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Bill Russell, leyenda de los Celtics, fallece a los 88 años
Por JIMMY GOLEN BOSTON (AP) — Bill Russell, la leyenda de la NBA que fue el pilar de la dinastía de los Celtics de Boston que ganó 11 campeones en 13 años — los últimos como el primer entrenador de raza negra en una liga profesional de Estados Unidos — y que marchó por los derechos civiles junto a Martin Luther King Jr., falleció el domingo. Tenía 88 años. Su familia difundió la noticia en las redes sociales. Indicaron que Russell falleció acompañado por su esposa, Jeannine. La declaración no mencionó la causa del deceso. “La esposa de Bill, Jeannine, y sus muchos amigos y familiares quieren dar las gracias por tener a Bill en sus oraciones. Tal vez puedan revivir uno o dos de los momentos dorados que nos brindó, o recordar su singular sonrisa cuando se deleitaba explicando la verdadera historia sobre cómo se desarrollaron esos momentos”, dijo la familia. “Y esperamos que cada uno de nosotros podrá encontrar una nueva forma de actuar o expresarse con el compromiso inflexible, digno y siempre constructivo de Bill con los principios. Eso sería una última y duradera victoria para nuestro querido #6”. El comisionado de la NBA Adam Silver dijo en un comunicado que “el campeón supremo en todos los deportes por equipos”. “Bill representó algo mucho más grande que lo deportivo: los valores de igualdad, respeto e inclusión que imprimió en el ADN de nuestra liga”, dijo Silver. “En el apogeo de su carrera deportiva, abogó enérgicamente por los derechos civiles y la justicia social, un legado que transmitió a generaciones de jugadores de la NBA que siguieron sus pasos. Obviando las burlas, las amenazas y una adversidad impensable, se mantuvo fiel a su creencia de que todos merecen ser tratados con dignidad”. Miembro del Salón de la Fama, cinco veces Jugador Más Valioso y 12 veces seleccionado para el Juego de Estrellas, Russell fue proclamado en 1980 como el mejor jugador en la historia de la NBA tras una votación de cronistas de baloncesto. Russell sigue siendo el jugador más laureado del deporte y un modelo de sacrificio, dedicándose al trabajo defensivo para dejarle a los demás que se encargaran de anotar los puntos. A menudo, ello benefició a Wilt Chamberlain, el único jugador de la era que le hacía sombra a Russell. Las batallas en la cancha entre los dos pívots fueron feroces — duelos por excelencia en la NBA. Russel dominó en la única estadística que le importaba: 11 campeonatos contra dos. El oriundo de Louisiana dejó una huella imborrable como un deportista de raza negra en plena época de segregación en la ciudad y el país. Estuvo en la marcha de Washington en 1963, cuando King proclamó su discurso “Tengo un Sueño”, y respaldó a Muhammad Ali cuando el boxeador fue ridiculizado por negarse a ser admitido en el servicio militar obligatorio. “Para ser el campeón más grande de su deporte, revolucionar la forma en la que se practica el deporte y ser un líder dentro de la sociedad al mismo tiempo parece impensable, pero eso es lo que era Bill”, señalaron los Celtics de Boston en un comunicado. En 2011, el presidente Barack Obama confirió a Russell la Medalla de la Libertad, junto al congresistas John Lewis, el empresario Warren Buffett, la canciller alemana Angela Merkel y el beisbolista Stan Musial. “Bill Russell, el hombre, es alguien que apoyó los derechos y la dignidad de todos los hombres”, dijo Obama en la ceremonia. “Marchó con King; estuvo al lado de Ali. Cuando un restaurante se negó a atender a los jugadores de color de los Celtics, se negó a jugar. Soportó insultos y vandalismo, pero se concentró en hacer mejores jugadores a sus compañeros que amaba e hizo posible el éxito de muchos que lo siguieron”. Russell dijo que cuando creció en el Sur segregado y más adelante en California, sus padres le enseñaron la calma y la confianza que le permitieron ignorar las burlas racistas. Años después, la gente me preguntó qué tuve que superar”, dijo Russell en 2008. “Desafortunadamente, o afortunadamente, nunca pasé por nada. Desde el primer momento en el que estuve vivo, tuve la noción de que mi madre y mi padre me amaban”. Fue la madre de Russell quien le decía que ignorara los comentarios de quienes pudieran verlo jugar en el patio. “Cualquier cosa que dijeran, bueno o malo, no te conocen”, recordó que le decía. “Están peleando con sus propios demonios”. Pero fue Jackie Robinson quien le dio a Russell un mapa para lidiar con el racismo en el deporte: “Jackie fue un héroe para nosotros. Siempre se comportó como un hombre. Me mostró la forma de ser un hombre en el deporte profesional”. El sentimiento era mutuo, aprendió Russell, cuando la viuda de Robinson, Rachel, le llamó y le pidió que fuera el portador del féretro en el funeral de su esposo en 1972. Colgó el teléfono y me pregunté a mi mismo, ’¿Cómo llegas a ser un héroe para Jackie Robinson?”, dijo Russell. “Me sentí honrado”. William Felton Russell nació el 12 de febrero de 1934, en Monroe, Louisiana. Era un niño cuando su familia se mudó a la costa oeste, y fue a una secundaria en Oakland, California, y después a la Universidad de San Franciscco. Lideró a los Dons al campeonato de la NCAA en 1955 y 1956 y ganó medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1956 en Melbourne, Australia. Red Auerback, entrenador y gerente general de los Celtics, codiciaba tanto a Russell que trabajó para hacer posible un intercambio con los Hawks de San Luis por la segunda selección del draft. Le prometió a los Royals de Rochester, que tenían la primera selección, una visita lucrativa de los Ice Capades, que también le pertenecían al dueño de los Celtics, Walter Brown. Aún así, Russell llegó a Boston con quejas de que no era lo suficientemente bueno. “La gente decía que era un desperdicio de selección, dinero perdido”, recordó. “Decían ‘no es bueno. Todo lo que puede hacer es bloquear tiros y rebotear’. Y Red dijo ‘eso es suficiente’”. Hace dos años, una estatua de Russell fue develada en la Plaza del Ayuntamiento de Boston. Jamileth |
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