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En casos de asalto a Capitolio, una jueza es la más dura
Por MICHAEL KUNZELMAN y ALANNA DURKIN RICHER Una pareja de Ohio trepó por una ventana rota del Capitolio de Estados Unidos y transmitió en directo un video de ellos en el interior. Un agente hipotecario de Texas posó para un selfie frente a los manifestantes que irrumpían en el edificio. La dueña de una peluquería de Indiana lo celebró en Facebook un día después de unirse a la turba de simpatizantes del expresidente Donald Trump. Los fiscales federales no pidieron cárcel para ninguno de ellos después de que se declararan culpables de delitos menores por sus acciones el 6 de enero de 2021. La jueza tenía otras ideas. La jueza de distrito Tanya Chutkan los puso a todos tras las rejas, describiéndolo como el castigo apropiado por su participación en la revuelta que detuvo la certificación de la victoria del presidente Joe Biden, envió a los legisladores a correr por sus vidas y dejó a decenas de policías golpeados y ensangrentados. A medida que el número de personas sentenciadas por delitos en la insurrección se acerca a 200, un análisis de Associated Press de los datos de las sentencias muestra que algunos jueces están divididos sobre cómo castigar a los alborotadores, en particular por los delitos menores derivados del ataque. “Estamos pidiendo a los jueces que hagan lo que crean que es correcto, y no se ponen de acuerdo sobre lo que es correcto”, dijo Greg Hunter, un abogado que defiende a varios acusados del 6 de enero. Una comisión de la Cámara de Representantes que celebró su primera audiencia pública el jueves lanzó una amplia red en su investigación de la insurrección, examinando cómo el presidente Trump y sus aliados trataron de socavar los resultados electorales. Hasta ahora, la investigación penal del Departamento de Justicia se ha centrado principalmente en los cientos de partidarios de Trump que rompieron barricadas de la policía, destrozaron ventanas, atacaron a oficiales e irrumpieron en el Capitolio. Chutkan, exdefensora pública adjunta que fue nominada al cargo por el presidente Barack Obama, ha adoptado sistemáticamente la línea más dura contra los acusados del 6 de enero de todos los jueces que prestan servicio en el tribunal federal de primera instancia de Washington, que se ocupa de los más de 800 casos presentados hasta ahora en la mayor acusación de la historia del Departamento de Justicia. En general, los 20 jueces que han condenado a los acusados de los disturbios han dictado sentencias más leves que las que pedían los fiscales en casi tres cuartas partes de los casos. Los jueces han superado la recomendación de los fiscales sólo en un 10% de los acusados, según el análisis de AP. JMRS |
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