunció un nuevo plan: “De manera realista, no prevemos tener una oportunidad segura para estar juntos en nuestras oficinas hasta al menos el lunes 31 de enero”.

Los ejecutivos agregaron una dosis de optimismo: “Aunque nadie sabe con certeza, creemos (y esperamos con fervor) que este podría ser el último periodo realmente desafiante de esta pandemia”.

El memorando mostraba un punto de vista, compartido por algunos líderes empresariales, de que la propagación de la variante ómicron (que es más contagiosa, pero genera una forma más leve de la enfermedad, en especial para los vacunados) podría representar el inicio de la fase endémica de la pandemia y con él una ola de reapertura de oficinas que de verdad podría ser llevada a cabo.

Otras compañías están imaginando nuevas maneras de mantener sus lugares de trabajo abiertos.

Starbucks anunció el lunes que reduciría, de diez a cinco, el número de días que sus trabajadores vacunados y asintomáticos que den positivo deben aislarse, con base en los lineamientos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos. La empresa también indicó que los empleados en ese país deberán contar con el esquema completo de vacunación para el 9 de febrero o someterse a pruebas semanales, en cumplimiento con las disposiciones de vacunación del gobierno del presidente Joe Biden para grandes empleadores.

Un portavoz de Starbucks señaló que la corporación brindó a los gerentes de tienda y de distrito cierta libertad de maniobra para decidir cuándo las ubicaciones específicas necesitan hacer ajustes, como abrir solo para pedidos desde el auto. “Nuestros líderes de venta minorista cuentan con la autoridad para modificar operaciones locales. Tienen la capacidad de hacer esos ajustes en el momento”, argumentó Reggie Borges, el vocero de la empresa.

CNN, que había planeado el regreso en enero de ciertos empleados, le confirmó a su personal a través de un correo electrónico enviado el domingo que sus oficinas permanecerían cerradas excepto para “aquellos que es totalmente indispensable que estén ahí”.

Goldman Sachs ordenó a sus empleados en Estados Unidos el domingo que trabajen desde casa hasta el 18 de enero. El banco de inversión, que llamó de regreso a la oficina a la mayoría de su personal en junio, anunció apenas la semana pasada que incrementaría sus requerimientos de vacunación y pruebas, incluso a pesar de que sus rivales en Wall Street comenzaban a regresar al trabajo remoto.

Más cambios podrían ocurrir pronto conforme las recomendaciones de parte de las autoridades de salud pública siguen modificándose y el gobierno se esfuerza para mantener a la economía en operación.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y asesor de la Casa Blanca, mencionó el domingo que los CDC estaban considerando recomendar que los estadounidenses cuenten con una prueba negativa de coronavirus antes de dejar el aislamiento, con lo que se actualiza un cambio de política realizado apenas el mes pasado. Para compañías como Delta, eso podría significar de nuevo alterar sus protocolos. Para otras, eso podría generar una intensa serie de negociaciones con los sindicatos.

El viernes, la Corte Suprema tiene previsto escuchar los argumentos sobre la legalidad del mandato del gobierno de Biden para que los grandes empleadores exijan vacunación o pruebas semanales. Mientras tanto, el significado de “esquema completo de vacunación” podría cambiar pronto.

Marcia St. Hilaire-Finn, quien dirige la guardería y preescolar Bright Start en Washington D. C., dijo que recientemente cambió sus políticas y estrategias contra el coronavirus, con lo que respondió a ambas noticias sobre la ómicron y los nuevos lineamientos de los CDC. Antes, si un empleado o un niño daba positivo, ella cerraba el aula por diez días. Ahora exige a los empleados vacunados y asintomáticos con COVID que se aíslen por solo cinco días, aunque los cierres de los salones de clase duran más porque los niños no están vacunados.

Durante la época de fiestas, St. Hilaire-Finn ofreció un bono de 100 dólares a cualquier empleado que fuera por su dosis de refuerzo. Calcula que todos los miembros del personal habrá recibido el refuerzo para finales de esta semana.

En qué momento traer de regreso a los trabajadores recuperados será un nuevo desafío.

Si los CDC recomiendan que los trabajadores infectados entreguen una prueba negativa antes de regresar a trabajar (como muchos científicos han exhortado que se haga), las compañías deberán resolver cómo suministrar pruebas bajo demanda a los empleados. Aunque las grandes empresas han comprado pruebas al mayoreo, los empleadores más pequeños a menudo no tienen esa capacidad. Decidir a quién darle prioridad para la prueba, quién paga por ellas y cómo verificar los resultados causará conflictos en las salas de juntas durante los próximos meses.

Algunas firmas ya han comenzado a incorporar las pruebas en sus planes. BlackRock, la firma de manejo de activos, indicó a sus casi 7600 empleados en Estados Unidos antes de las festividades de fin de año que “alentaba la flexibilidad” y necesitaba que aquellos que siguieran yendo a la oficina se realizaran pruebas semanales. La semana pasada, anunció que extendería esa política hasta el 28 de enero.

Ya sea que decidan cuándo abrir las oficinas o fijar políticas sobre aislamiento, los empleadores se enfrentan a una pregunta clave: ¿qué tanto riesgo de exposición y propagación están ellos y sus trabajadores dispuestos a tolerar? No todos están de acuerdo.

Esta semana, Brian Monahan, el médico que atiende a los miembros del Congreso de Estados Unidos, aconsejó a todas las oficinas de la sede legislativa, los comités y las agencias que maximicen el trabajo remoto y reduzcan las reuniones presenciales tanto como sea posible, aunque esta es solo una recomendación.

“Aunque algunos ven la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2 como ‘endémica’, la ‘nueva normalidad’ e ‘inevitable’, estos puntos de vista son prematuros”, escribió Monahan en un memorando revisado por The New York Times. “La comunidad entera debe continuar tomando cada medida posible para eliminar la rápida propagación de esta enfermedad”.



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