Vuelta al Mundo
Netanyahu no tiene estrategia para la posguerra
Por Felix Tamsut | DW
Observadores, tanto en Estados Unidos como en Israel, creen que el Gobierno israelí debería tener un plan más claro sobre cómo transformar sus logros militares de las últimas semanas en éxitos diplomáticos.
La guerra entre Israel, Hamás y sus aliados ha entrado en su segundo año y no hay fin a la vista. Y los objetivos del Gobierno israelí han sido bastante vagos cuando se trata de hacer planes concretos sobre cómo poner fin a la guerra y qué debería suceder después.
La expresión que utilizan el Gobierno israelí y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, es que quieren lograr una "victoria total". Sin embargo, lo que esto significa en la práctica está sujeto a interpretación, y muchos creen que el propio Gobierno israelí no ha elaborado una definición completa.
Del statu quo a la guerra
Durante años, Netanyahu y sus distintos gobiernos eran conocidos por mantener el statu quo en el conflicto en curso con los palestinos.
Este enfoque, llamado en hebreo "Nihul HaSikhsukh", o "gestión del conflicto", consistía en mantener la situación actual a toda costa. Puesto en la disyuntiva entre las demandas de sus votantes de la derecha más conservadora y la necesidad de encontrar una solución para la situación en Cisjordania ocupada y en Gaza, Netanyahu retrasó una y otra vez tomar una decisión.
Según informes de los medios israelíes, Netanyahu dijo en 2019 que parte de su estrategia era mantener la división entre las facciones palestinas en Cisjordania y Gaza, permitiendo las transferencias de dinero de Qatar a Hamás.
Pero el 7 de octubre de 2023, muchos israelíes sintieron que esta estrategia había resultado un terrible fracaso.
Los ataques terroristas perpetrados por varios grupos islamistas y liderados por Hamás —etiquetada como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y otros— costaron la vida a unas 1,200 personas, la mayoría civiles, y provocaron el secuestro y el traslado a Gaza de unas 250 personas. De esos rehenes, 101 siguen retenidos en el enclave un año después.
Tras sufrir el peor ataque terrorista en la historia de Israel y la masacre más mortífera de judíos desde el Holocausto, el Gobierno israelí tuvo que hacer algo que había evitado en escaladas anteriores con Hamás: anunciar oficialmente una guerra total.
"No una operación, no una ronda: una guerra", como dijo Netanyahu después de conocer lo sucedido en los ataques del 7 de octubre.
Estados Unidos pide una "estrategia política" para enfrentarse a Hamás
Luego de más de un año de guerra con Hamás, y varias semanas después de que Israel lanzara una incursión en el sur de Líbano, parece que Netanyahu está volviendo lentamente a sus viejos hábitos, mientras las autoridades de seguridad de Israel piden más firmeza en el proceso de toma de decisiones políticas.
Por un lado, el Ejército israelí ha dicho que el ala militar de Hamás ha sido "derrotada en términos militares" y que ahora está operando únicamente como un grupo guerrillero. Por otro, ha habido muy pocas noticias sobre el regreso de los 101 rehenes restantes en manos de los grupos militantes en Gaza, y los ataques dentro de Israel continúan de forma regular. La reciente escalada en Líbano ha costado la vida a soldados y ha obligado a evacuar a decenas de miles de israelíes. Los ataques con misiles también siguen siendo un problema, sobre todo, desde Líbano.
Pero aún no hay noticias del Gobierno israelí sobre su plan a largo plazo con respecto a la guerra y su resultado.
Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, también ha pedido a Netanyahu que aclare el su visión de futuro. En mayo, tras un viaje a Israel para reunirse con Netanyahu, con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con otros funcionarios del Gobierno, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo que había "reafirmado la necesidad de que Israel vincule sus operaciones militares a una estrategia política, que pueda asegurar la derrota permanente de Hamás, la liberación de todos los rehenes y un futuro mejor para Gaza".
