Krauze y el caballo de Troya
El regalito y la viscosidad del mensaje fueron rechazados. Mas desconociendo que en la panza de la bestia aguardaban los krauzianos para entrar en combate, le echaron fuego. Fue terrible. Todos murieron incinerados. Y al día siguiente, Krauze propuso desterrar el odio del periodismo de La Jornada.