Cuentas Claras

El billón de dólares y el lazo hacia México

2009-04-03

La Declaración del G-20 apoya a México -es al único país al que...

SAMUEL GARCÍA

Fuente: MILENIO DIARIO

La reunión del Grupo de los 20  concluyó en Londres ha sido histórica. Y es que la declaración, de nueve páginas, dada a conocer por los presidentes y líderes del mundo financiero, es un gran primer paso conjunto para resolver la crisis global que enfrentan las economías del orbe y para dar a luz lo que serán las nuevas reglas del sistema financiero internacional.

Desde los Acuerdos de Bretton Woods (New Hampshire) realizados en julio de 1944 -reunión realizada con la presencia de 44 países bajo la convocatoria de las Naciones Unidas y que dio origen a la fundación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional- no se había visto una reunión de líderes mundiales que enfrentaran con decisión la reconstrucción del sistema financiero global después de ser sacudido por una crisis de grandes magnitudes.

Pero a diferencia de aquellas célebres reuniones realizadas en el Hotel Mount Washington durante tres semanas al final de la segunda guerra mundial y en las que Estados Unidos imponía sus condiciones como potencia económica del mundo, en esta ocasión, en Londres, la presencia y participación de los líderes de las economías emergentes no sólo fue notoria en número, sino también protagónica en ideas, en propuestas y en resultados. Fue una reunión histórica en muchos sentidos.

También lo fue por sus resultados tangibles. Resultados alejados de los temores que horas antes se habían apoderado de la reunión de llegar a una declaración final vacía de acuerdos concretos que agravaría aún más la solución de una crisis que requiere de decisiones precisas y de señales correctas.

Hay mucho por analizar de esta Declaración, pero vale la pena destacar la decisión de inyectar recursos por 1.1 billones de dólares al crecimiento mundial, de los que la mitad (500 mil millones de dólares) se destinarán al FMI para, fundamentalmente, apoyar a las economías emergentes con problemas sin los tan criticados condicionamientos de antaño.

De hecho, la Declaración del G-20 apoya a México (es al único país al que menciona específicamente) en su búsqueda de financiamiento en el FMI, a través de la línea de crédito flexible por 47 mil millones de dólares anunciados ayer por la Comisión de Cambios que integran la Secretaría de Hacienda y el Banco de México.

Aquí hago un alto. Es interesante hacer notar que la Declaración del G-20 explica que esta nueva línea de crédito que ofrece el FMI (línea de crédito flexible) apoyará las necesidades de financiamiento de la balanza de pagos de países especialmente afectados por la sequía de capitales externos hacia la banca y a las empresas. México es uno de los que enfrenta riesgos por fuertes deudas corporativas, cuestión que ayer mencionábamos en este espacio.

No es casualidad que sea México el primero en levantar la mano ante el FMI ni que la Declaración del G-20 recoja este hecho como una vertiente de apoyo crediticio para enfrentar la crisis. Finalmente esta idea de gestar una nueva línea de crédito más flexible y menos condicionante para los países que lo requieren fue impulsada desde hace tiempo por funcionarios del banco central ante el FMI.

La Declaración del G-20 comprende otras medidas relevantes que sientan las bases de un sistema financiero global con mayor integridad y transparencia que, ayer mismo, dieron aliento a los mercados bursátiles del mundo. Sin embargo, no podíamos dejar pasar, en un primer vistazo, lo que representa - económica y políticamente- el billón de dólares de ayuda a la economía mundial y, de paso, el "lazo" financiero que se le lanzó a México para ayudarle a enfrentar sus riesgos.



EEM

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