Mayoría israelí cree que el Gobierno carece de objetivos claros
Esto también es aplicable a los recientes enfrentamientos de Israel contra el grupo islamista Hezbolá en el sur de Líbano. Estados Unidos ha instado a Israel a traducir en logros políticos su éxito militar y de inteligencia, que incluyó el asesinato del líder de Hezbolá, Hasan Nasralá —un objetivo desde hace mucho tiempo— y de gran parte del alto mando de la organización.
Un funcionario familiarizado con el modo de pensar del Gobierno israelí dijo al periódico estadounidense The Washington Post que Israel tiene una estrategia sobre cómo atacaría a Hezbolá. "Pero no hay necesariamente una estrategia sobre lo que vendrá después, cómo salir de esto".
Parte del problema, dijo el funcionario, es el conflicto dentro del propio Gobierno israelí. Mientras que el ala más conservadora quiere ver a Israel atacar con fuerza a Irán, aliado de Hezbolá, que la semana pasada lanzó 200 misiles contra Israel en represalia por el asesinato de Nasralá y otros líderes, los sectores más moderados del Gobierno de Netanyahu piensan que trabajar junto con Estados Unidos es el camino correcto.
Gran parte de la opinión pública israelí también cree que su Gobierno no está haciendo lo suficiente en términos de planificación para un desenlace de la guerra. Según una encuesta reciente del Instituto de Política del Pueblo Judío, el 57 % considera que la falta de objetivos claros es la razón por la que la guerra ha durado tanto.
Entre otras conclusiones clave, el 76 % de los israelíes cree que la guerra se ha prolongado debido a que el Gobierno no toma las decisiones correctas con la suficiente rapidez. Muchos israelíes también creen que la supervivencia política está alimentando la guerra en curso, y el 55% cree que la guerra se ha prolongado debido a las consideraciones políticas del Gobierno de coalición.
Aunque las encuestas de opinión sugieren que el partido Likud, de Netanyahu, ha recuperado apoyo en las últimas semanas, la coalición de derecha del país todavía está rezagada respecto a los partidos de la oposición.
En cuanto a la "victoria total" de Netanyahu, el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento israelí tenía previsto reunirse el 6 de octubre para definir oficialmente los términos "victoria" y "derrota", pero la reunión terminó siendo cancelada.
La falta de estrategia del Gobierno israelí también plantea un problema para lo que debería ocurrir después de la guerra.
Los políticos de la derecha muy conservadora del Gobierno han presionado para que se lleve a cabo una expansión de los asentamientos en Cisjordania, considerados ilegales por la mayor parte de la comunidad internacional. Y algunos incluso han presionado para un reasentamiento israelí en la Franja de Gaza.
Pero las voces desde dentro del mundo árabe y musulmán, que piden normalizar las relaciones con Israel a cambio de permitir el establecimiento de un Estado palestino, se han vuelto cada vez más fuertes, peticiones que hasta hace poco sólo existían a puerta cerrada o en canales confidenciales. El político árabe de más alto rango, que ha hablado sobre el tema, ha sido Ayman Safadi, el ministro de Exteriores de Jordania.
En una conferencia de prensa después del discurso de Netanyahu en la Asamblea General de la ONU en septiembre, Safadi dijo que el mundo árabe y musulmán estaba dispuesto a garantizar la seguridad de Israel si aceptaba el establecimiento de un Estado palestino, teniendo en cuenta las fronteras anteriores a 1967.
"Estamos aquí, miembros del comité árabe-musulmán, designado por 57 países árabes y musulmanes, y puedo decirles de manera muy inequívoca que todos estamos dispuestos a garantizar la seguridad de Israel en el contexto de que Israel ponga fin a la ocupación y permita la creación de un Estado palestino", dijo.
Según Safadi, Israel ha rechazado una solución de dos Estados. El Gobierno israelí no tiene ninguna postura oficial al respecto, pero varios de sus miembros han dejado constancia de su firme rechazo a cualquier perspectiva de que los palestinos tengan un Estado propio. "¿Pueden preguntarle a los funcionarios israelíes cuál es su objetivo final, aparte de guerras y guerras y más guerras?", preguntó Safadi.
aranza
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