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Era un modesto donante de la extrema derecha. Pero también trabajaba con un espía ruso


2022-04-21

Por Andrew Higgins | The New York Times

KOSICE, Eslovaquia — Vivía con su madre enferma y nunca tuvo un trabajo regular. No tenía una fuente de ingresos evidente y, según su tío, incluso se inscribió en los servicios de prestaciones sociales como un cuidador que merece apoyo estatal.

Pero Bohus Garbar, a pesar de su mala suerte y con poco más de 50 años, logró donar miles de euros a partidos políticos de extrema derecha que simpatizan con el Kremlin en Eslovaquia. También trabajó de manera gratuita como colaborador de un sitio web antisistema conocido por reciclar propaganda rusa.

Sus familiares y amigos están desconcertados.

“Definitivamente no estaba en condiciones de poder apoyar a ningún partido político”, dijo el tío de Garbar, Bohuslav Garbar, un programador de computadoras jubilado que vive en Kosice, la ciudad natal de la familia, ubicada a 80 kilómetros de la frontera este de Eslovaquia con Ucrania.

Un video de vigilancia del servicio de seguridad eslovaco, que fue divulgado a principios de marzo, proporciona una explicación porque muestra a Bohus Garbar recibiendo instrucciones y dos billetes de 500 euros, una pequeña parte de lo que las autoridades dicen que fueron decenas de miles de euros en pagos, de un oficial de inteligencia militar ruso que se hace pasar por diplomático en la embajada de Moscú en Bratislava, la capital de Eslovaquia.

“Le dije a Moscú que eres un buen chico”, dice el espía ruso, Sergei Solomasov, en el video y luego explica que a Moscú le gustaría que Garbar actuara como un “cazador” al acecho de personas influyentes dispuestas a cooperar con Rusia.

Durante años, las agencias de inteligencia europeas han alertado sobre las actividades clandestinas de los espías rusos, mientras miran con recelo a quienes apoyan a Rusia y a su presidente, Vladimir Putin. De manera rutinaria, Moscú descarta esas afirmaciones como parte de una “rusofobia” paranoica, lo cual es la respuesta general del gobierno de Putin para casi todas las críticas extranjeras.

Sin embargo, la invasión de Ucrania, que se ha caracterizado por un aluvión de mentiras, ha reivindicado las más oscuras sospechas occidentales y acelera los esfuerzos para desarraigar las redes ocultas de espías y sus reclutas.

Eslovaquia, una pequeña nación eslava con un gobierno que tiene una gran afinidad con Occidente, pero cuyos habitantes también sienten una genuina simpatía por Rusia, muestra cómo el Kremlin ha tratado de ganar influencia y sembrar la discordia en la franja oriental de Europa —que fue comunista— aprovechando el trabajo de espías, colaboradores pagados, nacionalistas de extrema derecha y los medios de desinformación.

“Siempre sospechamos que esto estaba pasando, pero ahora tenemos las pruebas”, dijo Daniel Milo, director de una unidad del Ministerio del Interior que se encarga de monitorear y contrarrestar la desinformación. “Este es un claro ejemplo de cómo operan los rusos”.

Garbar afirma que “eso solo es la punta del iceberg. Todavía no sabemos cuántos Garbar están dando vueltas por ahí”.

El video de la cita de Garbar con Solomasov, el espía ruso, fue grabado el año pasado por la agencia de inteligencia militar de Eslovaquia como parte de una larga investigación. A principios del mes pasado, Solomasov, y más de 30 diplomáticos rusos, fueron expulsados de Bratislava. Lo mismo sucedió con decenas de funcionarios rusos en otras capitales europeas.

Garbar, quien fue detenido y ha sido acusado de espionaje y soborno, está en libertad mientras espera ser enjuiciado. El exvicerrector de la academia militar de Eslovaquia también fue acusado de traicionar a su país por dinero del gobierno ruso.

Las autoridades dicen que ambos han confesado y ahora están cooperando con los investigadores.

“Están hablando y hablando y hablando. Eso debería aumentar el nerviosismo de la red rusa en Eslovaquia”, dijo Jaroslav Nad, el ministro de Defensa, en una entrevista.

Según los funcionarios, el afán de Rusia por ganar influencia se aceleró después de su anexión de Crimea en 2014 y la invasión inicial del este de Ucrania, generando una avalancha de desinformación rusa en Eslovaquia y en toda la región. Los medios que son amistosos con el Kremlin suelen retratar a Rusia como un defensor de la paz y la estrella polar de los valores cristianos, mientras que presentan a la OTAN como una amenaza belicista.

En una encuesta publicada el año pasado por Globesec, un grupo de investigación de Bratislava, más de la mitad de los encuestados en Eslovaquia dijeron que veían a Putin de manera positiva, en comparación con solo el 12 por ciento en la vecina Polonia y el 13 por ciento en Lituania.

Aunque fue un colaborador poco probable, Garber demostró ser un conducto valioso que donó grandes sumas de dinero a los partidos nacionalistas prendados a Moscú. Uno de los beneficiarios fue el político ultranacionalista Marian Kotleba, a quien este mes se le impuso una sentencia condicional de seis meses de cárcel y se le despojó de su escaño en el Parlamento por usar símbolos de temática nazi.

Después de ganar las elecciones como gobernador regional en 2013, Kotleba puso una pancarta frente a su oficina: “¡Yankees, váyanse a casa! ¡ALTO A LA OTAN!”.

Los registros oficiales muestran que Garbar donó 10,000 euros al partido xenófobo de Kotleba antes de las elecciones parlamentarias de 2016, lo que lo convirtió en su segundo mayor donante. Los lemas de campaña de Kotleba para esa elección incluyeron la consigna: “¡Por ​​la hermandad eslava, contra una guerra con Rusia!”. En 2018, Garbar donó otros 4500 euros a uno de los partidos socios prorrusos de Kotleba.

