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Las consecuencias y soluciones de la invisibilización de la población afromexicana
Fernanda Pintle | Business Insider Lo que no se menciona no existe. Así ha sido para la población afromexicana a lo largo de 500 años y no fue hasta el censo de 2020 cuando se les incluyó por primera vez en un conteo oficial. Los datos del censo arrojaron que 2% de la población mexicana nos identificamos como afromexicanas o afrodescendientes, es decir, 2 millones 576, 273 mexicanos. Para Beatriz Amaro Clemente, mujer negra afromexicana integrante de la Colectiva de Mujeres afromexicanas en Movimiento (MUAFRO), la comunidad pasó por 500 años de invisibilidad, a pesar de la gran influencia dentro de la cultura mexicana. Por ejemplo, los grandes personajes de la historia que fueron blanqueados, como Vicente Guerrero, que salía de tez blanca con cabello lacio. Guerrero presentaba fenotipos característicos de los afromexicanos, la tercera raíz de México, que fue reconocida por el Estado mexicano hasta dos siglos después. La historia de México tiene documentado la llegada de esclavos a las costa de Guerrero y Oaxaca, estados con la mayor concentración de afromexicanos. Pero también antropólogos incluyen Campeche, Yucatán, Veracruz y Coahuila, personas negras que huían de la esclavitud de Estados Unidos. ¿Cómo se puede borrar el pasado de más de 2 millones de mexicanos? Beatriz sostiene que el racismo estructural es el responsable número uno de la invisibilización de nuestros antepasados, incluso la eliminación de su historia. De acuerdo con Nadia Sanders, periodista de investigación, la clasificación de castas que hubo por 300 años de dominio europeo, colocaba a las personas negras en el lugar más bajo de la escala social. Uno de los antropólogos pioneros en pueblos negros, Gonzalo Aguirre Beltrán, describió en su libro «La población negra de México», que existían prácticas como poner «hijo de español o mujer indígena en el registro de nacimiento para ocultar la raíz negra«. «El acta de José María Morelos y Pavón no dice que uno de sus padres era mulato, por ejemplo. Eso, aunado a que en el México independiente queda abolida la esclavitud, todas y todos los mexicanos éramos iguales, aunque en los hechos, como ocurre ahora, no fue así», dijo Sanders. «Si antes se contabilizaban a las personas negras es porque las consideraban mercancía. Una vez abolida la esclavitud se eliminó esto», agregó Sanders. La periodista asegura que la población afro considera su eliminación, por años, de los censos del país como un acto racista por parte del Estado mexicano; mientras que el INEGI lo consideraba «complicado». Sin datos, no hay oportunidad de crear políticas públicas Las mayores concentraciones de población afromexicana se encuentran en Cuajinicuilapa, en la Costa Chica de Guerrero y en San Juan Bautista Lo de Soto, Oaxaca. En estadísticas que compartió Beatriz con datos recabados por MUAFRO, la tasa en servicios básicos como agua entubada está muy por debajo de la media nacional, 24.1 frente a 76.1, respectivamente. En analfabetismo, la media nacional en mujeres de 4.4 y de hombres es de 3.9, frente al 12.3 en hombres y 15 en mujeres en municipios con entre 40% y 60% de población afromexicana. Las consecuencias de la invisibilización de la comunidad afromexicana Ambas investigadoras aseguran que la invisibilización a la comunidad crea un sentido de no pertenencia al país; sin embargo hay un proceso de reinvindicación por la historia de ascendencia de 2% de mexicanos. Beatriz asegura que cuando la academia llegó a la costa, identificarse como negro o negra se le veía como una connotación racista. «Pero para nosotros que estamos en otro contexto es una reivindicación de nuestra ascendentes y cultura», dijo. «Decir somos morenitos, es una forma light de decir negro, pero esa palabra encierra un racismo que internalizamos, nosotros nos empezamos a creer que entre más melanina menos valor y eso es uno de los efectos nocivos de la invisibilización y racismo», agregó. Una digna representación de los y las afromexicanas Beatriz es una de las mujeres que hizo presión internacional y nacional para exigir la inclusión de la comunidad en los datos estadísticos del país, para empezar a ser nombrados y tener respuestas de políticas públicas. Sanders asegura que la importancia está en cómo se habla de los afromexicanos, debido a que siempre se hace con burla o se les exotiza. «Que haya modelos dignos de representación y no los que produjo México en historietas como Memín Pinguín, Rarotonga o el negrito de la sandía de Crí-crí», dijo Sanders. Beatriz está de acuerdo, «la sociedad debe dejar de vernos exóticas, somos parte de la sociedad […] dejar de ser racistas y xenofóbos». Como afromexicanos o afrodescendientes es nuestra responsabilidad traer a la conversación nuestra historia, «exigir que se incluya a la historia oficial del país, darle el lugar que merecen nuestros ancestros«, concluyó Nadia. aranza |
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