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Ciudad de México se está convirtiendo en el paraíso de las patinetas


2022-01-17

Madeleine Connors | The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Hace un año, Carolina Altamirano dejó su hogar en la ciudad de Oaxaca, en México, donde había practicado patineta durante nueve años, en busca de oportunidades para que su carrera en ese deporte creciera.

En otra época, esto habría significado mudarse a Los Ángeles, Nueva York o incluso Barcelona, España. Sin embargo, Altamirano se mudó a Ciudad de México.

“Hay muchos parques de patinaje y están construyendo más”, dijo sobre la ciudad, que se ha convertido rápidamente en un destino internacional para ese deporte y en una incubadora para una lista impresionante de atletas, a medida que florece la escena del patinaje en tabla. “Es una comunidad muy fuerte. Incluso si alguien que no conoces te ve en la calle con una patineta, te saluda y te pregunta algo”.

Entre ellos se encuentra Itzel Granados, una de las patinadoras mejor clasificadas del país y una especie de celebridad local en los parques de patinaje de Ciudad de México. En noviembre, Granados, de 20 años, terminó en segundo lugar en la competencia callejera femenina de los Juegos Panamericanos Junior. Antes de eso, obtuvo el tercer lugar en Exposure Skate, el renombrado concurso de patineta. Y espera clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024, que será la segunda vez que el patinaje en tabla participará en unas Olimpiadas.

Cuando Granados empezó a patinar, no había escuelas de patinaje en la zona. Ahora está en buena compañía. Las escuelas dirigidas por mujeres, como Mujeres en Patineta, están surgiendo en la ciudad y ofrecen clases para niñas de todas las edades y de bajos ingresos.

“La escena del skateboarding está centralizada en Ciudad de México, que alberga los mejores skate parks de nuestro país”, dijo Mariana Muñoz, directora de Mujeres en Patineta. “La apertura social que hay aquí, así como el movimiento feminista, han permitido que el skate femenil crezca de una manera sin precedentes”.

El nuevo estatus de la ciudad como un paraíso del patinaje se ganó con mucho esfuerzo. Olga Aguilar, quien ha estado documentando la escena del patinaje en Ciudad de México desde la década de 1980, dijo que la accesibilidad fue uno de los primeros obstáculos. “Era difícil encontrar una patineta”, dijo. “No había una tienda de skate. Si conocías a alguien que viajaba a Estados Unidos, le dabas dinero para que te trajera una. En ese momento, también era caro”.

El patinaje también conllevaba un estigma de género, algo que mujeres como Aguilar han ido desmantelando poco a poco. El deporte se consideraba intrínsecamente masculino, por lo que estaba mal visto que las mujeres participaran, dijo.

“Teníamos que esconder las patinetas porque nuestra mamá no quería que patináramos”, dijo Aguilar. “No había un parque de patinaje en ese momento. A fines de la década de 1970, no había lugares para ir a aprender. Tenía que ser en la calle”.

El gobierno mexicano comenzó a construir parques de patinaje en un esfuerzo por restaurar los espacios públicos, y la tendencia cambió en las décadas siguientes. Ahora, la escena es cada vez más diversa.

“La atmósfera cambió cuando abrieron la disponibilidad y las tiendas de skate. Hoy en día hay acceso para que todos puedan conseguir una patineta y ya no se ve como antes”, dijo Aguilar.

El año pasado, el patinador mexicano Oscar Meza regresó a Ciudad de México después de pasar la mayor parte de su vida adulta patinando profesionalmente en Los Ángeles. “Esta ciudad está impulsando a una nueva generación de personas realmente intensas que disfrutan del skateboarding. De alguna manera, sentí que estaba perdiendo eso”.

Cuando era adolescente en Los Ángeles, Meza sentía cierta incomodidad por ser un patinador mexicano. “Pensaban que éramos como bichos raros. Como si estuvieras practicando un deporte de niños blancos”. Pero, a medida que crecía, vio cómo el deporte comenzaba a ser aceptado y florecía en su comunidad. “Ahora es como que no puedes ser genial si no patinas”, dijo.

La arquitectura y los estilos de construcción idiosincrásicos en Ciudad de México crean un terreno emocionante para andar en patineta, dijo Meza, aunque, como en todas partes, a veces intervienen los policías y los guardias de seguridad.

“En Los Ángeles, vas a un lugar y los pasamanos son exactamente del mismo tamaño. Todo está tan regulado. Aquí eso no existe”, dijo.

A medida que crece la escena del patinaje en la ciudad, también aumenta el interés internacional. Se ha convertido en un destino para los entusiastas de la patineta, además de los atletas profesionales y patrocinadores. En 2014, Nike Skateboarding, en colaboración con el gobierno mexicano, construyó un parque inspirado en los aztecas para promover el acceso de los jóvenes patinadores en la ciudad. A principios de diciembre, Vans construyó un parque de patinaje y un espacio para eventos en Mixcoac, una colonia de Ciudad de México.

Granados está a la vanguardia, aunque el año pasado sufrió un percance. Ese verano, en la clasificación celebrada en Roma para los Juegos Olímpicos de Tokio, Granados se cayó y perdió su oportunidad. “Me pegué en la cabeza”, aseguró, “y tres médicos me dijeron que no podía concursar, y no sé que. Y eso fue todo”.

Pero el accidente no la ha frenado. Ella le sigue el ritmo al crecimiento de su deporte en la capital mexicana, donde existe un creciente interés de la industria y el apoyo del gobierno. Granados espera patinar durante los próximos años, hasta que, en sus palabras, “me rompa las rodillas y ya no pueda. Si no, seguiré patinando”.

Y tendrá más lugares para entrenar, junto a la creciente comunidad de patinadores como Altamirano.

“Me encanta”, dijo Granados sobre el entrenamiento en Ciudad de México. “Cuenta con parques para principiantes y niveles intermedios y avanzados. Creo que eso es lo que hace que un skate park sea perfecto, ¿no? Cuando es para todos”.



Jamileth


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