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Retiran escombros de hotel cubano afectado por explosión
Por ANDREA RODRÍGUEZ LA HABANA (AP) — Rescatistas continuaban recuperando el lunes cuerpos de los escombros de lo que fuera un hotel de lujo en La Habana que explotó y dejó al menos 35 muertos y miles de toneladas de escombros. Cocineros, camareras, cajeras, personal de mantenimiento, dependientes, escolares de un centro educativo aledaño, vecinos y hasta una joven turista española que paseaba con su novio se encuentran entre las víctimas fatales o los heridos del estallido en el Hotel Saratoga. Las labores de retiro de escombros y residuos no cesaron un minuto desde la explosión ocurrida el viernes cerca de las 11 de la mañana presumiblemente por un fallo en la operación de un camión cisterna de gas que servía al hotel. El Ministerio de Salud indicó que en la explosión resultaron heridas 89 personas de las cuales 20 están hospitalizadas y 35 fallecieron, una cifra que se elevó con el hallazgo de cuatro cadáveres por parte de rescatistas. El gobernador de la provincia, Reinaldo García Zapata, informó que 19 familias habían reportado la desaparición de seres queridos -transeúntes, vecinos y trabajadores del hotel-, pero se desconoce la cantidad exacta de personas involucradas. “Estaba parado fuera del hotel, no sentí el ruido de la explosión pero sí el polvo ese grandísimo y mucha sangre que me corría por el cuerpo”, dijo Juan Carlos Rodríguez, un trabajador de la empresa Gaviota -la operadora cubana del hotel- de 56 años a medios de prensa locales desde el hospital donde fue atendido. Inmediatamente corrió hacia un teatro al frente adonde fue cargado por un bicitaxista y un policía hacia un dispensario de salud. En el mismo lugar estuvo Guillermo Díaz, jefe de seguridad del Saratoga, quien participaba de una reunión para poner a punto los detalles de la reapertura del hotel. “Todo fue muy rápido, cuando volví en mí estaba bajo los escombros, no tenía idea de lo que estaba pasando”, recordó Díaz. “Me di cuenta de que tenía heridas en la frente, en la cabeza. No tenía fuerzas, había muchos compañeros al lado mío y yo intenté ayudarlos, pero era en vano”. Al frente, en una escuela primaria, 300 niños tomaban sus clase cuando se produjo el sacudón de la onda expansiva. Cinco resultaron con lesiones leves. “El estallido me levantó automáticamente del asiento. Y quedé aturdido”, comentó Kamil Llanez, un estudiante de sexto grado. “Después todo se volvió confuso”. Los niños fueron sacados por una maestra y recogidos por los padres, muchos de ellos vecinos. El lunes en la escuela había trabajadores levantando escombros y retirando cristales rotos, constató The Associated Press. Los menores fueron reubicados en escuelas cercanas donde retomaron sus clases. También se comenzó a trabajar en un edificio aledaño muy afectado y que se convirtió en una estampa de la devastación: ya sin su fachada puede verse el interior de los departamentos como si fuera una casa de muñecas. En uno de ellos, con las paredes pintadas de rosado, se ven las fotos de una quinceañera milagrosamente aún pegadas a las paredes, un sofá con varios osos de peluche y un sillón mecedor. “No sabemos nada. Tampoco está en los hospitales. Los cuerpos que sacaron anoche son del hotel”, dijo el lunes a AP Ángela Acosta, una abogada que busca a su tía, María Consuelo Alard, de 77 años, quien residía en el primer piso del edificio contiguo al Saratoga sobre la gran avenida Prado, a metros del Capitolio, la sede del Parlamento. La víspera los rescatistas lograron sacar con vida de la sala de ese apartamento a una mascota de la dueña de casa, un labrador negro que según los veterinarios se encuentra bien. Entre los fallecidos está la española María López-Cerón, de 29 años, quien según medios de prensa españoles era una empleada de banco. La mujer vacacionaba junto a su pareja César Román -quien se encuentra grave en el hospital- y juntos pasaban frente al hotel cuando ocurrió la explosión. Jamileth |
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