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Elección envalentona a Le Pen y debilita a Macron
Por SYLVIE CORBET y BARBARA SURK PARÍS (AP) — Francia se vio el lunes ante una Marine Le Pen eufórica después de que los candidatos de extrema derecha de su partido estremecieron a la clase política y contribuyeron a que la alianza centrista del presidente Emmanuel Macron no lograra la mayoría parlamentaria. El sorprendente avance de la ultraderecha —junto con un aumento en el apoyo a los candidatos de extrema izquierda— socava el liderazgo de Macron, amenaza sus planes de aumentar la edad de jubilación en el país y reducir los impuestos, y redefine el panorama político de Francia. El partido Agrupación Nacional de Le Pen no se llevó la victoria en las elecciones parlamentarias de dos vueltas que terminaron el domingo, pero sí obtuvo más de 10 veces los escaños que ganó hace cinco años. Es un desenlace con el que Le Pen ha soñado durante mucho tiempo, el resultado de más de una década de trabajo para atraer a votantes de la clase trabajadora desilusionados y limpiar a su partido de su imagen racista y antisemita para que se le considere un partido como cualquier otro. Uno que Le Pen espera que pueda gobernar Francia algún día. Fue apenas en abril que Le Pen perdió las elecciones presidenciales ante Macron. Pero ahora le tocó a ella alardear, ya que sabe que puede usar los escaños en la Asamblea Nacional para frustrar la agenda interna de Macron e incluso detonar una moción de censura. Radiante de orgullo, Le Pen señaló que el resultado es una “victoria histórica” y un “acontecimiento sísmico” en la política francesa. Los grupos antirracistas rápidamente hicieron sonar la alarma por su agenda antiinmigración y antimusulmana. Agrupación Nacional obtuvo 89 de los 577 escaños en el Parlamento, una enorme mejoría en comparación con los ocho que tenía antes. En el otro extremo del espectro político, la coalición izquierdista Nupes, de Jean-Luc Mélenchon, obtuvo 131 escaños y se convirtió en la principal fuerza de oposición. La alianza Juntos, de Macron, ganó 245 escaños, pero le faltaron 44 para tener mayoría en la Asamblea Nacional, la más poderosa de las cámaras legislativas en Francia. El fuerte apoyo a las tendencias políticas de los extremos refleja una frustración con el gobierno de Macron que estalló en 2018 con el movimiento de los chalecos amarillos contra la injusticia económica, y ha resurgido periódicamente entre aquellos que consideran al mandatario como demasiado favorable a las empresas, arrogante o sordo ante las preocupaciones cotidianas. El fuerte desempeño tanto del partido de Le Pen como de la coalición de Mélenchon —conformada por su partido ultraizquierdista Francia Insumisa, los socialistas, los Verdes y los comunistas— le dificultará a Macron implementar la agenda legislativa sobre la cual fue reelegido en mayo, que incluye reducciones de impuestos y el aumento de la edad de retiro de 62 a 65 años. “Macron es ahora un presidente minoritario”, exclamó jubilosa Le Pen el lunes en Hénin-Beaumont, su baluarte en el norte de Francia. “Su plan de reformar el sistema de retiro está enterrado”. Dijo que Agrupación Nacional buscará presidir la poderosa comisión de finanzas del Parlamento. Agrupación Nacional, anteriormente llamada Frente Nacional, ha sido una fuerza política en Francia durante décadas. Pero el sistema de votación de dos vueltas le había impedido hasta ahora obtener grandes puntajes en las elecciones parlamentarias. El partido de Le Pen ahora cuenta con suficiente presencia parlamentaria para formar un grupo formal en la Asamblea Nacional y pedir escaños en otras comisiones del Parlamento, entre ellas las de Defensa y política exterior. La nueva Asamblea iniciará sus funciones la próxima semana. aranza |
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