Internacional - Seguridad y Justicia

Ucrania impulsa nuevos pedidos de reforma a la ONU

2022-09-26

Cinco países que eran las grandes potencias al finalizar la Segunda Guerra Mundial dominaron...

Por EDITH LEDERER

NACIONES UNIDAS (AP) — Prácticamente todo el mundo está de acuerdo: Luego de casi ocho décadas de existencia, el poderoso Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe expandirse, evolucionar, incluir más voces. Donde no hay consenso es en cómo hacerlo.

Cinco países que eran las grandes potencias al finalizar la Segunda Guerra Mundial dominaron las Naciones Unidas y su órgano más importante a lo largo de sus 77 años de historia. El Consejo tiene la misma configuración de sus inicios a pesar de que las demás naciones llevan décadas reclamando un lugar en ese cuerpo para que se adapte mejor al siglo 21.

El hecho de que el Consejo no haya podido responder a la invasión rusa de Ucrania fue considerado otro paso en falso durante la Asamblea General a punto de concluir. Abrumado por intereses nacionales y rivalidades regionales, las 193 naciones de la ONU han bloqueado la expansión del organismo a cargo de asegurar la paz y la seguridad internacional.

La era de postguerra en la que fue creada la ONU reflejó el deseo de, como dice su carta, “evitar que las próximas generaciones sufran el flagelo de la guerra”. Un Consejo con más voces podría enfocarse nuevamente en esa premisa, según los promotores de una reforma. Sin embargo, desacuerdos en torno al tamaño, la composición y los poderes del nuevo Consejo hacen que los diplomáticos se pregunten si alguna vez habrá reformas.

El secretario general de la ONU António Guterres planteó el dilema en el 2020: “Las naciones dominantes hace siete décadas se han negado a contemplar las reformas necesarias para cambiar las relaciones de poder en las instituciones internacionales”.

“Las desigualdades empiezan por arriba, en las instituciones globales”, dijo Guterres.

EL ESTADO DE COSAS

El Consejo de Seguridad tiene 15 miembros, incluidos 10 miembros no permanentes de todas las regiones del mundo que sirven por dos años y no tienen poder de veto, y cinco miembros permanentes con poder de veto: Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia.

Dos de esos miembros están representados por gobiernos distintos a los de los albores de la ONU. La República China, hoy con capital en Taiwán, ha sido excluida de casi todos los órganos de la ONU, en los que fue reemplazada por la República Popular de China continental. La Unión Soviética se disolvió a principios de la década de 1990 y su plaza la ocupó Rusia.

El uso del veto, o su amenaza de hacerlo, por parte de Rusia es lo que impidió que el Consejo tomase medidas en torno a la guerra en Ucrania, que ya lleva siete meses.

Numerosos líderes mencionaron la inoperancia del Consejo en relación con la guerra en Ucrania durante sus discursos ante la Asamblea General y denunciaron una vez más que el organismo está obsoleto y no es representativo.

Los más molestos son los gobiernos de América Latina, África y el Caribe, que no tienen miembros permanentes.

Las propias naciones hegemónicas hablan de expandir el Consejo. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que había llegado la hora de ofrecer bancas permanentes a esas tres regiones. Estados Unidos apoya también escaños permanentes para Alemania, Japón y la India.

El ministro de relaciones exteriores ruso Sergey Lavrov pidió igualmente bancas permanentes para América Latina, el Caribe y África, así como para la India y Brasil.

En una conferencia de prensa sostuvo que países occidentales “hostiles” no aportarían nada nuevo porque “acatan las órdenes de Estados Unidos”.

CÓMO FUNCIONARÍA LA REFORMA

A lo largo de los años surgieron numerosas propuestas relacionadas con la expansión del Consejo, pero ninguna prosperó.

David Scheffer, ex embajador plenipotenciario de Estados Unidos abocado a crímenes de guerra, dijo que las propuestas de Biden “van mucho más allá de lo que ha dicho nunca el gobierno estadounidense”.

Para Richard Gowan, director del Grupo de Crisis Internacionales de la ONU, el llamado de Biden a una reforma refleja la preocupación de Estados Unidos ante la pérdida de credibilidad del Consejo y su convicción de que a Washington le conviene “tener un Consejo más o menos funcional y no una anarquía”.

“China especialmente odia la idea de que Japón y la India puedan explotar las discusiones sobre la reforma para asegurarse asientos permanentes en el Consejo”, manifestó Gowen. “Por eso, Beijing puede terminar bloqueando todo el proceso”.



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