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Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, perdió la apelación de extradición


2022-03-28

Joan Suazo, Anatoly Kurmanaev | The New York Times

La corte hondureña falló en contra de un pedido para bloquear la solicitud presentada por EE. UU., y así agotó el último recurso legal del expresidente para evitar ser procesado en el extranjero.

La Corte Suprema de Justicia de Honduras ratificó este lunes la solicitud de extradición de Estados Unidos para el expresidente Juan Orlando Hernández, sentando las bases de lo que podría convertirse en el caso de narcotráfico de más alto perfil en Nueva York desde el juicio al capo mexicano Joaquín Guzmán Loera, conocido como el Chapo.

En un fallo unánime, la corte rechazó una moción de los abogados de Hernández para bloquear la solicitud de extradición presentada en febrero por Estados Unidos. Tras el fallo, el equipo legal de Hernández dijo que está analizando la posibilidad de solicitar una orden judicial, aunque no quedó claro qué recurso legal les queda a los abogados para evitar que su cliente sea juzgado en el extranjero.

“Lo que hoy se admitió es la extradición. Todavía no se le ha declarado ni culpable ni inocente”, dijo Tomás Zambrano, jefe de la bancada en el Congreso del Partido Nacional, del que forma parte Hernández, al canal de televisión HCH después del fallo. “Como nacionalistas, como hondureños, nos solidarizarnos con la familia del presidente Hernández”.

Ocasionalmente se dispararon fuegos artificiales en diferentes partes de la capital de Honduras, Tegucigalpa, mientras algunos residentes celebraban la decisión contra un expresidente profundamente impopular, bajo cuyo gobierno el país se volvió más autoritario y corrupto.

Las autoridades estadounidenses han acusado a Hernández, quien dejó el poder en enero después de que su partido sufriera una aplastante derrota en las elecciones generales de noviembre, de confabularse con los cárteles de la droga para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos a cambio de apoyo financiero para su partido político, según el pedido de extradición.

Las autoridades estadounidenses afirmaron que Honduras, durante el mandato de Hernández, se convirtió en uno de los mayores centros de tránsito de drogas de América Latina y que el expresidente permitió que los cárteles penetraran en las más altas esferas del gobierno de su país.

La connivencia con los cárteles ha empeorado la corrupción crónica de Honduras y ha socavado su democracia, lo que contribuyó a la emigración masiva del país y a la derrota del partido de Hernández en las elecciones del año pasado.

Su sucesora, Xiomara Castro, ha prometido reformar lo que llamó un “narco-Estado” construido por Hernández.

La policía hondureña rodeó la casa del expresidente apenas unos minutos después de que funcionarios del gobierno de Castro dijeran que habían recibido la solicitud de extradición, el 15 de febrero.

El expresidente fue sacado de su casa con grilletes ese mismo día, conmocionando a una nación centroamericana acostumbrada a que los funcionarios actúen con impunidad. Mientras se producían celebraciones espontáneas esa noche en Tegucigalpa, los partidarios de Castro coreaban “Juancho va para Nueva York”, refiriéndose a Hernández por su apodo.

Mientras que Castro ha actuado con celeridad en contra de los funcionarios del anterior gobierno implicados en delitos, hasta ahora ha mostrado poca inclinación para castigar a sus aliados, lo que ensombrece la percepción que hay sobre sus promesas anticorrupción, dijeron los analistas hondureños.

En una carta manuscrita, publicada en las redes sociales el lunes por la esposa de Hernández, el exmandatario escribió que es una víctima inocente de una venganza de los cárteles de narcotráfico, cuyos integrantes extraditados habrían hecho declaraciones falsas a los fiscales estadounidenses para castigarlo por luchar contra el crimen organizado.

La carta también transmitía que se hallaba resignado a una pena larga en prisión. “Concluyo en la posibilidad de que al enfrentar cargos por tres cadenas perpetuas podría llegar a convertirme en un muerto en vida”.

Sin embargo, aunque Castro ha actuado con rapidez contra los funcionarios del anterior gobierno implicados en delitos, hasta ahora ha mostrado poco deseo de castigar a sus aliados, lo que ensombrece la percepción de sus promesas anticorrupción, según los analistas hondureños.

La solicitud de extradición, presentada ante la Corte Suprema de Honduras y vista por The New York Times, afirma que Hernández participó en una “violenta conspiración de tráfico de drogas” que desde 2004 ha transportado 500 toneladas de cocaína desde Venezuela y Colombia a Estados Unidos a través de Honduras. El documento afirma que Hernández recibió millones de dólares en sobornos por facilitar los envíos y proteger a los traficantes de la persecución.

El hermano del expresidente, Juan Antonio Hernández, cumple cadena perpetua en Estados Unidos por tráfico de cocaína. Otro traficante de cocaína condenado que implicó al expresidente, Geovanny Fuentes, fue condenado a cadena perpetua a principios de este año.

La inminente extradición de Hernández podría tener consecuencias regionales si el expresidente decide negociar con los fiscales federales de Estados Unidos, dijo Joaquín Mejía, un experto en derechos humanos de Honduras.

“Él era el cabecilla en Honduras, pero la droga venía de Colombia y Venezuela y pasaba por Guatemala y México”, dijo, “por tanto es una estructura criminal transnacional donde están involucrados altos personajes de la vida política y económica de todos estos países”.


 



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