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División de iglesia ortodoxa incide en invasión de Ucrania


2022-03-22

Por PETER SMITH

La expansión de la OTAN hacia el este es solo una de las razones con las que Rusia justifica su invasión de Ucrania. Otra es la idea de que hay una interferencia del extranjero en el terreno religioso de Ucrania, incluidos supuestos manejos de Estados Unidos para instigar un cisma de la Iglesia Ortodoxa Oriental.

El patirarca de Moscú Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, dijo que tanto Occidente como un nuevo patriarca rival “tienen el mismo objetivo” de debilitar Rusia y hacer enemigos a pueblos hermanos, los rusos y los ucranianos”.

Expertos dicen que el especto religioso no es la principal razón de la invasión, pero tampoco puede ser ignorado.

“No se puede hablar de una guerra religiosa. Sin embargo, (la invasión) tiene una dimensión religiosa”, manifestó el reverendo Cyril Hovorun, sacerdote ortodoxo nacido en Ucrania que enseña eclesiología, relaciones internacionales y ecumenismo en la Universidad de Estocolmo.

Kirill hizo su comentario en respuesta a una carta del director interino del Consejo Mundial de Iglesias, quien lo exhortó a “alzar su voz” y mediar con las autoridades para frenar la guerra.

Kirill sostuvo que la guerra no era culpa de las autoridades rusas y que la raíz del conflicto son amenazas provenientes del exterior, tanto políticas como religiosas.

Destacó que el patriarca ecuménico de Constantinopla en el 2019 reconoció formalmente la independencia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, un país que el patriarcado de Moscú considera bajo su jurisdicción. El patriarca ecuménico, con sede en Turquía, es considerado “primero entre iguales” entre los patriarcas ortodoxos, pero, a diferencia de un papa, no tiene autoridad más allá de su propio territorio.

En enero, el ministro de relaciones exteriores ruso Sergey Lavrov acusó a Estados Unidos de estar “involucrado directamente en la actual crisis de los ortodoxos” y de haber “financiado al patriarca Bartolomeo de Constantinopla para que pudiese seguir una política divisiva, incluida Ucrania”.

No ofreció prueba alguna de esa supuesta manipulación, aunque funcionarios estadounidenses hablaron a favor del derecho de los ucranianos a la autodeterminación religiosa.

La mayoría de los rusos y los ucranianos son ortodoxos, pero la controversia va más allá de los números. El patriarca Kirill apoya desde hace tiempo al presidente ruso Vladimir Putin. Ambos promueven la idea de un “mundo ruso”, forjado a lo largo de un milenio de cultura cristiana ortodoxa compartida por Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Los ucranianos dicen que son un pueblo separado, relacionado con los rusos. En la antesala de la guerra, Putin criticó a la Ucrania moderna, diciendo que era un invento soviético ilegítimo. Sostuvo que los ortodoxos ucranianos que seguían siendo leales a Moscú estaban amenazados.

Kirill hizo su comentario en respuesta a una carta del director interino del Consejo Mundial de Iglesias, quien lo exhortó a “alzar su voz” y mediar con las autoridades para frenar la guerra.

Kirill sostuvo que la guerra no era culpa de las autoridades rusas y que la raíz del conflicto son amenazas provenientes del exterior, tanto políticas como religiosas.

Destacó que el patriarca ecuménico de Constantinopla en el 2019 reconoció formalmente la independencia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, un país que el patriarcado de Moscú considera bajo su jurisdicción. El patriarca ecuménico, con sede en Turquía, es considerado “primero entre iguales” entre los patriarcas ortodoxos, pero, a diferencia de un papa, no tiene autoridad más allá de su propio territorio.

En enero, el ministro de relaciones exteriores ruso Sergey Lavrov acusó a Estados Unidos de estar “involucrado directamente en la actual crisis de los ortodoxos” y de haber “financiado al patriarca Bartolomeo de Constantinopla para que pudiese seguir una política divisiva, incluida Ucrania”.

No ofreció prueba alguna de esa supuesta manipulación, aunque funcionarios estadounidenses hablaron a favor del derecho de los ucranianos a la autodeterminación religiosa.

La mayoría de los rusos y los ucranianos son ortodoxos, pero la controversia va más allá de los números. El patriarca Kirill apoya desde hace tiempo al presidente ruso Vladimir Putin. Ambos promueven la idea de un “mundo ruso”, forjado a lo largo de un milenio de cultura cristiana ortodoxa compartida por Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

Los ucranianos dicen que son un pueblo separado, relacionado con los rusos. En la antesala de la guerra, Putin criticó a la Ucrania moderna, diciendo que era un invento soviético ilegítimo. Sostuvo que los ortodoxos ucranianos que seguían siendo leales a Moscú estaban amenazados.



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