Internacional - Población

Sur del Sudán se encamina a "Marcha final hacia la libertad"

2011-01-07

Para los sudaneses meridionales como Atem Yak, que logró sobrevivir a la guerra, una vida de...

JUBA, Sudán (AP) - Los residentes de la ciudad meridional de Juba no sólo estaban felices el viernes, sino realmente encantados en anticipación al referéndum que comienza el domingo para la independencia de un tercio del país más grande de Africa, lo que crearía una frontera entre el norte árabe mayormente musulmán y el sur, habitado por negros cristianos o animistas.

Tocados con plumas y empuñando labrados bastones ceremoniales, los residentes bailaron en las calles sin asfaltar en esta ciudad que será la capital del nuevo estado, en caso de ser aprobada la consulta, como se espera.

El ritmo de enormes tambores cantaron y profirieron consignas a favor de la independencia.

Los sudaneses meridionales depositarán simples papeletas ilustradas de votación en las remotas y empobrecidas zonas rurales y en las calles recién pavimentadas de Juba, una urbe formada por simples casas de hormigón y chozas de barro que solamente en los últimos años vio asfaltada su primera vía municipal.

El sur llama esta consulta la "Marcha final hacia la libertad".

La marcha consiste en siete días de referéndum en pos de la independencia para los hombres sudaneses que libraron décadas de guerra civil, los lugareños que sufrieron bombardeos y los muchachos que quedaron huérfanos en un conflicto que terminaron el centros costeados y organizados por Estados Unidos.

Para los sudaneses meridionales como Atem Yak, que logró sobrevivir a la guerra, una vida de extremada pobreza y permanente discriminación, es un sueño largamente atenazado.

Yak tenía cinco años de edad cuando Sudán obtuvo la independencia de Gran Bretaña en 1956. Ahora, a sus 60 años, recuerda cómo 24 jefes tribales murieron al ser atacada su aldea de Kongor en la década de 1960. En la capital sudanesa de Jartún, el negro retinto de su epidermis suscita los malos tratos y el abuso físico.

"Nunca vi la bandera de Sudán como algo a la que debiera pleitesía", dijo. "El himno nacional nunca representó mi sentir". Así que no lloraré cuando Sudán quede dividida en dos, siempre y cuando ocurra de forma pacífica. Me alegraré".

Yak tiene estudios y dinero suficiente para poseer un vehículo, una rareza en una región en la que la mitad de la población depende de los alimentos dotados por otros países y las organizaciones internacionales de socorro, donde solamente el 15% sabe leer y donde hay una gran mortalidad infantil por la carencia de los medicamentos más básicos.

Yak considera el referéndum una oportunidad para los negros sudaneses, discriminados con frecuencia en los servicios más básicos para favorecer a los árabes norteños.



KC
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