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Señales de tiradores se pierden en mar de las redes sociales


2022-05-27

Por AMANDA SEITZ

WASHINGTON (AP) — Las señales de advertencia estaban a la vista de cualquiera, días antes de que el pistolero de 18 años entrara a una escuela de primaria de Texas el martes y asesinara a 19 alumnos y dos maestras.

Estaba la foto de Instagram de una mano sosteniendo el cargador de un arma, un perfil de TikTok que advertía “Niños, tened miedo”, y la imagen de dos rifles semiautomáticos estilo AR expuestos sobre una alfombra, fijada en la parte superior del perfil de Instagram del asesino.

Los tiradores están dejando pistas digitales que sugieren lo que está por venir mucho antes de que aprieten el gatillo en la vida real.

“Cuando alguien empieza a publicar fotografías de las armas que empezó a comprar, están anunciándole al mundo que están cambiando quién es”, dijo Katherine Schweit, una agente del FBI retirada que supervisó el programa de tiradores activos de la agencia. “Es un pedido de ayuda. Es una burla: ¿puedes atraparme?”.

Las publicaciones premonitorias, sin embargo, suelen perderse en la red sin fin de fotografías de Instagram en las que aparecen rifles semiautomáticos, pistolas y munición. Existe incluso una popular etiqueta dedicada a animar a los usuarios de la plataforma a publicar fotos a diario con armas de fuego, que acumula más de dos millones de posts.

Para las fuerzas de seguridad y las empresas de redes sociales, detectar una publicación sobre armas de un posible tirador masivo es prácticamente imposible, apuntó Schweit. Este es el motivo por el que pide a la gente que no ignore este tipo de publicaciones, especialmente si son de menores o de adultos jóvenes. Recomienda reportarlas a un consejero escolar, a la policía o incluso a la línea de información del FBI.

Cada vez más, los jóvenes recurren a Instagram, que cuenta con una próspera comunidad armamentística, para dejar pequeñas pistas de lo que está por venir con fotografías de sus propias armas días o semanas antes de perpetrar un asesinato en masa.

Antes de matar a 17 estudiantes y miembros del personal de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas en 2018, Nikolas Cruz publicó en YouTube que quería ser un “tirador escolar profesional” y compartió imágenes con el rostro cubierto y posando con armas. El FBI recibió una pista sobre el comentario de Cruz en la plataforma de videos, pero nunca hizo un seguimiento.

En noviembre, Ethan Crumbley, de 15 años, publicó una imagen de una pistola semiautomática que había comprado su padre con la frase “Acabo de recibir mi nueva belleza hoy”, apenas unos días antes de matar a cuatro estudiantes y herir a siete más en su escuela secundaria en Oxford Township, Michigan.

Y días antes de irrumpir en otra escuela y matar a 19 niños y dos profesoras, Salvador Ramos, de 18 años, dejó pistas similares en Instagram.

El 20 de mayo, el mismo día en que, según la policía, compró el segundo rifle, una imagen con dos armas semiautomáticas apareció en su perfil de Instagram. Etiquetó a otra usuaria con más de 10,000 seguidores en esa foto. En una conversación compartida más tarde por esta persona, le pregunta por qué la mencionó en su publicación.

“Apenas te conozco y me etiquetas en una imagen con unas armas”, escribió la usuaria. “Es simplemente aterrador”.

El distrito escolar de Uvalde había invertido incluso en un software que, mediante geofencing, controla las posibles amenazas en la zona.

Pero Ramos no realizó una amenaza directa en sus mensajes. Y como había cumplido 18 años recientemente, en Texas podía tener armas legalmente.

Sus fotografías de rifles semiautomáticos son unas de las muchas existentes en plataformas como Instagram, Facebook y YouTube, donde es habitual publicar imágenes o videos de armas y de prácticas de tiro. YouTube prohíbe a sus usuarios compartir instrucciones para convertir las armas de fuego en automáticas. Pero Meta, la empresa matriz de Instagram y Facebook, no limita las imágenes o etiquetas relacionadas con las armas.

Esto complica que las plataformas puedan separar a quienes publican este tipo de fotos como afición de quienes lo hacen con intenciones violentas, dijo Sara Aniano, investigadora de redes sociales y desinformación, recientemente en la Universidad de Monmouth.

“En un mundo perfecto, habría algún algoritmo mágico que odría detectar una imagen preocupante de un arma en Instagram”, indicó Aniano. “Por muchas razones, esto es algo imposible de hacer cuando hay gente como los coleccionistas o los armeros que no tienen planes para usar sus armas con mala intención”.

Meta dijo que estaba trabajando con las autoridades el miércoles para investigar las cuentas de Ramos. La empresa rechazó responder a preguntas sobre los reportes que pudo haber recibido acerca de los perfiles del tirador.



Jamileth


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