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La BA.2, una nueva versión de la ómicron que es todavía más contagiosa pero no más grave, según datos preliminares
Manuel Ansede | El País La variante ómicron del coronavirus ya era el virus con la propagación más rápida de la historia, pero una subvariante denominada BA.2 podría ser incluso más transmisible que la versión observada hasta ahora, conocida como BA.1. Uno de los países que más vigilan las mutaciones del coronavirus, Dinamarca, ha detectado un crecimiento explosivo de la BA.2 hasta ser la dominante en apenas unas semanas. Los datos preliminares daneses sugieren que la BA.2 es 1,5 veces más contagiosa que el subtipo clásico de ómicron, según los resultados publicados este miércoles por las autoridades del país nórdico. La buena noticia es que la vacunación sigue siendo muy eficaz a la hora de evitar casos graves de covid, sea la variante que sea. Dinamarca registra más casos que nunca, pero el número de personas en la UCI disminuye. El equipo del microbiólogo Darío García de Viedma, del hospital madrileño Gregorio Marañón, confirmó este miércoles dos de los primeros casos de la BA.2 en España, donde la presencia de esta subvariante es todavía anecdótica. El investigador destaca que los dos subtipos de ómicron son más diferentes entre sí que el virus original de Wuhan y la variante alfa, detectada en el Reino Unido a finales de 2020. “Hablamos de una diferencia muy grande. BA.2 tiene suficientes mutaciones como para que merezca la pena vigilarla de cerca”, opina García de Viedma. No hay ningún indicio de que BA.2 provoque una enfermedad más grave que su hermana. Algunas pruebas PCR buscan tres genes del virus para hacer el diagnóstico de la infección. La variante delta, descubierta en la India y dominante en el mundo hasta finales de 2021, pitaba en los tres genes, pero la versión clásica de la ómicron tiene una mutación que hace que solo se detecten dos de los genes. Esta característica permitía suponer si una persona estaba infectada por la delta o por la ómicron con una simple PCR, sin necesidad de secuenciar el genoma completo del virus. La subvariante BA.2, sin embargo, carece de esta mutación y es indistinguible de la delta con estas pruebas específicas, por eso se ha denominado “la variante sigilosa”, un nombre que no gusta a muchos expertos, como la viróloga María Iglesias, del Centro Nacional de Microbiología. “Para ser silenciosa ha hecho muchísimo ruido”, bromea Iglesias, en alusión a la atención mediática que ha recibido la BA.2 en los últimos días. El mote de “sigilosa” es muy engañoso. Una persona infectada por esta subvariante da positivo sin problemas en un test de antígenos o en una prueba PCR, la única diferencia es que ahora no es tan sencillo deducir qué tipo de coronavirus es en las mencionadas pruebas que buscan esos tres genes específicos. BA.2 tiene suficientes mutaciones como para que merezca la pena vigilarla de cerca. María Iglesias subraya que el 83% de los casos en España están provocados por la subvariante BA.1 de ómicron, la clásica. La variante delta está detrás del otro 17%. La BA.2 se ha empezado a detectar, pero todavía residualmente, en la Comunidad de Madrid, Cataluña, Asturias y las islas Baleares. “No estamos viendo la explosión de casos que ha habido en Dinamarca”, tranquiliza la viróloga. “Obviamente, hay que monitorizar las variantes, pero a nivel científico. Eso no quiere decir que cada una merezca una primera plana en todos los medios de comunicación”, opina Iglesias, que teme que la excesiva atención aumente la llamada fatiga pandémica. “No sabemos nada, son todo especulaciones. Y la gente empieza a cansarse y a no creerse nada”, advierte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó el 21 de enero a priorizar la investigación de la BA.2, tras constatar un aumento en la proporción de casos en India, Sudáfrica, Reino Unido y Dinamarca. En Berlín, alrededor de uno de cada tres infectados ya es por la BA.2. En el mundo, sin embargo, casi el 99% de los casos de ómicron siguen siendo provocados por la BA.1, según la propia OMS. El médico Roger Paredes, del Hospital Germans Trias de Badalona, resopla al imaginar el futuro. “No hay ninguna señal que nos indique que BA.2 sea una subvariante más grave que la anterior, pero sí es cierto que podría ser un poco más transmisible. La consecuencia de la llegada de BA.2 podría ser que se retrasase el final de esta ola, que es lo que está pasando en Inglaterra: estaban disminuyendo los casos y ahora se han estabilizado”, señala Paredes, jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas de su hospital. En su zona, explica, solo se han detectado dos casos de BA.2 por el momento. Las tres dosis de la vacuna tienen prácticamente la misma eficacia, hasta un 70%, a la hora de evitar infecciones con síntomas por cualquiera de las dos subvariantes de la ómicron, según un informe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido publicado este jueves. El documento constata una protección del 95% frente a las muertes causadas por la BA.1, pero todavía no hay datos sobre la BA.2. No estamos viendo la explosión de casos que ha habido en Dinamarca. Roger Paredes da por hecho que el éxito de la vacunación —sumado a que la ómicron es un 25% menos grave que la delta en igualdad de condiciones— abrirá una nueva etapa de manera inminente. “La mayoría de la sociedad ha llegado a una situación de hartazgo y está en contra de más restricciones, así que vamos a entrar en una fase nueva, básicamente sin restricciones. La mayoría de la gente tendrá una infección muy leve, pero seguirá habiendo grupos de alto riesgo que van a tener infecciones graves”, vaticina. “En el fondo, lo que se hace es trasladar la presión a los hospitales. Prevemos tener olas con cientos de pacientes en las UCI durante los próximos años. Vamos a necesitar buenos sistemas de vigilancia para saber en qué momento la cosa se nos va de las manos”, advierte Paredes. El biólogo Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC), está tranquilo. “No parece que la cara de la epidemia vaya a cambiar mucho aunque pasemos de BA.1 a BA.2″, señala. “En ausencia de medidas de control, variantes tan transmisibles como estas van a seguir encontrando a personas susceptibles de ser infectadas, lo que va a llevar a que la bajada de casos sea probablemente más lenta que en otras olas. Pero ya hemos aprendido en el pasado que las variantes pueden ser controladas de la misma manera: vacunación, ventilación y mascarillas, sobre todo en interiores”, añade Comas. Se ha generalizado la idea de que el coronavirus SARS-CoV-2 está predestinado a evolucionar hacia una versión más benigna, pero no es así, según recuerda la genetista Emma Hodcroft, de la Universidad de Berna (Suiza). De hecho, la ómicron no deriva de la delta. Ni la delta procedía de la alfa. “Veremos nuevas variantes. Lo importante es si esas variantes serán preocupantes y tendrán un impacto en la pandemia y en nuestra manera de responder. Y eso no lo sabemos”, apunta Hodcroft. “Quizá el SARS-CoV-2 se ha quedado sin nuevos trucos que cambien su comportamiento. Pero tal vez haya otra combinación que aumente todavía más su transmisibilidad, su gravedad o su capacidad para escapar de las defensas. Por desgracia, no hay manera de predecir esto. Por eso es tan importante seguir invirtiendo en la vigilancia del virus”, alerta la genetista. Jamileth |
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