Los investigadores también examinaron el trabajo de Garbar como colaborador y traductor no remunerado para la página Hlavne Spravy. Las autoridades eslovacas cerraron ese sitio web, que se autodenomina como un “diario conservador”, a principios de marzo por realizar “actividad dañina” no especificada, poco después del comienzo de la invasión rusa de Ucrania.

Sin embargo, todavía opera, de forma reducida, en Facebook. Al respecto, Victor Breiner, asesor del ministro de Defensa eslovaco, dijo que esa red social ahora era “el escenario principal para la propaganda del Kremlin”.

En las semanas previas a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Hlavne Spravy se hizo eco de los argumentos del Kremlin, burlándose de las advertencias estadounidenses de un próximo ataque contra Ucrania calificándolas como “histeria sin fin” y, en cambio, culpando a la OTAN por el aumento de las tensiones.

Robert Supko, fundador y editor del sitio web que dirige desde su apartamento en Kosice, despreció el video del servicio de seguridad —que fue publicado por primera vez por Dennik N, un medio de comunicación rival y de tendencia liberal— diciendo que era una “parodia de espías”, mientras aseguraba que no sabía nada del trabajo remunerado de su colaborador con la inteligencia militar rusa. “Todos estábamos muy sorprendidos por eso, todos los que lo conocemos”, dijo en una entrevista.

Supko dijo que creó su página en 2012, después de asistir a una protesta contra el aborto que fue ignorada por los principales medios de comunicación. En sus palabras, sin fuentes de noticias alternativas, las “opiniones y el punto de vista cristiano-conservador será expulsado ​​​​del espacio público por completo”. Rusia, agregó, “es más normal” que el Occidente liberal.

Negó haber recibido dinero de Rusia, aparte de unos pagos de alrededor de 600 euros para cubrir el costo de los anuncios que la embajada rusa compró en su sitio.

Supko sostiene que su medio no era muy prorruso, aunque admitió que tal vez apoyaba “un poco más a Rusia” para contrarrestar lo que definió como la “propaganda estadounidense” que se publica en otros lugares. También reconoció que durante cuatro años tuvo entre su personal a Yevgeny Palcev, un residente ruso en Eslovaquia que tiene vínculos en los medios estatales de Moscú, quien usó un pseudónimo para escribir artículos a favor del Kremlin en el sitio web.

Pero esa relación laboral terminó en 2018. “Nos gustaba Rusia, pero no así. No tanto”, recuerda Supko.

También dijo que conoce a Garbar desde hace treinta años e insistió en que su viejo amigo solo escribía artículos ocasionales sobre China. Pero, los funcionarios dicen lo contrario. “Estaba muy involucrado en escribir sobre muchas cosas además de China” y difundir “narrativas clásicas de propaganda rusa”, dijo Nad, ministro de Defensa de Eslovaquia.

Miroslava Sawiris, experta en desinformación y asesora del Consejo de Seguridad del gobierno eslovaco, dijo que el sitio web era “bastante sofisticado y no solo decía tonterías”. También dijo que las historias “abiertamente a favor del Kremlin” solo representaron alrededor del 20 por ciento del contenido, pero lograron un alcance e influencia inusuales debido a la popularidad del medio.

En los últimos años, a medida que surgía la extrema derecha en Europa, Hlavne Spravy se convirtió en lo que Matej Kendrik, director del Instituto de Política Estratégica, un grupo de investigación eslovaco, describió como “el hegemón” de la “familia mediática de noticias alternativas y teorías de la conspiración”.

Por ejemplo, a principios de este año fue particularmente influyente para avivar una feroz oposición a un pacto de defensa propuesto por Eslovaquia y Estados Unidos. El pacto, que finalmente fue aprobado por el Parlamento poco antes de la invasión rusa de Ucrania, “activó a todos los actores prorrusos” en una “reacción masiva contra Estados Unidos”, dijo Michal Trnka, director ejecutivo de Gerulata Techologies, una empresa de Bratislava que se enfoca en el análisis de datos.

Al igual que muchos otros medios de comunicación favorables a Rusia, Hlavne Spravy cambió su línea editorial debido al ataque de Putin contra Ucrania y luchó durante varios días para explicárselo a su audiencia. Supko dijo que él y su personal habían decidido que se debía criticar a Rusia tal como “criticamos las guerras imperialistas de Estados Unidos”, pero, para ese entonces, su sitio ya había sido cerrado.

En el video de su reunión con el espía ruso, Garbar explica que encontrar personas útiles para trabajar con Moscú podría ser difícil porque quienes apoyan a Rusia tienden a ser tipos marginales sin influencia real ni acceso a la información.

“Hay muchas personas que son prorrusas, pero son irrelevantes”, le advirtió Garbar a Solomasov. Y agregó: “No te darían nada”.

El tío de Garbar dijo que estaba desconcertado de que su sobrino, quien siempre estuvo fascinado por la cultura estadounidense, particularmente por las bandas de heavy metal como Metallica, estuviera relacionado con Rusia. “Todo esto de Rusia es muy extraño. Debe haberse metido en algún ambiente donde sucedió algo”, dijo.

Sawiris, la experta del gobierno en desinformación, dijo que no sabía qué le había pasado a Garbar, pero le preocupa que “no haya límite para el impacto que la propaganda puede tener en la mente humana, como vemos ahora en Rusia”. Desde que Rusia invadió Ucrania, agregó, “ha caído el telón y muchas cosas se han vuelto obvias”.



Jamileth


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