¡No dejemos de hacer lo que tenemos que hacer!
La Madre Teresa escribió al padre Picachy, su consejero espiritual: «Rece por mí, Padre, dentro de mí hay muchísimo sufrimiento. Rece por mí para que no niegue nada a Dios en esta hora. No quiero hacerlo, pero temo que lo pueda hacer.» En esos momentos tan difíciles en los que se prueba la fe.