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Jefe policial de Uvalde, Texas, renuncia al ayuntamiento
Por ACACIA CORONADO El jefe de policía del distrito escolar de Uvalde, Texas, renunció a su puesto en el ayuntamiento apenas unas semanas después de prestar juramento al cargo, en medio de señalamientos de que falló en su respuesta al tiroteo en la escuela primaria Robb, que dejó sin vida a 19 estudiantes y dos profesoras. El jefe policial Pete Arredondo dijo en una carta fechada el viernes que decidió renunciar por el bien de la ciudad y para “minimizar más distracciones”. Fue elegido al puesto en el concejo el 7 de mayo y prestó juramento en una ceremonia privada el 31 de mayo, apenas una semana después de la masacre. “El alcalde, el ayuntamiento y el personal de la ciudad deben seguir adelante para unir a nuestra comunidad una vez más”, dijo Arredondo en su renuncia, reportada primero por el Uvalde Leader-News. Arredondo, que está en licencia administrativa de su puesto en el distrito escolar desde el 22 de junio, ha rechazado varias peticiones de comentarios de The Associated Press. Su abogado, George Hyde, no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios enviadas por correo electrónico el sábado. El 21 de junio, el Ayuntamiento votó por unanimidad para denegar a Arredondo una licencia para no comparecer en reuniones públicas. Los familiares de las víctimas del tiroteo habían pedido a los dirigentes municipales que lo despidieran. El Ayuntamiento de Uvalde hizo pública la carta de renuncia de Arredondo el sábado, después de que los funcionarios municipales fueran notificados por correo electrónico de su intención de dimitir. Los representantes del alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, no han respondido a las solicitudes de comentarios de la AP. El coronel Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo en una audiencia del Senado estatal el mes pasado que Arredondo tomó “decisiones terribles” mientras se desarrollaba la masacre el 24 de mayo, y que la respuesta policial fue un “fracaso absoluto”. Tres minutos después de que el agresor Salvador Ramos, de 18 años de edad, entró a la escuela, había suficientes policías armados en el lugar para frenar el ataque, testificó McGraw. Sin embargo, los policías armados con fusiles esperaron en un pasillo de la escuela durante más de una hora mientras se perpetraba la masacre. La puerta del aula no se podía cerrar desde dentro, pero no hay indicios de que los policías hayan tratado de abrirla mientras Ramos estaba en su interior, añadió McCraw. McCraw ha dicho que los padres de familia suplicaron a los policías ubicados fuera de la escuela para que entraran a las instalaciones y los estudiantes dentro del aula pidieron ayuda varias veces a los operadores del número de emergencias 911, mientras más de una decena de agentes esperaban en un pasillo. Funcionarios de otras agencias instaron a Arredondo a que les dejara entrar porque los niños estaban en peligro. “Lo único que impidió que un pasillo de agentes dedicados entrara en las aulas 111 y 112 fue el comandante en la escena, quien decidió anteponer la vida de los policías a la de los niños”, dijo McCraw. Arredondo ha tratado de defender sus acciones, diciendo al Texas Tribune que no se consideraba el comandante a cargo de las operaciones y que asumió que otra persona había tomado el control de la respuesta de las fuerzas del orden. Comentó que no tenía las radios de la policía y del campus, pero que utilizó su teléfono para pedir equipo táctico, un francotirador y las llaves del aula. Todavía no está claro por qué la policía tardó tanto en entrar en el salón, cómo se comunicaron entre sí durante el ataque y qué muestran sus cámaras corporales. Las autoridades se han negado a dar más detalles, citando la investigación en curso. Arredondo, de 50 años, creció en Uvalde y ha pasado gran parte de sus casi 30 años de carrera en las fuerzas del orden de la ciudad. JMRS |
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